Iván Merichal, nacido en Sabadell pero oleirense adoptivo, se prepara para un reto enorme, quizás el más grande de todos: correr el Dakar.

Para cumplir su sueño, Iván logró la clasificación en el Rally de Marruecos, pero queda cerrar la parte más importante: el presupuesto, algo en lo que está trabajando muy duro para conseguirlo.

Naciste en Sabadell pero estás afincado en Oleiros, ¿cómo acabaste allí?
Yo conocí a mi mujer cuando estaba trabajando en Barcelona. Vine a A Coruña con ella, porque es de aquí. Le salió un proyecto laboral aquí, tuvimos una hija y nos trasladamos de Coruña a Oleiros. Estoy muy contento de estar aquí.

Prácticamente, eres un oleirense más.
Adoptivo pero sí (risas).

¿Notas el apoyo de tus vecinos y del ayuntamiento?
Pues con el ayuntamiento todavía no he hablado, pero si que he pensado hacerlo con las instituciones públicas. Los vecinos ayudan y están animando constantemente. Saben que es una empresa dura, pero me respaldan mucho.

¿Cómo empezaste a competir?
Empecé a hacer pruebas de mototurismo. Me llamaron la atención y me gustaron mucho. Se empezó a organizar aquí, en Galicia, el campeonato de navegación y no perdí una prueba. Fue una experiencia que me encantó. De hecho, a raíz de ahí, he estado sin parar, buscando nuevas pruebas por Europa y por Marruecos, pero ya tenía el objetivo de llegar al Dakar. Ese fue uno de los motivos por los que hice el Rally de Marruecos, el año pasado, que es clasificatorio. 

Ahora, estoy muy centrado en terminar un maratón el domingo, que me liaron unos amigos (risas). Llevo mucho tiempo y muchos disgustos (risas). Pero, sobre todo, estoy muy centrado en el tema presupuestario. 

Compites en motos, pero ¿alguna vez te planteaste correr en coches?
No. Los coches, a nivel prespuestario, es una absoluta locura porque multiplica, por bastante, el presupuesto de la moto. Además, tampoco tengo esa experiencia en coches como para plantearme dar el salto. 

¿Y de copiloto?
Copilotando, tampoco me veo, porque en el desierto es muy distinto a lo que solemos correr aquí, en Europa, y hace falta mucha experiencia para copilotar un coche en el desierto. No me lo planteo.

¿Qué es lo mejor de competir?
Al final, este es un deporte en el que, si no estás muy arriba, compites con muchas personas pero tu principal competencia eres tú mismo. A mí esos retos, esas aventuras de ponerte a prueba, siempre me han gustado. Siempre me han gustado los deportes que te hacen sufrir un poquito (risas). El rally-raid, en este sentido, cumple con todo lo que me gusta. Supone un reto importante, donde hay que prepararse, superarse y verse en situaciones sale la persona que llevas dentro de verdad. Cuando vienen las complicaciones es cuando más te conoces. En ese sentido, el rally-raid es lo que más aporta, aparte de la velocidad y la adrenalina. 

Para mí, todo lo que rodea a este deporte, toda la parte de aventura y superación, el compañerismo que hay… Al final, todos somos rivales pero hay un respeto y un ambiente de colaboración en los paddocks que es digno de ver. Eso, en otros deportes, no ocurre. Yo no sé si es porque estamos todos en situaciones límite y que podemos necesitar la ayuda de cualquiera, pero hay un respeto y una colaboración espectacular con tus rivales.

Pero no todo es bueno, ¿cual es la parte mala?
Lo peor es, sin ninguna duda, el tema lesiones. Siempre hay cierto temor a que pueda ocurrir algo. Yo siempre digo que el riesgo siempre está ahí, pero al final eso lo ponemos nosotros. Si la moto está parada y hay una piedra, ella no te va a dar en la cabeza. Hay que encontrar un buen balance y saber cuándo puedes arriesgar y cuándo no. También hay que tener un poquito de suerte, pero eso es la parte que menos me gusta de este deporte.

¿Notas más trabas al ser un piloto que no tiene una escudería detrás?
Las trabas son, básicamente, económicas. Si llevas una estructura detrás, que ya aporta patrocinadores y ese empuje, ayuda. También es cierto que muchos pilotos ya los llevan, pero no es lo mismo integrarte en una estructura que ya está empujando en una dirección muy clara que hacer el camino tú solo. Y digo solo, pero no es solo, porque hay muchos compañeros que te ayudan y te acabas integrando en un equipo. Al final, hay muchas personas empujando hacia el éxito en tu prueba. Básicamente, el hándicap más importante es el económico porque hay que conseguir bastante dinero y eso cuesta mucho.

¿Cómo te pueden ayudar a conseguir el reto de ir al Dakar?
Yo quiero que este Dakar que haga se base en tres pilares. El primero de ellos, es la participación. En unas semanas, voy a lanzar una campaña de crowfunding, aunque no me gusta la palabra. La intención es hacer partícipes a las personas que quieran ayudar en el proyecto, aunque sea simbólicamente, sean partícipes. Esa página también serviría para que puedan estar informados de cuál es el devenir de las cosas, cómo se prepara un Dakar, como se hace, que cosas hay que tener en cuenta… La participación de las personas es uno de los pilares que quiero que tenga mi Dakar.

