El Milan atraviesa la mayor crisis futbolística desde que Stefano Pioli llegara al banquillo en 2019: eliminado de la Copa Italia, sin opciones de defender su corona en el 'Scudetto' y goleado en la final de Supercopa por el Inter (3-0), encara el conjunto 'rossonero' la eliminatoria de Liga de Campeones ante el Tottenham como un todo o nada en la temporada.

No es la 'Champions' la mejor competición en la que jugarse toda una campaña, un escenario en el que lo más inesperado está a la orden del día y que no se rige por las mismas leyes lógicas que el resto. Pero es la situación con la que tiene que lidiar un conjunto milanista en horas bajas que no compite bien en Serie A, alejado de su mejor versión como consecuencia de un bajón a nivel individual de las piezas claves de cada línea.

Un bajón que fue dando pequeños avisos durante el inicio de temporada y que no supuso un problema grave, pero que tras el parón por el Mundial de Qatar 2022 se ha confirmado como una caída libre en la que el actual campeón de Italia ha sumado hasta siete partidos seguidos sin ganar.

Una espiral en la que se han visto involucrados los mejores jugadores del club rojinegro, viviendo un 'deja-vu' constante partido tras partido desde el inicio de 2023. Un equipo irreconocible, desdibujado, sin ideas claras, despojado de toda personalidad en los metros finales, lento en el repliegue y con serios problemas para hacerse fuerte en el defensa.

MOTIVOS DE LA CAÍDA: LA COLUMNA VERTEBRAL SE RESQUEBRAJA

Sin sustitutos de nivel, la columna vertebral tiene que cargar con todo el peso en absolutamente todos los partidos de la temporada. Sin importar la competición o el resultado. Son piezas fundamentales, indiscutibles e insustituibles.

Todo ese desgaste ha pasado factura. Y es que desde Tonali hasta Leao, pasando por los Theo, Kalulu, Kjaer, Bennacer o Tomori, se han visto mermados física y mentalmente, situación que ha condicionado la temporada de un equipo cuya plantilla no ha dado más de sí. Todo sumado a la baja de Mike Maignan bajo palos, la más sufrida del equipo.

Sin embargo, la más preocupante es, sin duda, la de Leao, ese jugador que está llamado a decantar la balanza del Milan en cada partido, el clavo ardiente al que agarrarse en los momentos complicados, la estrella de este Milan y el jugador que centra los focos. No siempre por lo futbolístico, como ahora, en el que su renovación está en entredicho y cuyo nivel sobre el césped ha generado la crítica en Italia.

Pioli, de hecho, le sentó en el banquillo en todo un 'Derbi della Madonnina' ante el Inter, aunque volvió a hacerle hueco en la pasada jornada ante el Torino.

REACCIÓN DE PIZARRA: DEFENSA DE TRES

La situación llevaba siendo ya un tiempo insostenible. Eran demasiados partidos sin ganar y una nueva humillación. Esta vez una 'manita' del Sassuolo encajada en casa (2-5). Pioli no tuvo más remedio que intervenir desde la táctica para brindar un respaldo colectivo a los problemas individuales.

Pasó el técnico italiano a formar con línea de tres ante el Inter en lo que pareció un remedio desesperado para igualarse ante el sistema del rival. Así, además, liberaba en cierta manera Theo Hernández de determinadas tareas defensivas para que pudiera desplegarse sin miedo en ataque, protegido por los tres centrales en una posible contra. No surtió efecto inmediato el cambio, el Milan cayó nuevamente derrotado (1-0).

Pero ante el Torino repitió defensa, confirmando que fue una decisión meditada. La única variación que hizo fue el cambio de cinco a cuatro centrocampistas para dar cabida a Leao en ataque junto a Giroud y Brahim.

De hecho, se espera que ante el Tottenham Pioli se mantenga en su idea, ya con el equipo más rodado en este sistema, más confiado.

LA VICTORIA ANTE EL TORINO, UN RESPIRO

El matiz de la entrada de Leao dio resultado. Y es que no importa que el luso no pase por su mejor momento de forma, porque el Milan solo con tenerlo en el campo es mucho más peligroso, más vertical, más incisivo.

Fue Giroud en este caso el que volvió a aparecer en un momento de necesidad para dar ese impulso clave al Milan antes de un gran partido en el que se juega los cuartos de final once años después de su última participación en esa ronda (2012).

ILUSIÓN EN SAN SIRO, UN ALL-IN NECESARIO

Es justo por eso por lo que el Giuseppe Meazza (San Siro) no puede estar más ilusionado. Los 'tifosi' del Milan ya celebraron nueve años después la vuelta a los octavos esta misma temporada. Pero nadie se conforma. Y más teniendo en cuenta que la temporada puede acabarse este martes. Las últimas semanas ya no existen, solo importa el martes.

El Milan tiene que jugárselo todo a una baza, un 'all-in' necesario, casi obligado viendo las circunstancias, que bien puede suponer la gloria, el botón de reiniciar la temporada, una segunda oportunidad; o bien la confirmación del fracaso tras una temporada 2021-22 histórica. La 'Champions' dictará sentencia.