El Juvenil A del Deportivo está a un solo punto de ser campeón del grupo 1 de la División de Honor. Venció al Real Oviedo (5-2) en un partido que dejó sentenciado con un espectacular tramo entre los minutos 28 y 45, y recibió la buena noticia del empate del Celta en el campo del Choco (0-0). Son 72 puntos para los coruñeses y 69 para los vigueses, que llegan con opciones a la última jornada al tener el golaveraje ganado. La visita al Val Miñor dictará sentencia.

Fue una primera mitad extraña la de Abegondo, igualada hasta más allá de su ecuador, pero sin ningún tipo de color una vez el Dépor abrió la lata. Ahí parecieron soltarse los blanquiazules y sentir una losa demasiado pesada los carballones, hasta el punto de que empezaron a caer goles cada tres minutos y solo un golazo de Jaime en el último instante maquilló el resultado de 5-1 al descanso.

No falló en su predicción Miguel Figueira y el Real Oviedo se ordenó en un clásico 4-4-2, con las líneas juntas y un posicionamiento medio-bajo. Al contrario de lo que pudiera parecer, esto no hizo que el Dépor tuviera un gran volumen de posesión en los primeros compases, pues le faltaba pausa, algo que reclamaba de forma incesante el preparador desde el banquillo.

En ese contexto la primera gran ocasión fue para el conjunto asturiano. Jaime se quedó mano a mano ante Álex Marqués tras recibir un pase en profundidad y definió con una vaselina que se perdió al lado del palo derecho. Necesitaba paciencia el equipo blanquiazul, que a partir de ahí comenzó a interpretar mejor lo que debía hacer para madurar el partido.

Comenzó a inclinar el campo con dos buenas acciones de Mario Hermo, capaz primero de forzar un córner en una internada por banda derecha y de sacar luego un centrochut desde izquierda que metió el susto en el cuerpo al portero Kiril. También se quedó cerca el Dépor en una acción de mano a mano de Rubén que no valía por fuera de juego.

Gran acción colectiva

Y ya sí, en el minuto 28, llegó el gol que cambió el signo del partido. Fue a través de una magnífica jugada de equipo, en la que el central David encontró a Rubén en el centro del campo. El delantero hizo gala de su buen juego de espaldas y devolvió hacia Nico, que con la ayuda de Álvaro consiguió llevar el balón a banda izquierda, donde estaba Héctor. Ahí el extremo se internó bien y tiró una buena pared con Rubén para acabar definiendo ante la salida de Kiril.

En los minutos posteriores pudo ampliar distancias José Rey con un tiro cruzado desde el pico derecho del área, pero el 2-0 sería obra de Álvaro Fraga, quien buscó un centro desde la izquierda que se acabó colando pese a ir suave al no tocar nadie y despistar al portero.

Casi todo el peligro llegaba por la banda de Héctor Areosa, que participó en los cuatro primeros goles. Hizo el primero, dio el pase en corto en el segundo y asistió tanto en el 3-0 como en el 4-0. En el tercero envió un centro al segundo palo que no perdonó José Rey con un remate a bocajarro y en el cuarto cedió para que Rubén sentara a dos rivales en el área y orientara el balón donde no podía llegar el meta.

Ya en la prolongación llegó el 5-0, con un disparo desde la frontal de Álvaro Fraga, que de esa forma conseguía su doblete, y la falta en la que Jaime recortó distancias tras lanzar potente y colar el balón con ayuda del poste, donde tocó el balón antes de entrar.

Los ojos en Santa Mariña

El partido estaba resuelto y la segunda mitad no tuvo demasiado que reseñar, con ambos equipos agotando pronto las sustituciones, pero sin que por ello aumentara un ritmo que fue bajo. Lo más interesante era conocer el resultado del Celta, que al descanso empataba sin goles en Santa Mariña contra el Choco.

En el césped el linier invalidó por fuera de juego una definición de Rubén que volvió a ir para dentro y el Real Oviedo se estiró en un par de ocasiones que acabaron con sendos disparos excesivamente cruzados. Lo siguió intentando también el Dépor a arreones, como en un centro desde banda izquierda del revulsivo Parada que detuvo bien el portero en el área pequeña.

Cerca del minuto 80 puso el Oviedo el 5-2 con un buen disparo con rosca de Simón, jugador que entró bastante activo desde el banquillo. Eso espoleó al conjunto local, que apretó en los últimos minutos en busca del sexto y se quedó cerca de lograrlo en un par de intentos de Dipanda y un disparo de Dani que se estrelló en la cruceta.

Pitó el final el colegiado Castro Alarcón y los jugadores del Deportivo se quedaron durante más de diez minutos en el césped esperando a que terminara el Choco-Celta, sabedores de que un gol local les haría campeones. No fue así, pero tampoco se lo llevó su perseguidor, por lo que les basta un empate en el campo del Val Miñor para ganar el título y jugar la Copa de Campeones.