Javier Martínez Martínez (Salceda de Caselas, 1990) es un copiloto de ralis que está consiguiendo éxitos a pasos agigantados.
A pesar de llevar solo ocho años corriendo, el salcedense ya fue nombrado mejor copiloto del Campeonato de España de Asfalto (CERA) y ahora aspira a ser campeón del SuperCampeonato de España (superCER) junto a Iván Ares. Con todo, Javi no pierde la humildad y se acuerda de todos los pilotos con los que estuvo para llegar hasta esta posición.
Acabas de correr tu quinto Rallye A Coruña y lo hiciste con Diego García, una joven promesa del automovilismo gallego. ¿Cómo se dio esta situación?
Diego es un chico que siempre estuvo muy vinculado a Iván (Ares) y a su equipo (Ares Racing). Él siempre había estado dedicado al carcross porque todavía tiene 17 años y no sacó el carnet de conducir. Este fue su primer rali y su primera vez en un coche. Necesitaba un copiloto con experiencia y que le pudiese ir indicando cómo tomar las notas, corregirle los fallos... Yo tengo experiencia de ir con jóvenes. Por ejemplo, ya había corrido con Óscar Palomo cuando tenía 16 años y con Toni Herrerías, cuando no tenía carnet de conducir. Entonces, dada mi experiencia con estos chicos, decidieron que yo fuese su copiloto en su primer rali.
El Rallye de A Coruña fue como un examen debido a la dificultad de los tramos y al estado en el que se encontraban por las lluvias
¿Cómo valoras su actuación?
Fue muy buena porque conduce muy bien. Tiene muy buena base por venir del autocross. Finalizamos el rali que era lo importante. No nos estuvimos fijando en los tiempos, sino que buscábamos que se fuese acostumbrando a llevar alguien al lado dándoles las notas. El rali era muy difícil ya que los tramos estaban muy sucios por la lluvia. Hicimos muy buenos kilómetros que son vitales para el aprendizaje. El Rallye A Coruña fue como un examen debido a la dificultad de los tramos y al estado en el que estaban.
Teniéndoos a Iván y a ti como mentores, es un poco más fácil.
Para esta gente joven que está llegando al mundo de los ralis, es muy importante tener a gente como Iván que se preocupe mucho por ellos. Siempre se para a explicarles las cosas. En el Rallye A Coruña, como Diego no tenía el carnet y yo tenía que ir anotando, vino Iván a ayudarnos a coger las notas. Nos iba explicando cómo había que hacer las trazadas, cómo tener cuidado en la zonas más complicadas... Al final, es muy importante saber distinguir, cuándo estás anotando un tramo, dónde se va a ensuciar. Tener a alguien como Iván ayudando, que lleva mucho tiempo corriendo, es muy importante para ellos. Estás acelerando un poco su aprendizaje. Si Diego tuviese que ir con un amigo suyo, que no tiene idea, el aprendizaje sería mucho más lento.
¿Cómo surgió la oportunidad de correr con Iván?
La verdad es que se remonta a hace unos años. Yo llevaba muy poco tiempo en las carreras. A mi me llamó Koke Garnelo para correr el Volante FGA en A Coruña y empecé a vincularme con la gente de allí. Koke tenía como mentor a Álvaro Muñiz y yo subía mucho con ellos a una nave que tenían, a la que también iban Iván, Víctor Senra o Alberto Otero. Al final, nos conocimos ahí pero yo ya llevaba mucho años siguiéndole. A raíz de esos encuentros, entablamos un relación de amistad y fue en el Rallye Ourense del 2021 cuando me llamó para hacer los test porque su copiloto no podía ir. Entonces, él se había acordado de mi y llamó a Muñiz diciéndole que necesitaba un copiloto y Muñiz le dijo que me llamase. Esa fue la primera vez que me senté con Iván dentro de un coche. Para mí fue un orgullo que alguien de su calibre cuente contigo para hacer unos test.
¿Ya hubo ‘feeling’ en esos test?
La verdad es que todo fue muy bien y nos encontramos muy cómodos. Luego volví a hacer otro test cuando, en el año 2021, Hyundai sacó el i20N e Iván lo recibió. El día que estrenó el coche me llamó para hacer los test y nos fuimos a Portugal. Tras varios test más, dijimos que teníamos que correr juntos.
Aun así pasó tiempo.
