La veterana Irene Paredes, considerada una de las mejores centrales del mundo, ha asegurado a EFE que España llega al Mundial de Nueva Zelanda y Australia “preparada” y con la capacidad de “competir y ganar a cualquier”.
Así como su país, la jugadora disputará su tercera Copa del Mundo femenina tras haber figurado en la plantilla absoluta que debutó por primera vez en un torneo global en Canadá 2015 y, cuatro años después, competió en Francia 2019.
En una entrevista desde el cuartel general de La Roja en Nueva Zelanda, Palmerston North, Paredes evalúa que, una década después de aquel primer partido mundialista en territorio canadiense -curiosamente frente al mismo rival al que se enfrentará en su estreno este viernes, Costa Rica- mucha cosa “ha cambiado” y España llega a la cita con “buenas sensaciones”.
“Estamos ya totalmente preparadas, con ganas de empezar, tras haber pasado ya el viaje, el jet lag. Estamos con buenas sensaciones y con ganas de que empiece la competición”, dice.
A Paredes no le gustan las etiquetas ni hablar de “favoritos”, pero las expectativas para el conjunto español son grandes. Y, según apunta la defensa, es innegable que en la última década mucha cosa “ha cambiado” dentro y fuera del terreno de juega.
“Hemos pasado de ser un equipo amateur que iba a un Mundial casi a ver qué pasaba, sin tener ni idea de lo que nos íbamos a encontrar, a ser un equipo totalmente profesional, con muchos recursos, preparadas, con ganas y habiendo demostrado durante todos estos años que somos capaces de competir y ganar a cualquiera”, asegura.
De cara al debut frente a Costa Rica, la futbolista, dueña de un envidiable palmarés, que incluye la reciente conquista de la Liga de Campeones con el Barcelona, reconoce que el primer partido es siempre “especial” pero que la selección está lista para afrontarse los retos.
“Es verdad que el primer partido es siempre especial pero no es nuestra primera vez, no es nuestro primer Mundial y estamos acostumbradas a grandes partidos, grandes escenarios por lo que espero que estos nervios que podamos tener se vayan rápido”, afirma.
Preguntada sobre si España parte como favorita, la defensora reafirmó que “los favoritismos van para la prensa” y que “tengas una etiqueta de favorito o no, no te hace ni mejor ni peor”.
“Eso hay que demostrarlo y ahora es el momento”, sintetiza la jugadora, uno de los pilares de la selección española y cuyo rol de liderazgo es imprescindible en los momentos críticos.
Sobre el grupo C del torneo, Paredes destaca que es un certamen muy diverso y con diferentes tipos de juego. Si por un lado en el estreno con Costa Rica factores como los nervios pueden jugar un papel importante, la velocidad de Zambia podría “hacer daño” al combinado español.
Ya Japón, considera, tiene un estilo de juego que se asemeja al español, de “querer tener la posesión” del balón y “hacer un juego más combinativo”.
“Pero tenemos nosotros una selección muy completa y capaz de adaptarnos a cualquier cosa”, recalca.
En cuanto a las tensiones que convulsionaron el corazón de la selección española en los últimos meses, Paredes ha sido tajante en afirmar que el grupo está unido por un “objetivo en común”, aunque no se cortó en reconocer que “tampoco se puede olvidar” todo “lo que ha pasado anteriormente”.
“Ha sido un año complicado pero ahora las jugadoras que estamos aquí tenemos un objetivo en común, queremos estar aquí, sabemos para lo que estamos. Somos totalmente profesionales y nos estamos preparando para ello”, matiza.
“Todo lo que ha pasado anteriormente, es verdad que está ahí, que tampoco se puede olvidar, pero somo un equipo que tiene un objetivo y vamos a por él”, completa.
Pero entre la ilusión del debut mundialista y los percances a los que se ha enfrentado en los últimos días, dentro de poco Paredes podrá disfrutar de la grata llegada de su compañera, Lucía Ybarra, y su hijo Mateo, en el marco del acuerdo de conciliación que las jugadoras han alcanzado con la Federación Española de fútbol.
“Yo estoy aquí por el rendimiento que he tenido en mi club. Y en mi club yo estoy en casa, tengo a mi mujer, tengo a mi hijo”, entonces “que yo esté bien fuera del campo implica que luego pueda jugar mejor”, sostiene