(Transcripción de Israel Zautúa)
Mi hermano Jesús, que me lleva solo un año y medio de diferencia, aunque no lo parezca (risas), fue quien me hizo socia en la temporada 1992-93. En junio del 91 ascendimos a Primera y dos meses después, en agosto, sufrí un accidente con mi marido y él perdió la vida. Fue un momento muy duro y emocionalmente yo estaba en una situación difícil, motivo por el que, al principio, me costó vivir los partidos de aquella época con el mismo sentimiento con el que lo hacía mi hermano. Pero aun así, yo iba a Riazor a ver los partidos.
El día del penalti de Djukic vi llorar a mi hermano y me pregunté “¿cómo puede llorar?” y ahora lo entiendo porque el Dépor es un sentimiento que aunque quiera explicarlo, no soy capaz de hacerlo. Esa sensación de ir al fútbol con los amigos, la pandilla, sentarnos todos los conocidos en el mismo sitio, las risas, el quedar antes del partido... Sentirme arropada en ese momento en el que lo estaba pasando tan mal, olvidarme del día a día, que era muy duro, es indescriptible.
El Dépor me dio mucho. Él y el trabajo me ayudaron a superar la pérdida de mi marido. ¿Sabéis lo que es ir a Riazor, disfrutar allí y no pensar en otra cosa más? Así que aprendí a vivir el Dépor con esa intensidad con la que siempre lo ha vivido mi hermano.
De aquellas, las mujeres casi no iban al fútbol, pero ahora yo voy a Riazor más que mi hermano. También son socios sus dos niños.
Por temas de trabajo, hubo una temporada en la que me di de baja porque casi no podía ir a los partidos, entonces perdí la antigüedad, pero después, cuando el equipo estaba en Segunda, me volví a hacer socia y ya desde entonces no he llegado a perderme ni dos partidos por temporada. Siempre seré del Dépor. Para mí, ser socio es significativo, el defender a mi equipo, seguir apoyándolo y seguiré mientras pueda.
Cuando repaso mi vida como aficionada blanquiazul me emociono porque ver todo lo que ha conseguido el Dépor y lo que hemos sufrido en los últimos años... ¿Cómo puede criticar la gente a Lucas? Puedes estar de acuerdo o no con que es mejor o peor jugador, pero ¿cómo puedes criticar lo que ha hecho? Si no fuera por él, a lo mejor no estábamos en el fútbol profesional otra vez. Lucas ha sido muy importante para el Deportivo, como lo han sido Mauro, Bebeto o Tristán, que para mí es el mejor delantero que ha habido.
La alegría de regresar al fútbol profesional, con el gol de Lucas, el berrido que pegamos todos, el sentimiento de decir “este equipo se merece estar ahí”... Este ascenso fue brutal. Cuando el árbitro pitó la falta, pensé “esta es para Lucas y tiene que entrar”.
Otro de los mejores momentos que he vivido como deportivista fue la remontada contra el Milan. Creo que es el mejor partido que he disfrutado en Riazor. En el lado malo se encuentra esa semifinal de la Champions con el Oporto, que fue el encuentro con el que más sufrí, más que con el penalti de Djukic, porque ahí yo ya empezaba a estar mejor emocionalmente y disfrutaba más del fútbol y del Dépor.
Djalminha, Rivaldo, Mauro, Tristán, Valerón, Makaay… Hemos tenido unos jugadores que cuando uno mira el presente se pregunta “¿es real lo que vivimos en Primera RFEF?”.
De técnicos, Arsenio fue una institución; Irureta, el que nos dio más títulos; pero me quedo con Garitano, aunque no tuvo suerte en el plano futbolístico, pero lo conozco personalmente y es una excelente persona. Idiakez, aunque hay gente que le critica, unió al vestuario y logró sacarnos del pozo.
En cuanto a presidentes, para mí ‘presi’ solo hay uno. Lendoiro, claro.