La decimoséptima derrota de la temporada ha dejado al Lugo casi sin margen de error para seguir siendo la próxima campaña el decano de LaLiga SmartBank.
Sus opciones de permanencia son cada vez más remotas y el próximo domingo pasará por el Anxo Carro uno de los últimos trenes, si no el definitivo, al que debe subirse para seguir luchando por la salvación.
Con su traspié (3-1) ante el Levante, segundo clasificado de la categoría de plata, y la victoria del Racing de Santander, a falta de 13 partidos el Lugo está a 11 puntos del equipo que marca en este momento la permanencia.
La dramática situación le obliga a una reacción inmediata y una trayectoria casi inmaculada en lo que resta de campeonato, con siete partidos en el Anxo Carro.
El primero será el domingo ante el Zaragoza, uno de los equipos que también están inmersos en problemas aunque en una situación mucho más favorable que la de los gallegos.
Los maños aventajan a los lucenses en 12 puntos, distancia que puede mantenerse el próximo fin de semana, pasar a 9 y dar algo de esperanza a los locales o ponerse en 15 y reducir aun más las ya de por si escasas posibilidades de los rojiblancos.
Joan Carrillo, el tercer entrenador del Lugo esta temporada, lleva cuatro partidos y todavía no ha podido estrenar su casillero de victorias, pero, al menos, sí el de goles, ya que Sebas Moyano, con un espectacular tanto, rompió la sequía de un equipo que acumulaba cuatro partidos sin marcar y un solo gol en 2023.
El balance de Carrillo es de un punto de doce posibles, el de su debut ante el colista, Ibiza (0-0) en el Anxo Carro.
Ese escenario se perfila como la única tabla de salvación de los lucenses: después del Zaragoza pasarán por allí el Racing de Santander el próximo 19 de marzo; la Ponferradina el 2 de abril; el Tenerife el 9 de abril; el Málaga el 23 de abril; el Andorra el 7 de mayo y el Huesca el 21 de mayo.
Siete partidos, casi todos ante rivales de la zona media-baja de la clasificación, alguno de ellos directo en la lucha por la permanencia, aunque ni siquiera hacer un pleno de triunfos en esos choques le garantizaría una salvación que se antoja misión casi imposible.