El apagón del internacional español Iago Aspas, que encadena 8 partidos ligueros sin marcar, ha impedido al Celta sellar su permanencia en LaLiga, con una sola victoria en las últimas ocho jornadas, ante el colista Elche y con un gol en el minuto 87 del central Joseph Aidoo.
Su aspiración a ganar su quinto trofeo Zarra, que lo convertiría en el primer futbolista español en conseguirlo, ha quedado enterrada por una sequía que se alarga desde el 18 de marzo, cuando marcó en el campo del Espanyol el segundo de los tres tantos que hizo su equipo.
A falta de cuatro jornadas para el final del campeonato, el máximo goleador nacional es Joselu Mato (Espanyol) con 15 tantos, dos más que Álvaro Morata (Atlético de Madrid) y tres que Aspas y Borja Iglesias (12).
Su pronunciado apagón ha coincidido, además, con el del centrocampista Gabri Veiga, y eso ha convertido al Celta en un equipo monótono en ataque. El fútbol del equipo celeste lo generaba Aspas, quien a lo largo de los últimos años ha salido al rescate de los suyos en numerables ocasiones.
Pero desde mediados de marzo, cuando regresó a la selección española casi cuatro años después, apenas ha habido rastros de la mejor versión del 10, castigado físicamente por la lesión crónica que sufre en la espalda.
Aspas ha seguido jugando limitado –solo fue suplente ante el Villarreal- en busca de agrandar su historia con el quinto trofeo Zarra y certificar la permanencia matemática del Celta, pero sin llegar a ser el futbolista desequilibrante del inicio del curso.
A punto de cumplir 36 años, la desaparición de Aspas en el último partido contra el Valencia se ha agravado por unas molestias en la rodilla que provocaron que el pasado jueves se encendiesen las luces de alarma en la ciudad deportiva Afouteza, donde el delantero no pudo completar el entrenamiento.
La trascendencia del duelo ante el conjunto valencianista, un rival directo en la pelea por eludir el descenso, fue el motivo por el que Aspas decidió forzar para estar sobre el césped de Balaídos, aunque solo pudo aguantar 54 minutos. Carvalhal lo sustituyó por el joven Larsen, algo que no se recordaba en Balaídos.
Su imagen en el banquillo evidenció su preocupación. Por delante, el Celta tiene cuatro partidos para sumar la victoria que necesita para certificar matemáticamente su permanencia. El primero el próximo sábado en San Mamés, donde probablemente volverá a contar con un Aspas sin estar al cien por cien.