El Leyma Coruña sumó su tercera victoria del curso, a costa de un Melilla muy inferior y que apenas pudo plantar cara durante los 10 minutos inaugurales. 
 

Diego Epifanio avisó en la previa de la velocidad del juego el Melilla. Sus pupilos no se dieron por enterados. Al menos en los primeros compases, un alocado ida y vuelta con intercambio de canastas y un buen puñado de rebotes ofensivos.
 

Todo cambió con la entrada en pista de Diagne. La defensa local ganó enteros y en ataque el senegalés se puso las botas. Balón que llegó al poste bajo, balón que Ato pasó por el aro: 8 puntos sin fallo, en apenas 4 minutos, para cerrar el acto inicial con 25-21.
 

El primer parón largo no frenó la inercia naranja: 7-0 de salida en solamente 35 segundos. Y tiempo muerto de Óscar Lata. Un ‘alley-oop’ de Jakovics con Diagne estiró la renta hasta los 13 puntos (34-21). Un 2+1 de Nwogbo puso un máximo de +15 (41-26), antes de que el técnico visitante, el coruñés Óscar Lata, decidiese parar el encuentro.

De siete en siete

Si la marea naranja necesito 35 segundos para abrir el cuarto con un 7-0, Rakocevic empleó solo uno más para construir un 0-7 (43-35). Tiempo muerto de Epifanio. Y restablecimiento del orden, parcial de 11-5, cerrado con triple de Barrueta, en lo que restaba hasta el descanso (54-40).
 

La segunda arrancó con un taponazo –el segundo de su cuenta– de Diagne... y con similar desorden al del inicio del encuentro. Los árbitros –flojísimos– pitaron de más y el juego se resintió a causa de un carrusel de tiros libres, gracias a los cuales el Melilla mostró un ligerísimo atisbo de reacción, abortado entre Barrueta y Font. Dos puntos del estadounidense subieron al marcador la que sería máxima ventaja del partido (76-55), a la que los visitantes le recortaron 7 puntos antes de empezar elñ último periodo.
 

Se animó el Melilla con Nwogbo y Diagne en el banquillo. Con 78-68 regresó a pista el nigeriano –el senegalés, al que se vio calentando en la pista de atletismo, no volvería al parquet– y las aguas volvieron a su cauce natural, con uno de esos triples oportunos de Jakovics que hizo el 84-70. Cuando Nwogbo cometió, 2:38 del final. su quinta falta, el partido estaba ganado (87-72).
 

El Melilla aprovechó la relajación local para aplicar una capita de maquillaje a un marcador que no refleja la diferencia que hubo sobre el rectángulo del Palacio. El Leyma va cuajando. Y abusando menos del triple; ayer lanzó 17, 23 menos que una semana antes en el derbi contra el Ourense.