El Real Madrid busca su octava corona mundial, el quinto Mundial de Clubes desde el cambio de formato en el 2000, en una final que reconoce al mejor club del planeta en el estadio Príncipe Moulay Abdellah que enfrenta al equipo más laureado de la competición ante la revelación, Al Hilal saudí, ganador de la Liga de Campeones asiática, que dio la gran sorpresa eliminando a Flamengo.
Un título convertido en obligación para el Real Madrid. Un sueño para Al Hilal en su primera final en un Mundial de Clubes. El broche perfecto a una temporada de ensueño del equipo de Carlo Ancelotti y un impulso en el presente. Víctima de un calendario que afecta a su regularidad, con partidos cada tres días que condicionan el físico y dejan lesiones que pasan factura.
Cuatro años y un mes después de su última conquista, la que significó un récord al ser la tercera consecutiva de un Real Madrid que había cerrado una etapa de liderazgo de Cristiano Ronaldo, el conjunto madridista se planta en la final de una competición con gran dominio europeo. El favoritismo lo marca la historia. Hasta 14 de 18 ediciones conquistadas por el vigente campeón de ‘Champions League’. Solamente los brasileños Corinthians, Sao Paulo e Internacional fueron capaces de alterar el orden del fútbol mundial. Nunca un equipo de otro continente.
Para extender la línea, Ancelotti volverá a apostar por Andriy Lunin en portería, tras su buena actuación de semifinales. Debe decidir como recompone una defensa en la que Militao puede ser refuerzo de última hora pero con menor necesidad de forzar. Con Dani Carvajal ya recuperado de una gripe que condicionó su suplencia, la posibilidad de pasar a Nacho Fernández al centro y David Alaba al lateral izquierdo. Era una demarcación donde sorprendió Camavinga hasta que dio muestras de debilidad frente a Al Ahly.
El mayor quebradero de cabeza actual para Ancelotti es el centro del campo. El momento de Dani Ceballos revoluciona cualquier idea previa. Pese a la mejoría física de Luka Modric. Es una decisión difícil para el técnico italiano que dejó al andaluz en el banquillo en semifinales y acabó siendo decisivo. Con Aurélien Tchouaméni como mediocentro y Toni Kroos al mando, no hay espacio para todos.
Fede Valverde se perfila como tercer integrante del tridente, lo que mandaría al banquillo a Rodrygo si Benzema fuerza para estar en la final. También recuperado de una pequeña dolencia muscular esperará sus minutos Marco Asensio. Las bajas madridistas para la gran cita serán Courtois, Ferland Mendy, Lucas Vázquez y Eden Hazard.
Dirigido por un técnico de prestigio como el argentino Ramón Díaz, el Al Hilal inició su camino con dosis de sufrimiento ante el anfitrión Wydad Casablanca (1-1), ante el que necesito de la tanda de penaltis final para superarlo. Se liberó de la presión en semifinales, consumando la revancha ante Flamengo, su verdugo en 2019, con una gran actuación.
Aurélien Tchouaméni mostró la ilusión con la que encara la final del Mundial de Clubes y reconoció que “es un sueño” poder ser campeón, tras reiterar su arrepentimiento por un viaje a destiempo a París cuando estaba lesionado.
“Ser campeón del mundo con el Real Madrid es un sueño que se puede cumplir. En la Champions del año pasado tuvimos una participación espectacular”, dijo.