Agustín ‘Tato’ Abadía es una de las mayores leyendas del histórico y desaparecido CD Logroñés. Nacido en Binéfar (Huesca) el 15 de abril de 1962, en 1985 fichó por el conjunto riojano, con el que disputó 259 partidos, siendo el cuarto futbolista que en más ocasiones vistió la camiseta blanquirroja y el tercero en Primera División con 179 participaciones. Siguió en la élite de la mano del Atlético de Madrid y del Compostela, pero fue en Logroño donde se erigió en un símbolo. En mayo de 2012 se convirtió en el primer técnico en ascender a la SD Logroñés a Segunda B y actualmente regenta una tienda de quesos en la capital riojana junto con su mujer, Ángeles.

Las Gaunas, Logroñés, Depor y Primera División. A los jóvenes igual esta combinación de palabras les suena a locura.
Igual sí, sobre todo Logroño, porque es una ciudad más pequeña y casi toda su historia se ha dilucidado entre la Segunda B y la Segunda División. No así como A Coruña, que es una ciudad más grande y la Primera sería su sitio más lógico. Pero no siempre se puede estar en la cresta de ola.

¿Cómo fueron esos tiempos del CD Logroñés en Primera?
Muy ilusionantes. Ahora, con la perspectiva del tiempo, fueron unos años muy intensos y bonitos para los que pudimos disfrutarlos y para toda la ciudad.

Te enfrentaste en siete ocasiones al Depor con el CD Logroñés. Las tres primeras, en Segunda, se saldaron con dos empates y una derrota. Pero en la Liga 1991-92 coincidisteis por primera vez en Primera División. Ganasteis en Las Gaunas (2-1) con un doblete de Anton Polster y empatasteis en Riazor (2-2). ¿Recuerdas aquellos duelos?
Claro. Eran partidos muy difíciles. Hay equipos que se te dan bien, pero el Depor era de los que nos costaba muchísimo y teníamos que pelear mucho para lograr un buen resultado.

Lopetegui, Nacho Martín, Quique Setién, Rubén da Silva, Poyatos, Polster... menudos jugadores juntó el Logroñés.
Cierto. Qué jugadores tan buenos tuvimos, a pesar de que éramos un club modesto y nuestro objetivo era no descender. Con la perspectiva del tiempo se valora aún más.

Qué jugadores tan buenos tuvimos, a pesar de que éramos un club modesto; con la perspectiva del tiempo se valora aún más

Os entrenó David Vidal, con una personalidad especial.
Era una persona divertida, carismática, porque tenía esa forma de ser que a la gente le encantaba, y como entrenador en Logroño hizo cosas buenas.

Caíais bien a los aficionados de toda España.
Sí, era una cosa que se palpaba. Éramos un equipo que la gente nos respetaba, valoraba lo que estábamos haciendo y eso resultaba muy agradable. La gente siempre se guardaba Las Gaunas como destino para venir, no sé si por la ciudad, estar por las calles tapeando y tomando vinos. Se convertía en más que un partido de fútbol.

El Depor se nos daba francamente mal; teníamos que pelear mucho para lograr un buen resultado

De hecho, más de 1.200 deportivistas ya han comprado su entrada para el sábado.
La gente viene a Logroño a disfrutar de todo el 'pack', la gastronomía y el partido. En la primera vuelta, cuando el Depor jugó en Tarazona, como queda cerca de Logroño, aquí hubo mucha gente de A Coruña.

Volviendo a aquellos duelos en Primera, en la temporada 1992-93, que ya estaban Mauro Silva, Claudio, Bebeto y Djukic en el Depor, os cayó un 0-3 en Las Gaunas, pero ganasteis en Riazor 0-1 con un gol de Oleg Salenko, delantero ruso que compartió el trofeo de máximo goleador del Mundial de USA’94 con Hristo Stoichkov con seis dianas.

Aquí Oleg hizo dos años muy buenos. Era un jugador que aquí cayó de pie y de cara a portería le salían todas las cosas y  dejó muy buen recuerdo.

