El Deportivo aprovechó sus oportunidades de cara al arco rival y sacó petróleo en su compromiso ante el AD Ceuta, en un partido que no mereció ganar y ante un colista que maniató muchos minutos a los blanquiazules, sobre todo en la segunda parte.
Pintaban bien las cosas para los herculinos cuando al inicio del encuentro Juan Gutiérrez cometía un infantil penalti ante Max Svensson, que materializaba Alberto Quiles.
Antes de que se cumpliese la media hora de juego llegaba el 0-2, de nuevo con el zaguero ceutí como protagonista, que veía como Villares le robaba el balón y batía el Monteagudo. Parecía que el choque estaba encarrilado para el Deportivo, pero los locales demostraban que, pese a sendos golpes, creían en que la remontada era posible, mientras los blanquiazules comenzaban a siestear.
Reina mandaba un balón al larguero y posteriormente a la línea de cal antes del descanso y tras el paso por vestuarios empezaba otro partido para el Ceuta, que se lanzaba con todo a por la victoria. Adri Cuevas volvía a rozar el gol, pero su disparo impactaba en la madera y entremedias Villares sufría una aparatosa caída y se tenía que marchar lesionado, debido a un esguince cervical. Seguía el asedio ceutí, Pablo Martínez salvaba en línea de gol el tanto local y el Depor vivía encerrado en su área.
El Ceuta reclamaba penalti de Víctor Narro, que era posteriormente expulsado por roja directa, y el encuentro acababa con una pequeña tangana entre banquillos y amenazas desde la grada para el linier, en un partido que el Depor ganaba con sufrimiento.