El Leyma Basquet Coruña dio la razón al técnico del Valladolid, Paco García, quien dijo en la previa que a 90 puntos no podían ganar. A este paso, habrá que mover el listón, porque los de Diego Epifanio firmaron otro partido devastador y se mantienen invictos en lo más alto de la tabla.
El 5-0 inicial no inquietó lo más mínimo a la marea naranja, que despertó de la mano de Huskic antes de que Barrueta desecadenase el bombardeo de triples, contestado durante el primer cuarto por anfitrión, conducido por un ex del Leyma, Torres, autor de 11 puntos y 3 aciertos desde la larga distancia.
Ritmo vertiginoso, posesiones cortas y el aro cual piscina olímpica. Sin embargo fueron tres libres de Font lo que marcaron la diferencia al final del primer acto (30-32).
El primer parón no enfrió las muñecas de los visitantes, que acertaron su 4 primeros intentos desde el arco y pusieron pro primera vez dos canastas de separación (37-43). El valladolid, con Torres y Schimdt sentados, no era la mismo. Y la renta fue creciendo, hasta un máximo de 12 tantos (42-54).
Surgió entonces otro exnaranja, Nwogbo, para imponer su físico en el poste bajo contra Huskic. Tomó el testigo Schmidt, con su amplio catálogo de maneras de anotar. Y Diagne, con cinco errores seguidos desde el 4.60, también colaboró al acercamiento del cuadro pucelano, que cerró la primera mitad con un triple de Torres sobre la bocina.
El Leyma se fue a vestuarios con una asombrosa carta de tiro: 9 de 13 en tiros de dos y 10 de 13 en triples. Números que darían para tener media victoria en el bote. Pero es que el Valladolid no se quedó atrás: 12 de 18 y 8 de 15. Veinte minuto de excelencia colectiva.
Imposible de mantener, claro. Lo certificó el el Leyma en el tercer episodio, donde empezó fallando sus tres primeros intentos desde el arco. Y el valladolid, con dificultades para anotar cuando no ejecutaban Schmidt o Torres.
Fue un inesperado triplista, Galán, el que dolvió al marcador los dos dígitos de diferencia (60-70). Sin embargo, los blanquivioletas se reengancharon con un parcial de 5-0, que llevó a Diego Epifanio a parar el partido. A la salida del tiempo muerto, triple de un Barrueta poseído por el espíritu de Stephen Curry, por alto procentaje de acierto por el bombazo que enroscó desde casi 10 metros en la penúltima jugada.
Con 72-78 arrancó el capítulo definitivo. Y con triple de McDonnell. El aviso de que el punto de mira volvía a estar perfectamente calibrado. Aunque fue Kovacevic, que no había anotado, quien, con dos triples seguidos, apretó el marcador (82-87).
Nuevo tiempo muerto de Epi. Y el mismo resultado que en el anterior: triple, en esta ocasión de un Aleix Font algo apagado hasta ese momento. punto de partido para otra oleada devastadora, la que acabó con la resistencia de conjunto pucelano: Font-Barrueta-Galán-Barrueta-Barrueta. De tres en tres, para poner el +18 en el electrónico (91-109) en poco más de lo que tarda uno en cepillarse los dientes.
Punto final a una exhibición de liderazgo, cimentada en un acierto sideral de los 6.75 metros: 21 de 33, con Barrueta firmando la tercera máxima de la historia de la competición pero la mejor serie de siempre: 9 de 11. Y ante un rival duro.
Ficha técnica:
Valladolid (30+23+19+22): Torres (21), Schmidt (14), Belemene (6), Jaime Fernández (0), Nwogbo (18) –cinco inicial– Sergi Costa (3), N’Guessan (5), Puidet (3), García-Abril (0), Royo (2), Kovacevic (6).
Leyma (32+26+20+33): Jakovics (6), Lundqvist (10), Barrueta (31), Galán (6), Huskic (19) – cinco inicial– Aris (6), Diagne (4), Aleix Font (16), Pablo Hernández (0), Alex Hernández (2), McDonnell (11).
Árbitros: De Lucas, Checa, Colomer.