Posteriormente, te mediste a los coruñeses en cuatro ocasiones con el Compos. Tres derrotas vuestras y esa victoria por 4-0 en San Lázaro en septiembre de 1995.
En ese partido entré al final. Fue un año muy bueno, el de Fernando Vázquez, que quedamos subcampeones de invierno con la victoria contra el Espanyol de Camacho, al que vencimos 3-0.

¿Qué jugador del Deportivo te dejó más perplejo?
Todo el equipo era muy bueno. Encima, era un rival que se nos daba francamente mal. Por mi parte me tocaba Nando, también López Rekarte, que era un tío rápido y resultaba muy difícil ganarle la espalda. Y qué te voy a decir de Mauro Silva, Rivaldo y, por supuesto, Fran, que lo tenía todo.

Por mi parte me tocaba Nando, también López Rekarte, que era un tío rápido y resultaba muy difícil ganarle la espalda

Fuiste un ídolo en Logroño y un jugador que se ha quedado grabado en la retina de los aficionados de aquella época.
Al retirarme, sí he percibido que soy reconocible, pero creo que es por mi físico, porque estoy calvo, con bigote, sigo estando delgado como estaba y mi manera de correr en el campo, que era un poco especial.

Tengo entendido que no te gustaba que te llamaran Tato.
No me desagrada, lo que pasa es que no sé por qué se me llama así. Creo que fue un error de una periodista cuando fui al Atlético de Madrid, que creía que me llamaban Tato en Logroño y me empezó a llamar así en las retransmisiones deportivas. Luego, al volver a Logroño, la gente me preguntaba por qué te llaman Tato, y ya me quedé con el apodo, pero no me molesta, aunque me gusta más que me llamen Abadía.

Posteriormente, con la desaparición del CD Logroñés y el nacimiento de la UD Logroñés y la SD Logroñés, en mayo de 2012 fuiste el primer entrenador en llevar a la SDL a la Segunda B, tras haber caído en el playoff un año antes. ¿Cómo viviste aquella experiencia?
El primer año que entrené a la Sociedad, viví mi mayor desilusión en el fútbol porque jugar la promoción, con un equipo en el que todos los jugadores eran de Logroño, fue un esfuerzo brutal y cuando parecía que lo teníamos, no ascendimos. Pero al año siguiente nos resarcimos. Fue un año muy bonito porque el equipo tuvo un comportamiento excepcional. Después, en Segunda B hicimos una muy buena temporada, siendo décimos, y eso que todos tenían que compaginar su trabajo con los entrenamientos. Ahora las cosas han cambiado y se han convertido en un equipo profesional.

¿Cómo se lleva eso de que en lugar de haber un Logroñés, como antaño, haya esta división actual, con dos clubes?
No queda otro remedio que llevarlo. Cuando el CD Logroñés dejó de participar, surgieron muchos equipos, al final han quedado estos dos y no hay manera de que consigan que la ciudad tenga un solo equipo. Creo que sería positivo que todas las fuerzas se unieran, pero lo veo difícil porque ahora hay un empresario que acaba de invertir una cantidad importante en la UD Logroñés, mientras que la SD Logroñés se basa en sus socios y en gestionar bien. Una vez que la UDL ha dado ese paso, si antes era muy difícil la unificación, ahora creo que es imposible.

¿Cómo ves a la SDL, que está en puestos de descenso?
Con muchas preocupaciones porque han cambiado tres veces de técnico. Empezaron bien, pero lo cierto es que está clasificado en un sitio en el que no nos extraña porque es un club modesto y es de los presupuestos más bajos. Nos gustaría que estuviera más arriba, pero hay que entender que este año no se está dando tan bien y, a veces, no se acierta con todas las decisiones. Va a haber que remar mucho para mantener al equipo en la Primera Federación.

