Parece que fue ayer, pero este jueves se cumplen quince años desde que el Real Madrid rompiese el maleficio de Riazor. Y es que el equipo blanco estuvo un total de 18 temporadas consecutivas sin ser capaz de ganar en el estadio blanquiazul en partido de Liga. Lo logró en la campaña 2009-10, en un encuentro recordado también por un taconazo protagonizado por Guti que acabó en gol de Benzema. La anterior victoria blanca en A Coruña se había producido en la campaña 91-92, la primera después del ascenso logrado en la 90-91.
Entremedias, el Dépor llegó a desesperar al equipo blanco en Riazor, que doblaba la rodilla en A Coruña año tras año. Salvo algún empate aislado, la derrota madridista en la ciudad herculina se normalizó coincidiendo también con los mejores años en la historia del Deportivo, en los que conquistó seis de sus siete títulos oficiales, Para el recuerdo, goleadas históricas como el 5-2 de la 99-2000, año de la conquista del título de Liga.
Esa racha se rompió aquel 30 de enero de 2010, en lo que parecía la confirmación del fin definitivo de una época. El Depor ya había abandonado desde hacía algo más de un lustro la zona noble del fútbol español, pero el Real Madrid seguía sin ser capaz de ganar en Riazor. Parecía el último clavo ardiendo de la época gloriosa del club al que agarrarse, un recordatorio anual de que el Dépor no se había ido del todo. Aquella noche, el Madrid ganaba en Riazor y los chavales de veinte años no se lo podían creer, porque se habían llegado a pensar que aquello era imposible. Ya con el maleficio roto, en la temporada siguiente, la 2010-11, el Dépor descendía a Segunda.
En aquel encuentro, Granero adelantó al Real Madrid y Benzema, gracias a la ya referida asistencia de tacón de Guti, aumentó la ventaja para los visitantes. En el minuto 86, un gol de Riki hizo al deportivismo albergar la esperanza de que el maleficio aún podría prolongarse, pero esa ilusión se desvaneció cuando Benzema volvió a anotar sobre la bocina para establecer el 1-3 definitivo. Lo hizo con asistencia del exdeportivista Arbeloa.
Los caminos de Dépor y Real Madrid, que durante más de una década fueron rivales directos en la lucha por los títulos (centenariazo incluido), se alejaron irremediablemente a partir de aquella noche. El equipo blanquiazul protagonizó tres descensos a Segunda (con sus dos correspondientes ascensos) y acabó cayendo a la tercera categoría del fútbol nacional, que abandonó por fin el verano pasado. En su particular vía crucis, el Dépor llegó a enfrentarse tanto en la categoría de plata como en la de bronce al filial blanco, el Real Madrid Castilla. Ahora, el club coruñés ya está de vuelta en el fútbol profesional, aunque todavía le separa una categoría de su rival preferido en los mejores años de su historia.