El español Fernando Alonso (Aston Martin), doble campeón del mundo de Fórmula Uno, fue el más rápido ayer en los entrenamientos libres para el Gran Premio de Bahrein, el primero del Mundial; donde encabezó la tabla de tiempos por delante de los dos pilotos de la dominante Red Bull: el neerlandés Max Verstappen -que aspira a ganar un tercer título seguido- y el mexicano Sergio Pérez.
Alonso, en una segunda juventud a los 41 años, no pudo empezar con mejor pie su andadura en Aston Martin, su nueva escudería; y tras convertirse en la gran sorpresa de la pretemporada –la pasada semana, en este mismo circuito– arrancó el curso con el mejor tiempo de la primera jornada de entrenamientos libres del Mundial más largo de la historia, que se cerrará, después de 23 carreras, el próximo 26 de noviembre, en el circuito de Yas Marina de Abu Dabi.
Después de haber acabado con el segundo crono el primer ensayo, el doble campeón mundial asturiano firmó la vuelta rápida en la sesión nocturna, coincidente con el horario de la calificación y de la carrera, y en la que todos marcaron sus mejores giros, antes de dedicarse a simulación de carrera. Alonso cubrió los 5.412 metros de la pista de Sakhir en un minuto, 30 segundos y 907 milésimas, 169 menos que Verstappen y con 171 de ventaja respecto al otro piloto de Red Bull, el mexicano Sergio Pérez, que firmó el tercer crono.
El otro español, Carlos Sainz (Ferrari) marcó el decimocuarto tiempo de la jornada, al acabar, a un segundo y 49 milésimas de su compatriota, el segundo ensayo; que su compañero, el monegasco Charles Leclerc, acabó cuarto, a cuatro décimas del genial piloto asturiano.
En una jornada que acabó de una manera casi inmejorable para Aston Martin, ya que el nuevo compañero de Alonso, el canadiense Lance Stroll, marcó el sexto crono, a algo más de medio segundo y justo detrás del alemán Nico Hülkenberg, quinto con el Haas.
Stroll, ausente en los test de pretemporada de la semana pasada (a causa de una lesión en una muñeca, tras caerse mientras se entrenaba en bicicleta), en los que fue sustituido por el probador brasileño Felipe Drugovich -ganador de la última edición de la F2- regresó a las pistas. El de Montreal pilotó sin mayores problemas; y, salvo auténtica sorpresa de última hora, tomará la salida el domingo.
Alonso volvió a brillar en la noche de Bahrein, donde logró tres de sus 32 victorias en la categoría reina: en 2005 y 2006, los años que festejó sus dos Mundiales, con Renault; y en 2010, cuando se convirtió en el cuarto piloto de la historia -después del estadounidense Mario Andretti, el inglés Nigel Mansell y el finlandés Kimi Raikkonen- en ganar en su debut con Ferrari.
Liderar la tabla de tiempos hoy no garantiza absolutamente nada; pero tampoco es una mala señal. E invita a soñar. Especialmente a los más fervientes seguidores del astro astur; que festejó su primera victoria en la F1 hace veinte años (Gran Premio de Hungría de 2003), que celebró la trigésima segunda y hasta ahora última hace diez (España 2013); y que hasta que Sainz lograse su primer triunfo, el año pasado en Silverstone (Inglaterra), era el único español en subirse a lo más alto del podio en la categoría reina del motor.