Las tragedias de Inglaterra en las tandas de penaltis ya son historia. Todavía hay capítulos recientes trágicos, como el que dejó al combinado británico sin Eurocopa en la final de hace tres años ante Italia. Pero ya nada es como antes, cuando llegó a acumular seis eliminaciones desde los once metros entre el Mundial de Italia 1990 y la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012.
La tendencia cambia poco a poco y no es casualidad. Hay un trabajo detrás.
Gareth Southgate fue el protagonista de una de las mayores decepciones inglesas desde los once metros. Fue él quien falló el penalti que alejó a su país de la final de la Eurocopa en la que eran anfitriones en 1996. Ya como técnico se ha enfrentado a cuatro tandas de penaltis y ha ganado tres. Perdió la más importante, la que le podría haber dado un título a su país desde el Mundial de 1966. Pero antes, el conjunto inglés superó desde los penaltis a Colombia en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 y a Suiza en el partido por el tercer y cuarto puesto de la Liga de Naciones en 2019. Y fue precisamente Suiza, de nuevo y en los cuartos de final de la Eurocopa de Alemania, su víctima desde eso que dicen que es una lotería.
Pero al contrario que en Wembley ante Italia, Southgate no dejó nada al azar. Preparó meticulosamente los penaltis, que no ha dejado de ensayar durante los entrenamientos, y fue él quien decidió los elegidos. Al contrario que tres años atrás, no buscó voluntarios. En esta ocasión, el técnico inglés sentenció que tenían que ser Cole Palmer, Jude Bellingham, Bukayo Saka, Ivan Toney y Trent Alexander-Arnold.
La mirada de Toney, los fantasmas de Saka, Alexander-Arnold ‘el disfrutón’... Todos siguieron un patrón semejante. No hubo ninguna precipitación. Después de cada pitido de Daniele Orsato, dejaron pasar unos segundos interminables para meditar su lanzamiento y asegurar su precisión. Especial mención para Saka, uno de los tres (junto a Marcus Rashford y Jadon Sancho) que falló ante Italia en 2021. En su cabeza seguro que aún resonaba el eco de los lamentables insultos racistas que sufrió después de su error frente a Donnarumma. El jugador del Arsenal, como el resto de sus compañeros, acertó y lució la mayor sonrisa de todos los lanzadores. Sin duda, dejó atrás sus fantasmas.
Toney, infalible desde los once metros con el Brentford, sustituyó durante la prórroga a un especialista como Kane, que no dudó en dejar su sitio a un suplente habitual. “Ya acertó conmigo cuando no estaba en el campo en la anterior tanda ante Suiza, así que a lo mejor soy un amuleto”, bromeó después del choque el delantero del Bayern Múnich. Toney, con una mirada hipnótica dirigida hacia Sommer, lanzó como siempre, sin mirar el balón.
“Simplemente hice lo que siempre hago… Dar un paso hacia delante y lanzarlo hacia la portería. Nunca miro la pelota. La gente puede pensar que es extraño, pero es mi rutina”, afirmó Toney. Y el último fue Alexander-Arnold, a quien no le tembló el pulso. “Cuando Southgate me dijo que iba a tirar un penalti no me puse nervioso. Al contrario, lo disfruté”.
Pero para triunfar por completo, faltaba una cosa en la ecuación, una parada del portero Jordan Pickford, que también preparó al detalle los lanzamientos, en este caso los de Suiza. En su caso, llevaba una ‘chuleta’ encima. En concreto, un papel pegado en una botella con información sobre los lanzadores de Suiza. Al lado de cada nombre del combinado helvético, aparecía el lugar donde estadísticamente solían ir sus disparos desde los once metros.
‘Akanji, dive left’ (‘Akanji, lánzate a la izquierda’), ponía en las instrucciones. Y Pickford, se lanzó a la izquierda. Fue el único que paró, pero fue suficiente. El acierto de sus compañeros también fue determinante e Inglaterra alcanzó las semifinales.
Después, Southgate reconoció que su equipo ya no deja que los penaltis sean una lotería: “Hemos estado en cuatro tandas de penaltis y hemos ganado tres. Nos crucificaron por la que perdimos. Hemos perfeccionado un poco este proceso. Tenemos más lanzadores habituales en la plantilla que entonces”, afirmó tras el triunfo obtenido.