Tuve varias oportunidades de correr con Iván en temporadas pasadas, pero no me veía capacitado en esos momentos. Una de ellas fue cuando cambió de coche, en el año 2021, que pasó del Hyundai i30 al i20N. En ese momento, David Vázquez, que era su copiloto, no podía seguir por motivos personales e Iván me preguntó si quería correr con él. Sin embargo, yo no me veía lo suficientemente capacitado ni preparado para llevar a cabo la labor de copiloto y estar al nivel que había que estar para ganar. Entonces, no fue hasta este año, en el que fui campeón del CERA y fui haciendo más amistad con Iván, que no me vi preparado para que pudiésemos correr los dos juntos esta nueva temporada.
Al final, todo salió bien, porque no se pisa ninguna carrera y voy a poder correr el CERA con Jorge Cagiao y el SuperCampeonato con Iván Ares
Te subes al coche después de ser campeón de España de copilotos en el CERA. ¿Mejor imposible?
Pues sí. La verdad es que la temporada 2023 ha sido todo un sueño al haber conseguido el Campeonato de España de Asfalto y que se me presentase la oportunidad de correr con Iván el SuperCampeonato de España de Rallyes. Poder correrlo es un paso más en mi carrera porque es la máxima competición española de ralis. Por suerte, cuando salieron definitivamente los calendarios del CERA y del SuperCampeonato, vimos que no había ningún problema en correr tanto con Jorge como Iván porque las carreras no se pisan y es factible compaginarlas. Para mí es todo un sueño estar en el SuperCampeonato luchando por ganar porque sabemos que tenemos velocidad para estar arriba. No va a ser fácil porque hay rivales muy fuertes y muy rápidos como Pepe (López), Alejandro Cachón, ‘Cohete’ Suárez, Diego Ruiloba o Palomo..., pero lo vamos a intentar.
A pesar de la ilusión, el estreno en Lorca no fue el deseado.
La verdad es que sí. Llegamos a Lorca y como dijo Iván en una entrevista, todo se torció desde el principio. Hicimos unos test en Carral para comprobar que todo fuese bien y hacer unos mínimos reglajes para Lorca porque se había desmontado el coche. Pero justo cuando íbamos a hacer los test vino el diluvio universal y no pudimos hacer nada que nos valiese para Lorca. Cuando llegamos allí, apenas pudimos hacer quince kilómetros. Nos fuimos al rali siendo los que menos kilómetros rodamos en pretemporada.
Con todo, tuvisteis el ritmo.
La sorpresa fue esa. Cuando hicimos la ‘qualy’, demostramos que estábamos para luchar por el rali. De hecho, marcamos el quinto tiempo y eso nos sirvió para salir décimos, que era una buena posición, porque en Lorca se limpian bastante los tramos. Salimos con buen ritmo al primer tramo, quitando la primera parte que fuimos más precavidos, pero luego apretamos y estábamos a dos segundos por kilómetro de la cabeza. En el segundo, con más ritmo y confianza, nos pusimos cuartos. En el tercero, salimos a darlo todo y hasta que nos encontramos con la piedra, estábamos a medio segundo por kilómetro de ‘Cohete’, que marcó el ‘scratch’. En tres tramos estábamos detrás de ellos así que el trabajo que hicimos fue bueno.
Aun queda mucho campeonato.
Exacto. Nosotros sabíamos que Iván tenía menos experiencia en tierra que Pepe o ‘Cohete’, que vienen del Mundial, o Efrén Llarena, que es campeón de Europa. Aun así nos sorprendió estar tan cerca de ellos. De hecho, estábamos en la lucha con Diego Ruiloba, que acabó en el podio. No se sabe que pudiese haber pasado, pero podíamos estar en el podio.
Volviendo al CERA. ¿Qué supuso ganar el premio a mejor copiloto?
Para mí es un orgullo. Yo llevo en esto relativamente poco tiempo. Empecé en el 2016, en el rali de casa, el de Rallye Eurocidade Tui-Valença. Debuté con un Marbella. Al final, tengo mucha menos experiencia que la gente contra la que compito. El copiloto de ‘Cohete’, sin ir más lejos, en el 2000 cuando yo tenía 10 años, estaba corriendo con los más top de España. Borja Rozada, por ejemplo, empezó en 1999. Es un orgullo alcanzar este nivel en tan poco tiempo.
