Casi mes y medio después de aquel cacareado aplazamiento las cosas ponen en su sitio, el temporal ya no está en Canarias sino en Galicia, el Deportivo visita Tenerife y se apresta a disputar un partido de fútbol. Como aquella tarde el equipo de Gilsanz no puede disponer de Lucas Pérez. Pero eso también ha cambiado: el Deportivo aprende a jugar sin su referente dentro y fuera del campo y en el viejo Heliodoro Rodríguez tendrá una reválida, si cae miraremos todos hacia abajo porque además se le insuflará vida a un rival que trata de salir de la quema; si gana se situará duodécimo en la tabla, ni tan mal visto lo visto; si se firman tablas seguiremos en ese perpetuo stand by que semeja la temporada deportivista, que ni arre ni so.
Para el Deportivo el partido llega en un incómodo filo, dañado por una derrota ante el Levante que devaluó la que se consiguió en Burgos. Por medio el terremoto de la marcha de Lucas Pérez y el premioso mercado blanquiazul no ayudan a que anide el optimismo. Tenerife es esta noche una prueba del algodón que además se sustanciará ante un rival que está de alguna manera ante uno de los últimos trenes para transitar hacia la permanencia, por más que Álvaro Cervera explique que su equipo no está muerto.
Justamente el regreso del técnico al banquillo tinerfeño semejaba haberle dado una nueva vida al equipo. Álvaro conforma equipos de pierna dura, coriáceos y competitivos. Lo hizo durante su anterior etapa en la isla, también en Cádiz. Pero la derrota ante el Eldense, otro combo en puesto de descenso, en la última jornada fue un golpe duro cuando el equipo parecía alzar el vuelo.
Después de repetir alineación en las tres jornadas anteriores, ante Castellón (2-0), Zaragoza (2-2) y Eldense (0-1), con los tres signos posibles, el técnico ha reconocido que introducirá algunos cambios para “airear” y dar “energía” a su equipo. Entre las novedades ha adelantado que en punta jugará Ángel Rodríguez en lugar de Enric Gallego y también podría cambiar los jugadores de banda, por el desgaste acumulado de Waldo Rubio y Alejandro Cantero, y alguna pieza del centro del campo. Pero este nuevo Tenerife de Álvaro Cervera es penúltimo con 15 puntos, a doce de la salvación y a trece de su visitante de esta noche.
Doloridos como están ambos, al Deportivo le alivia al menos sus antecedentes a domicilio. Es lejos de Riazor donde el equipo ofrece su mejor versión, a lomos de la velocidad de Mella y Yeremay. Antes, siempre, con Lucas como lanzador. Las armas son conocidas, pero el andamiaje debe funcionar. Lo hizo en El Plantío ante el Burgos, donde prácticamente se desactivó al ataque local. Deberá hacerlo en Tenerife, destino entre semana en el que el técnico Óscar Gilsanz puede aprovechar para darle vuelo de nuevo en el once a Dani Barcia y dosificar los minutos de Pablo Martínez.
También puede regresar a la titularidad Diego Villares, que se reivindicó el pasado sábado con un gol ante el Levante. No le sobran opciones a Gilsanz, que se maneja con un núcleo de reservistas que no deja de suscitar críticas.
Pero las rotaciones, aunque delicadas, son necesarias: el domingo, a primera hora de la tarde, aguarda otra cita lejos de A Coruña, la siempre complicada visita a Ipurua. Y al día siguiente se cierra ese mercado de invierno del que tanto se esperaba en el deportivismo y que por ahora no hace más que desesperar.