Otro, sería que, a mayores de la participación de las empresas y la gente, sea sostenible. Me gustaría que la huella de carbono fuese totalmente compensada. Vamos a hacer cositas, en las próximas semanas, relacionadas con este tema.

¿Cuándo te diste cuenta de que tenías posibilidades reales de ir al rali más duro del mundo?
El detonante es empezar a coincidir con Edu Iglesias, en las pruebas del Campeonato Gallego. Cuando empecé a competir, veía ese mundo muy lejano y al conocer a una persona que está muy metida, te empiezas a meter tú en ese círculo y empiezas a ver posible que, con trabajo y esfuerzo, puedes estar ahí. Al final, poquito a poquito, te los vas planteando hasta que llega un día y dices: esto te está haciendo ilusión, vamos a por ello. Entonces, llegó el año pasado y dije que íbamos a tratar de estar ahí. El primer paso fue estar en Marruecos y hacer un buen papel, sin necesidad de ganar porque yo no estoy ahí ni muchísimo menos. El objetivo era hacer un rali limpio, sin problemas.  Eso lo conseguí, junto a patrocinadores que me permitiesen estar allí, porque era muy importante porque el presupuesto, aunque es menos que el del Dakar, también es importante.

Hasta el momento, el camino está siendo bueno. ¿En qué competiciones vas a participar para coger ritmo de cara al Dakar?
Todavía no tengo hecho el calendario porque, básicamente, la configuración va a depender del presupuesto que tenga. No es lo mismo afrontar el Dakar con lo estrictamente justo, que afrontarlo con un poquito de holgura que te permita hacer más cosas. Lo mínimo que voy a hacer es todo el Campeonato Gallego, porque está aquí al lado de casa y es una iniciativa que también hay que apoyar. 

Luego quería hacer una prueba del Campeonato Europeo de rally-raid, que este año lo tengo muy fácil porque se hace una prueba en A Estrada. Por último, quería hacer también una prueba de desierto antes de ir al Dakar, que no tengo idea cuál va a ser. Me condicionan mucho también las fechas para llegar a tono al Dakar, pero sin arriesgar demasiado porque una pequeña lesión te puede hacer perder el Dakar.

¿Cuáles son las claves para tener ese éxito que estás cosechando?
Como en todo, si las cosas le dedicas tiempo, cariño y esfuerzo, pues las cosas salen. En mi caso, pues lo estoy preparando a conciencia. Luego, saber rodearte de las personas correctas para que te puedan dar los consejos oportunos. Si pretendes entrar en este mundo totalmente en solitario, haciendo las cosas como crees que pueden ser pero sin tener referencias claras, pues es complicado. Si tienes a alguien que te explica, que te orienta y que te sabe asesorar por dónde tienes que poner esfuerzos y por dónde no, pues todo es más fácil. Pero, sin duda, es algo que requiere de esfuerzo y entrenamiento. Cualquiera puede hacerlo con esfuerzo y enfocando las energías hacia dónde hay que enfocarlos.

¿Tuviste el apoyo de algún personaje importante en el mundo del motociclismo?
Desde la gente que organiza la Liga Gallega de Moto de Campo, en nuestra disciplina, pues es un apoyo muy importante en relación a que están generando canteras, están generando pruebas, están generando afición. Sin duda, sin que ellos hayan organizado pruebas, yo no estaría haciendo esta actividad ahora. 

Luego, a raíz de ir participando en pruebas, vas conociendo a muchas personas que te va guiando. En mi caso en particular, como te decía antes, Edu Iglesias es ya amigo personal mío y es mi asesor deportivo, porque siempre está para dar un buen consejo y para ayudar a guiar tu camino. Una vez estás más metido y orientado, te vas encontrando mucha gente que te ayuda, te vas integrando en equipos, los equipos en los que te integras también te echan una mano a saber hacia dónde orientar tu energía. Al final, un poquito de aquí y un poquito de allá, siempre tienes buenas referencias.

¿Te ayudan a prepararte en el apartado físico?
Sí, al final la moto requiere moto. Yo, por ejemplo, ahora estoy corriendo muchísimo porque me dejé liar con unos amigos y me pareció bien porque estaba muy a principio de año para hacer una buena pretemporada de moto. Pero ahora, en cuanto acabe el domingo, voy a empezar a intensificar la actividad de moto y ahí, siempre tienes referencias en cuanto a navegación y referencias en cuanto a pilotaje. Por ejemplo, el año pasado, estuve entrenando mucho con Román Pérez, que es un mega crack del motocross. Al final, un consejo de personas de este calibre te vale oro. Rodearte de gente de este nivel te ayuda muchísimo.

