España jugará el domingo, una vez más y por tercera vez consecutiva, la final del Europeo Sub-19. Tres de tres. No ha sido fácil, nunca lo es llegar a un duelo que decide un campeonato, pero los jugadores que dirige Albert Canillas han dado el paso adelante necesario para medirse a Portugal –se impuso en la otra semifinal a Eslovenia por tres a dos–, su verdugo en la primera jornada de la presente edición. Y esta vez, el vencedor tendrá el gran premio de ser el campeón.

Ante Ucrania, una vez más, hubo que sudar la victoria. Y eso que el comienzo de partido no pudo ser mejor. A los tres minutos de juego, Tapias y Roger, que estrenaba titularidad, ya habían puesto el cero a dos en el luminoso. Pero si algo ha aprendido esta selección en Porec es que los buenos inicios no garantizan nada.

Portugal se impuso a los nuestros tras ir perdiendo cero a dos, Croacia empató tras nivelar un cero a tres adverso y Ucrania soñó con repetir la gesta, pero esta vez no pudo ser gracias al aplomo español.

Una vez más, los amarillos mantuvieron su guión pese a las adversidades, con un ritmo e intensidad inalterables. Y lograron su premio. Rybitskyi, en el final de la primera parte, y Snitsarenko, en el inicio de la segunda, pusieron las tablas en el marcador.

Sin embargo esta vez, la reacción española no tardó en llegar. Un minuto después del empate, Víctor Ramos volvió  a adelantar a España en un córner. Ahora la ventaja no se podía escapar y así fue y el combinado nacional luchará por su tercera corona continental.