La lucha ante la ELA de un ex del Basketmar
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La lucha ante la ELA de un ex del Basketmar

León reconoce a Urbano González bautizando con su nombre el Palacio de Deportes. Fue base del equipo coruñés que sucedió al Bosco en la campaña 1989-90.
La lucha ante la ELA de un ex del Basketmar
Urbano, en el homenaje que León y la FEB le tributaron en el descanso del España-Bélgica del pasado domingo | J. CASARES/EFE

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Palacio Municipal de Deportes Urbano González Escapa. Ese será el nombre del principal recinto polideportivo de la ciudad de León, ciudad no muy distante de A Coruña pero a la que este bautizo une para siempre. Urbano fue jugador del primer Leyma de baloncesto, cuando patrocinaba, allá por la temporada 1989-90, al Basketmar Coruña, nada que ver con el actual Básquet Coruña.

 

El ayuntamiento de León, a propuesta del alcalde José Antonio Diez (PSOE) y con el apoyo unánime de todos los grupos de la corporación municipal, ha reconocido la lucha de Urbano, que en julio de 2022 fue diagnosticado de ELA, la esclerosis lateral amiotrófica. Desde entonces, el que fuera base del Basketmar no ha parado de dar visibilidad y de reclamar los derechos para las personas que padecen esta enfermedad. Urbano ha emulado en cierto modo a Juan Carlos Unzué, el exportero de fútbol que también sufre los efectos de una enfermedad degenerativa que concluye sin remisión en la muerte.

 

Urbano emitió ayer un comunicado para agradecer el reconocimiento del consistorio leonés con “respeto, humildad y honor”, resumiendo su sentir en una frase que no estaría de más que tomase como ejemplo todo ser humano: “Es más importante ser estrella de la vida que del deporte”.

 

“Al menos hay media docena de deportistas leoneses que, por méritos deportivos, podrían optar a este reconocimiento y por ello, estoy doblemente agradecido, al sumar a mi parte deportiva también mi parte humana”, recalcó.

 

La trayectoria deportiva de Urbano no alcanza grandes cotas. Formado en el Colegio Leonés, cantera del Club Baloncesto León, debuta en la temporada 1985-86 con el primer equipo. Es la época en que luce una vistosa equipación amarilla y verde debido al patrocinio de Elosúa. Urbano colabora en el ascenso a Primera B, la segunda división nacional. En el primer conjunto leonés está cuatro campañas, dos todavía en edad junior y dos como senior. En la última de ellas, la 1988-89, Urbano es dirigido por Gustavo Aranzana, entrenador del Leyma entre 2017 y 2019.

 

Y ahí, tras cruzarse con un técnico que en el futuro acabaría en A Coruña, Urbano pone rumbo al Basketmar. El baloncesto herculino está rearmándose tras la traumática desaparición del Bosco en febrero de 1988. Del Colegio Maristas y del Ayuntamiento de Culleredo surge la idea de profesionalizar el equipo colegial, recién ascendido a una Segunda División —tercer escalón del baloncesto nacional— de carácter autonómico, con una fusión. En su segunda temporada, la 1989-90, los 8 millones de pesetas que pone Leyma sirven al Basketmar para contratar a varios jugadores de Primera B, como Eduardo Lada (Tradehi Oviedo), Chus Sanguino (Lagisa Gijón) y Urbano González (Elosúa León).

 

Urbano es pieza indispensable del equipo como base titular. Su suplente es el canterano Javier Rico, futuro diseñador gráfico que forma parte, en 1995, de la plantilla fundacional de este periódico. El Basketmar gana la prefase de ascenso, celebrada en la Polideportiva de Riazor, ante Cabreiroá Verín, Bosco Vigo y Frigolouro Porriño. Pero en la fase nacional ve cómo se esfuma el ascenso merced a un triunfo sobre el Calella y las derrotas ante el Ramsés Traín de Zaragoza y el Tenerife Sur.

 

Imagen editada
Plantilla del Basketmar 1989-90

 

Después de un año en A Coruña, Urbano ficha por el JT Ponferrada, también de la tercera categoría. Tras su gran temporada 1990-91 ficha por el Baloncesto Salamanca, que abandona doce meses después debido a su desaparición. Regresa a Ponferrada en el verano de 1992 y allí juega hasta su retirada, con solo 29 años, a la conclusión del curso 1995-96, con un ascenso a Liga EBA —el nuevo segundo escalón del baloncesto nacional— de por medio.

 

Urbano se vio obligado a cambiar por completo su vida cuando le fue diagnosticada la enfermedad, con 55 años. Tuvo que dejar sus dos trabajos. Ejercía de bombero en el aeropuerto de León y trabajaba como apicultor. Impulsó la formación y comercialización de la miel ecológica en León. Un trabajador y luchador nato. Por eso es ‘La abeja que enfermó de ELA’.

 

¡Todos contigo, Urbano!

Ese es el nombre, el del cuento que narra su lucha contra la ELA, que lucía la camiseta que le entregó la Federación Española el pasado domingo. En el descanso del partido clasificatorio para el Eurobasket entre España y Bélgica, Urbano recibió el homenaje de sus paisanos y del baloncesto español. El alcalde participó en el homenaje, solo unas horas antes de comunicar, a través de cuenta de la red social X, la decisión del consistorio. “El Palacio de los Deportes de #LeónEsp llevará el nombre de Urbano González Escapa. Mi propuesta ha sido aceptada por unanimidad por todos los grupo políticos del @LeonAyto a los cuales agradezco este respaldo ¡Todos contigo Urbano!”.

 

El exjugador del Basketmar quiso agradecer a la sociedad leonesa sus continuas muestras de cariño y compartir el reconocimiento con todos sus compañeros de equipo y entrenadores. “Desde el Colegio Quevedo hasta el Leyma y la Universidad de Salamanca, pasando por los históricos Colegio Leonés, JT de Ponferrada y, por supuesto, mis compañeros del Elosúa.... siempre les llevo en mi memoria”.

 

Urbano quiso también valorar al deportista leonés, al que también dedicó el reconocimiento. “Es para todos los que han forjado su carrera deportiva en los patios de los colegios de León y que, incluso llegando a la élite, nunca han sido estrellas, pero que, sin su aportación, ni Xavi Fernández, ni Juanín García, ni siquiera el gran Essie Hollis hubieran brillado con tanta fuerza”.

 

Esa misma fuerza es la que ha demostrado Urbano, en el parqué, pero sobre todo en la vida, donde como bien dice es más importante ser estrella.

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