No me plantearía hacer un Dakar sin asistencia mecánica

Aparte de la parte física, también están los conocimientos mecánicos de la moto. ¿Cómo te defiendes en esa faceta?
En la parte mecánica, yo no soy un experto, pero al estar metido en líos, aprendes un poquito a trompicones y lo básico lo puedes llegar a solventar. Yo no me plantearía un Dakar sin asistencia mecánica, no me veo capacitado técnicamente si surgen problemas. Si no surgen problemas, pues sí, por el final, un cambio de aceite, un cambio de distribución, un cambio de embrague, estas cosas, pues, más o menos todos las podemos afrontar. Si surgen problemas de verdad, al final necesitas un experto que te diga por dónde hay que orientar el tema. Pero las cosas básicas de mecánica, al final, las puedes resolver tú.

¿En qué vas pensando cuando vas por el desierto?
Cuando te metes en carrera, este deporte requiere una concentración brutal. Estás pendiente del pilotaje y estás encima de la moto a muchísima velocidad, leyendo un roadbook que tiene muchísima información. Entonces, te da tiempo a pensar muy pocas cosas. Estás muy concentrado y focalizado en pilotar sin hacerte daño y no equivocarte de camino, porque las indicaciones en el desierto no son ninguna tontería.
Entonces,tienes muy poco tiempo para pensar en otras cosas. Obviamente siempre está el objetivo es avanzar lo más rápido que puedas y, obviamente, intentando leer peligros por todos lados.

Al final, la cabeza dice aquí hay peligro, pero tu corazón quiere más. ¿A quién haces más caso?
Yo, personalmente, soy un piloto muy conservador. Arriesgo muy poquito, no me gusta hacerlo porque ya sin arriesgar te encuentras cosas. Entonces, arriesgando mucho me parece un riesgo inasumible de ir diciendo, bueno, quizá la salvo. Hay algunos que dicen, no veo lo que hay, pero seguramente no hay nada. Yo, hasta que no lo veo, sospecho que hay algo. Entonces, soy un piloto bastante conservador. El cuerpo y el corazón te pide correr. La cabeza también, pero con cautela. Al final, hay que encontrar el balance en el que cada uno se encuentre cómodo, porque salir ahí es peligroso. 

Cuando tú no pilotas cómodo, pilotas inseguro y cuando pilotas inseguro salen las cosas mal. Entonces, hay que encontrar el equilibrio de tu ritmo de ir rápido pero seguro y sabiendo navegar y pudiendo seguir el roadbook. Es algo difícil de encontrar el ritmo, porque también hay algunos que dicen: yo, para no perderme, voy a aflojar. Pero si aflojas, tu cabeza se va a que la semana que viene tengo una reunión en no sé dónde, piensas en tu hija y pasa medio minuto y ya te has perdido. Hay que encontrar un balance en el que las cosas sucedan muy rápido, pero te da tiempo a estar concentrado, a analizar el peligro, a analizar el roadbook y saber por dónde vas.

Aprovechando la tecnología actual, ¿estás viendo alguna onboard de ediciones pasadas del Dakar?
Pues la verdad es que tengo un poco de tiempo para ver nada, entre trabajo, familia, entrenos y demás me queda muy poco tiempo para ver nada. Soy muy mal seguidor de cualquier deporte. Me gusta mucho el esquí, sigo la Copa del Mundo de Esquí y sigo los principales ralis, sobre todo en los que participan amigos, pero no sigo nada más porque es que no me da.
 

¿Qué les dirías a tus aficionados y patrocinadores?
Un mensaje de agradecimiento puro y duro. A los patrocinadores que ya me apoyaron el año pasado, agradecimiento doble porque están ayudando a alguien que estaba pidiendo ayuda para clasificar. Es un poco surrealista o anecdótico que alguien se plantee apoyar a un piloto que está buscando ayuda para ver que consigue. A los del año pasado, doble agradecimiento, y a los que van a venir, que van a venir, de agradecimiento total. 

Al final, voy a las personas a pedirles apoyo. A mí no me gusta, pero no me gusta ir y decir ayúdame sin dar nada a cambio. Mira, ayúdame y no dar nada a cambio. Me gusta que aquellos que me apoyan tengan un aporte de valor por mi parte. En ese sentido te decía que el Dakar lo quería basar en tres pilares. Uno la participación, otra sostenibilidad y el tercero es saber aportar valor.

Llegué a un acuerdo, hace unos días, con Motar Pro, que es una agencia creativa focalizada al mundo de la moto, que me va a ayudar a hacer propuestas de valor a las empresas que se planteen ayudarme. También, que esas propuestas sean de utilidad y estén respaldado en la generación de contenidos profesionales, más allá de lo que yo pueda hacer en el móvil, que está muy bien, que es lo que he dicho hasta ahora, pues respaldar todo esto con un contenido más profesional y que pueda aportar más valor a las marcas que se apunta en el proyecto.

Un objetivo para este año.
Acabar participando en el Dakar, que salga todo fantástico y que para el año podamos celebrar una medallita de finisher del Dakar.