El Depor, ahora que se ha enganchado, es un equipo muy potente y complicado de batir

Al Depor le costó arrancar, pero ahora está en su mejor momento.
En muchos equipos históricos que han estado en Primera División y que ahora se encuentran en esta situación, la gente no es consciente de que sus futbolistas actuales son de Segunda B y no saben gestionar la presión de jugar ante tantos miles de espectadores como los de Primera o Segunda División. Estos equipos tienen tanta obligación de ganar, que como no vayan bien desde el principio, es un lastre muy grande porque los jugadores ven que toda la gente está pendiente de ellos y no saben salir de esa situación, mientras que cuando la cosa va bien, como le sucede al Depor en las últimas jornadas, ocurre al revés y se sienten empujados por esa masa social tan grande. Creo que el Depor, ahora que se ha enganchado, es un equipo muy potente y complicado de batir, porque, además, está hecho para ascender.

Varios jugadores del conjunto coruñés hablaron esta temporada precisamente sobre la presión de jugar en un club con tanta masa social.
Porque serán muy buenos, pero no están acostumbrados a eso y de pronto, cuando vienen el Teruel o el Tarazona a Riazor, llevas 20 minutos de partido y el marcador sigue 0-0, el espectador no entiende que esté sucediendo eso y se pone nervioso. La gente tiene que darse cuenta de que tienes jugadores muy buenos, pero que son de Segunda B. Si pudieran jugar en Segunda o en Primera, no estarían actualmente en el Depor, tristemente es así.

La gente tiene que darse cuenta de que el Deportivo tiene jugadores muy buenos, pero que son de Segunda B

¿Qué tipo de partido crees que podemos ver?
Creo que va a ser un partido muy competido. Conociendo a Imanol (Idiakez), al que tuve como jugador en el Girona, y a Mario (Gibanel), el Depor va llevar el peso del partido, utiliza el juego combinativo, pero es algo que a la SD Logroñés no le va a importar, en principio. Va a depender de qué es capaz de hacer la Sociedad cuando robe el balón. Si cuando el Depor tenga la pelota, encima está inspirado, la SDL tendrá pocas opciones. Pero si la Sociedad es capaz de generar problemas, se verá un partido bonito.

¿Te mojas con un resultado?
No tengo ni idea de cuál puede ser, pero espero, por el bien de la SDL, que sean capaces de jugar un buen partido y si puede ser, que ganen porque supondría un impulso muy importante para el equipo de cara a afrontar lo que queda de temporada.

Desde hace años estás al frente de una tienda de quesos. ¿Cómo vino ese cambio?

Acabé muy cansado cuando hice de director deportivo de nuestro Logroñes y me apetecía hacer otra cosa. Con mi mujer, Ángeles, miramos y pusimos una tienda de degustación. Puedes comprar queso, pero también puedes degustarlo, porque tenemos una tapa, y tomarte un vino. Estoy muy a gusto y ya me he acomodado aquí, aunque veo todo el fútbol que puedo, pero ahora desde el banquillo de aficionados.

Me gustaría decir lo contrario, pero el fútbol de ahora es mejor

¿Echas de menos aquel fútbol?

El fútbol de ahora es mejor y lo que echo de menos es simplemente la competición, que es lo que te crea esa adrenalina y adicción. El entorno y demás se pueden pasar, pero el hecho de salir a jugar contra un rival y no saber qué va a pasar, esa incertidumbre, eso es lo que verdaderamente se echa de menos.

¿Realmente es mejor el fútbol de ahora?
Sí, claro. Me gustaría decir lo contrario, pero es mejor ahora. Es evidente que ahora se juega más rápido, más intenso. Me haría dudar si técnicamente son mejores, que no lo creo, y tácticamente creo que tampoco porque eso va con todas las etapas, pero sí juegan más rápido. Los campos de fútbol son mejores, la preparación física ha ido mejorando. Antes había que pegarle un tiro al balón porque los campos estaban hechos un desastre, mientras que ahora en cuanto le pones a un equipo un campo un poco irregular, enseguida se quejan.