El central Sergio Ramos, que este martes se ha despedido como futbolista del Sevilla, se va con los dos objetivos con los que llegó "cumplidos" y ha asegurado que seguirá su carrera como jugador porque tiene ganas de competir y se encuentra a sus 38 años bien físicamente, aunque apuntó que aún no tiene decidido su futuro ni nada firmado con otro club.
El sevillano, en la sala de prensa del Ramón Sácnehz-Pizjuán, en la que estuvo acompañado por el presidente del Sevilla, José María del Nido Carrasco, dijo que llegó el pasado septiembre con un primer objetivo de "homenajear" a Antonio Puerta, José Antonio Reyes y también a sus abuelos y a su padre, con los que aseguró que tenía "una deuda".
También destacó que el segundo objetivo era "demostrar" su "sevillismo dentro del terreno de juego" y, con ello, "cerrar una herida abierta con la afición", por lo que se va "con la cabeza bien alta y la conciencia tranquila" y añadió que su decisión es solo "personal y familiar".
Sobre su futuro, insistió en que no tiene nada firmado con ningún equipo ni en ninguna parte, aunque sí que reconoció que Estados Unidos es un país que siempre le ha gustado por su calidad de vida, pero que ello no tiene nada que ver ahora con la posibilidad de jugar allí.