En medio de una agenda imposible, los hermanos Márquez encuentran momento para charlar en el hospitality de Estrella Galicia 0,0. Desconexión de la mano de quien les ha acompañado durante su carrera. El reconocimiento al apoyo a los pilotos cuando más lo necesitan es el mensaje que quieren remarcar.
¿Cuál es el camino desde los inicios hasta ahora?
Marc Márquez: Yo destacaría mucho el camino con el equipo Estrella Galicia 0,0 en la competición. ¿Por qué? Porque es ahí donde realmente el chaval lo necesita. Si tú a un joven talento no le das la oportunidad de brillar, es imposible. Dice mucho de Estrella Galicia 0,0 que apoye esa base.
Álex Márquez: Yo también destacaría esa fase porque hasta ese momento es un poco un juego. La fidelidad al deporte se muestra cuando realmente estás apoyando la base.
¿Cómo hacéis para controlar la cabeza?
A.M.: Cada uno tiene sus truquitos. Te pones el guante derecho a tal hora, a tal segundo empezar a ponerte los tapones, el casco... todo. Como rituales que tienes para estar centrado. Y luego ya cuando estás en la moto no piensas en nada, solo en lo que estás.
M.M.: Tienes que tener la capacidad de evadirte del mundo. Es como en un estadio de fútbol, un jugador está centrado a lo suyo y puede haber cánticos diferentes, pero él está centrado en su trabajo.
¿Tenéis la sensación de que el motociclismo se ha ‘futbolizado’?
M.M.: Para mí sólo se ha futbolizado aquí. En Misano ya es otro ambiente, es un ambiente más familiar, pero aquí como escucháis es un ambiente bastante hooligan, ambiente de camping. Viene la gente a las cinco de la mañana a estar de fiesta. Es el único circuito en el que pasa esto.
¿Ha cambiado vuestra relación este año que estáis en el mismo equipo?
No, no, estamos más juntos. Compartimos más. Si corremos con dos motos diferentes, tenemos que ser profesionales y los secretos de lo que se prueba en un lado no se cuenta en el otro, pero si al menos intentamos ayudar deportivamente. Sí que compartimos más información.
¿Tenéis algún gesto o algún código para comunicaros en carrera?
M.M.: Por ejemplo, el año pasado, yo estaba con Honda y normalmente clasificaba muy bien, pero luego en carrera no tenía ritmo. En la pizarra te van marcando quién tienes detrás, a cuánta distancia y el nombre. Cuando veía a Álex me iba un poquito largo y le facilitaba un pelín porque sabía que tenía más ritmo que él y de hecho quedaba todas las carreras delante, pero puntualmente, el año pasado porque no me jugaba nada. Normalmente cada uno mira por sus intereses, lógicamente. Al ser compañeros de equipo y más hermanos, pues hay un poquito más de respeto.
¿Hay algún tipo de apuesta entre vosotros sobre los resultados a final de temporada?
M.M.: No, no, porque si hay una apuesta por medio ya y el pique crece en casa en casa y aquí nos intentamos ayudar lo máximo posible.
¿Cuál creéis que es el porcentaje de la máquina y el porcentaje del piloto?
A.M.: Es muy difícil. Yo diría 50-50.
M.M.: Yo diría 60 piloto, 40 moto. E incluso 50-50.
¿Cómo se gestiona la fama? ¿En algún momento os gustaría ser ciudadanos anónimos?
A.M.: Yo cuando voy solo estoy tranquilo. Voy a mi rollo, ya sabéis que me gusta pasar desapercibido. Entonces si voy a un sitio con él, lo dejo pasar primero y luego por atrás ya paso yo.
M.M.: En el circuito gusta, porque sientes el apoyo. En la vida normal, en casa, la verdad es que me gustaría en muchos momentos ser invisible y poder hacer planes con los amigos. No lo puedes hacer, pero también digo, bienvenido problema. Sí que te quita unas cosas, pero luego te da muchas otras. Y, sobre todo, para mí el tener fama y ver que con carreras tuyas, actos tuyos puedes influenciar el carácter de mucha gente, la motivación de mucha gente, eso es impagable.