El jefe de gabinete del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, José María Timón, ha negado este martes ante el juez que presenciara presiones a la jugadora Jenni Hermoso para que justificase públicamente el beso en la boca que le dio su superior tras la final del Mundial en Sídney (Australia).
El magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha tomado declaración a tres testigos sobre lo ocurrido tras la victoria del Mundial de la selección femenina el pasado 20 de agosto, cuando Rubiales dio un beso a Jenni Hermoso, que denunció haber sido presionada para decir públicamente que fue consentido.
Son quien fuese director de gabinete de Rubiales, José María Timón; el psicólogo de la selección femenina, Javier López Vallejo, y el responsable de "compliance" (cumplimiento normativo) de la Federación, Javier Puyol.
Según informan a EFE fuentes presentes en la declaración, los dos primeros han negado estar al tanto de si hubo presiones, tanto a la jugadora como a la jefa de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, que denunció haber sido presionada en la declaración que prestó en el despacho de Rubiales el pasado 23 de agosto, en el procedimiento interno de la Federación que acabó exculpando a su expresidente.
Timón, de acuerdo a las fuentes, ha negado haber presenciado presión alguna, mientras que el psicólogo de la selección ha rechazado saber nada al respecto.
Por su parte, el responsable de "compliance" (cumplimiento normativo) de la Federación, Javier Puyol, ha deslizado que sí que pudo haber presiones a Patricia Pérez en la investigación interna del departamento de Integridad de la RFEF, que derivó en un informe exculpatorio para Rubiales sin escuchar a Jenni Hermoso.
El próximo martes continuará la ronda de testigos con la futbolista Laia Codina y el presidente del Comité Nacional del Fútbol Femenino, Rafael del Amo.
Rubiales es el principal investigado en este caso por agresión sexual y coacciones, pero no el único; tres de sus colaboradores cuando estaba al frente de la RFEF también están imputados por esas presiones a la jugadora. Son el exseleccionador Jorge Vilda, el jefe de marketing de la RFEF, Rubén Rivera; y el director de la selección masculina, Albert Luque.