Empezaste a correr en 2016, pero ¿ya habías tenido algún contacto antes con el mundo de los ralis?
Desde muy pequeño estuve muy vinculado al tema de las carreras porque mi padrino, Jorge Pérez, siempre corrió en ralis. Mi padre siempre fue a la asistencia con ellos y yo me metía en el taller. Cuando mi padrino dejó de correr, empezó mi primo Jorge y yo estaba al pie del cañón. Más adelante, en 2015, salta la Copa Recalvi de los Marbellas y uno de mis amigos de Xansport se inscribió y me ofreció correr con él, pero no pude ir con él porque me salió una oferta laboral en Valencia y me tuve que ir. Cuando volví, un año después, otro del grupo se apuntó a la Copa Marbella, y me dijo de ir y acepté.
¿Se lo dijiste a tus padres?
Yo no les dije nada hasta el día del rali (ríe). En el momento, no les gustó la idea, pero estuvieron en la asistencia ayudándonos. Desde ese momento, mis padres me acompañan al ochenta o noventa por ciento de las carreras. Siempre que llego a meta, es muy raro que no estén. Son mis ‘hooligans’ (ríe).
¿Alguna vez pensaste en pilotar?
Sí, pero realmente lo que más me gusta es ser copiloto. Puede sonar raro, pero me gusta tenerlo todo controlado. Al final, este el mundo del automovilismo es muy caro. Por ejemplo, si quisiera correr con cualquier coche tendría que estar seguro de lo peor que me podría pasar. Si sé que no puedo hacerme cargo de lo que puedo romper, no lo voy a hacer. Si algún día puedo y debuto conduciendo pues genial, pero no es algo que me quite el sueño. Mi vida gira en torno a ser copiloto.
¿Tienes que sacrificar muchas cosas para ir a los ralis?
Pues sí. Afortunadamente, tengo la suerte de tener la familia que tengo. Mi novia Cris, Lucca o mis padres, siempre me apoyan. También en el trabajo me dan muchas facilidades. Mi jefe me permite librar los días que necesite para las carreras. Nunca me puso ningún problema para correr. Cuando llego, me pregunta que tal me fue e incluso se preocupa cuando tengo un accidente y me dice que si estoy lastimado que no vaya a trabajar. Tengo mucha suerte de tener una gran familia y un entorno laboral que me apoyen desde el principio. Sin esas facilidades y sin la gente que te apoya sería inviable correr.
Todavía no me creo todo esto. Cuando me levanto para ir a un rali pienso que estoy en un sueño y que me voy a despertar en cualquier momento
¿Te sientes un privilegiado?
Sí, claro. Aunque más que privilegiado, diría que vivo un sueño. Cuando consigues hacer algo que has mamado toda la vida y llegas a donde lo hice yo en tan poco tiempo es un sueño. El año pasado poder debutar con un Alpine en España, que hacía muchísimos años que no corría aquí, fue un sueño y poder hacerlo con Jorge pues lo redondeó. Que este año pueda compaginar el SuperCER y el CERA, es un sueño por partida doble. Todavía no me lo creo. Cuando me levanto para ir a un rali pienso que estoy en un sueño y que me voy a despertar en cualquier momento.
¿Hay alguien a quien le quieras agradecer estar donde estás?
Por supuesto. Quiero agradecer a cada uno de los pilotos que ha confiado en mi desde el primer día. Desde que he debutado con mi amigo Gabri hasta la actualidad, ya enrolado dentro del equipo Ares Racing acompañando a Iván Ares, y al Recalvi Team a la derecha de Jorge Cagiao. Sin todos estos pilotos jamás tendría toda la experiencia acumulada y el bagaje que me llevo de todas esas carreras. No puedo olvidarme de mi familia, que está ahí siempre al pié del cañón. Y la mención más especial, es para mi grupo de amigos, con los que he empezado en esto y sin los que sería imposible seguir adelante, Xansport siempre estará conmigo allá a donde vaya.
Por último, ¿confías en ganar el doblete: CERA y SuperCER?
Vamos a dar todo lo que tengamos para que así sea. Al final, los proyectos en los que estamos son muy importantes. Hay mucha gente detrás que espera unos resultados. También lo daremos todo por la afición, porque tanto Jorge como Iván son pilotos muy queridos. Lo daremos todo para intentar ganar el CERA y el SuperCampeonato.