El Inglaterra-Suiza que se disputará en el Düsselforf Arena (18.00 horas) no sólo será el choque entre dos selecciones que buscarán acceder a las semifinales de la Eurocopa. También enfrentará a dos bloques en los que algunos de sus miembros se jugarán su futuro. Por un lado, la ‘Generación Dorada’ del combinado helvético, podría echar el cierre; por el otro, Gareth Soutghate podría decir adiós al banquillo británico después de casi ocho años en el cargo.
Sólo uno de los dos equipos evitará despedir a ilustres componentes de su selección. A priori, por nombre, Inglaterra debería ser la favorita y Southgate debería respirar más tranquilo, pero Suiza se ha mostrado durante el torneo como una selección más sólida, equilibrada y atractiva frente al intrascendente y sombrío conjunto inglés.
Nombres como Granit Xhaka, Xerdan Shaqiri, Ricardo Rodríguez, Yann Sommer, Fabian Schär o Remo Freuler, intentarán hacer un último servicio a la causa de Suiza, que jamás ha conseguido atravesar el límite de los cuartos de final de una gran competición. Se quedó en la orilla de las semifinales en los Mundiales de Italia 1934, Francia 1938 y Suiza 1958.
También se atascó en cuartos en la pasada Eurocopa y ahora, con unas figuras que sobrepasan la treintena, peleará por firmar un hito con el que dar carpetazo de la forma más brillante posible a una generación que comenzó su camino en el Mundial de Brasil 2014 sin faltar desde entonces a ninguno de los grandes torneos.
De momento, bajo el mandato de Murat Yakin, Suiza ha enderezado el rumbo tras el fracaso del pasado Mundial de Catar, del que no pasaron de la fase de grupos.
Pese que el entrenador fue cuestionado en la fase de clasificación, ahora es aplaudido después de dirigir a sus jugadores hasta los cuartos de final tras completar una fase de grupos sólida (ganó 1-3 a Hungría y empató 1-1 con Escocia y Alemania) y unos octavos perfectos en los que desnudó el mal momento de Italia (2-0).
Yakin tendrá a todos sus jugadores disponibles, incluido Steven Zuber, el máximo asistente de la pasada Eurocopa con cuatro pases de gol y ya recuperado de unas molestias musculares con las que llegó al campeonato. Disfrutó de algunos frente a Italia pero su puesto de extremo derecho lo mantendrá Michel Aebischer que seguirá en el once después de su sorprendente con la que se ganó el puesto.
Vida extra
Enfrente, estará una selección que era favorita antes del inicio de la Eurocopa y que ahora es una incógnita. Inglaterra es uno de los grandes equipos que ha defraudado tras sus primeros cuatro partidos y sólo su inercia ganadora y la calidad individual de algunos de sus jugadores ha mantenido un proyecto que parece acercarse a su fin.
Southgate, que anunció antes de la Eurocopa que abandonaría el cargo si no lleva el trofeo a Inglaterra, podría encontrarse ante su último encuentro al frente del combinado británico. Todavía busca dar con la tecla exacta para hacer que sus jugadores funcionen después de perder el rumbo.
Para empezar, durante sus dos primeros encuentros, apostó por Trent Alexander-Arnold, un lateral, para jugar de mediocentro. Falló. Le sustituyó por Conor Gallagher, que tampoco funcionó. Y Kobbie Mainoo, en octavos de final, quiso ser la solución, pero tampoco.
Además, se trajo a Alemania a un jugador lesionado como Luke Shaw a la espera de recuperarle relativamente pronto. No llamó a más laterales zurdos y Kieran Trippier, a pierna cambiada, ocupa su puesto mientras supera una lesión muscular. Tampoco estará disponible para enfrentarse a Suiza.
Southgate meditaría jugar con tres centrales: mover del lateral derecho al centro a Kyle Walker y en su lugar colocar a Alexander-Arnold. Y, junto a Walker, en el centro de la defensa, John Stones y Ezri Konsa. Es una posibilidad que baraja Southgate, que también podría seguir con su once continuista, 4-2-3-1, en el que jugadores que aún no han aparecido como Bukayo Saka y Phil Foden, tendrían oportunidad para dar un puñetazo encima de la mesa.
Quien no faltará en cualquiera de las dos ideas será Jude Bellingham, héroe contra Serbia al inicio del torneo con un gol que dio la victoria a Inglaterra (0-1) y criticado después de los siguientes dos partidos ante Dinamarca (1-1) y Eslovenia (0-0). Después, otra vez fue declarado héroe nacional con la chilena salvadora en octavos de final frente a Eslovaquia.
Su tanto, tal vez el mejor del torneo, llegó en el último segundo del tiempo añadido y provocó una prórroga tras la que su equipo se llevó la victoria (2-1). Suya fue la culpa de que Southgate tenga una vida extra.