El Zaragoza volvió a demostrar en el Anxo Carro (0-0) que está peleado con el gol y sumó un empate que se le queda escaso, aunque al menos le permite mantener a doce puntos al Lugo, que sigue su particular cuesta abajo particular y cierra la clasificación de LaLiga SmartBank.

Los zaragozanos llevan dos goles en los siete últimos partidos, tres seguidos sin ver puerta, y miran con preocupación a las posiciones de descenso en las que los lucenses ven poca luz tras haber enlazado su novena jornada sin ganar, con dos puntos de 27 posibles y dos goles anotados en ese tramo de la temporada.

Fran Escribá dio entrada en el once del equipo zaragozano a Jaume Grau, que no era titular desde el 3 de diciembre, y su equipo apenas tardó dos minutos en hacer temblar el larguero de la portería lucense con un potente disparo de falta de Bebé, desde unos 40 metros.

A esa amenaza se redujo el conjunto maño en todo el primer tiempo, en el que contuvo bien a los locales y tuvo la posesión, pero apenas apareció en ataque.

El Lugo generó algo más, especialmente a través de sus extremos, Sebas Moyano y Javier Avilés. Al cuarto de hora, el jugador cedido por el Leganés se marchó de fuera hacia dentro y con la izquierda buscó portería pero el lanzamiento le salió demasiado centrado, a las manos de Cristian Álvarez.

Ambos técnicos mantuvieron su apuesta inicial en el segundo tiempo y el guion poco cambió hasta que el Zaragoza empezó a dejarse ver en el área rival. Allí, a los 58 minutos, Giuliano Simeone firmó una excepcional acción personal, mostró su desequilibrio, superó a cinco rivales y acabó desperdiciándolo en el área con un remate que le salió desviado.

El Lugo le puso voluntad e intención, especialmente Moyano, pero con eso no le llegó para poner en apuros al Zaragoza, que tuvo la victoria en el 87 con una jugada de Larrazabal que no conectó en el área pequeña Makhtar Gueye.

Los locales lo intentaron a la desesperada en el tiempo de descuento, pero el boliviano Cuéllar no estuvo acertado en las decisiones ni preciso en la ejecución, y Alberto Rodríguez cabeceó a las manos de Cristian Álvarez el último balón colgado al área, que podría haber dado algo de esperanza a un Lugo que ahora cierra la tabla.