A lo largo de la historia del Deportivo son muchos los jugadores que se han conseguido ganar el cariño de la afición coruñesa. Nombres como Valerón, Scaloni, Djalminha o Mauro Silva, entre muchos otros, todavía lucen en las camisetas de los deportivistas que acuden cada fin de semana a animar al Dépor a Riazor.
A pesar de que durante su primera etapa en el equipo coruñés Lucas Pérez ya se había convertido en un jugador muy importante para los seguidores blanquiazules, tras dejar en enero de 2023 la élite del fútbol español para volver a su casa se convirtió en todo un ídolo para pequeños y mayores, llevando incluso a una aficionada a tatuarse su firma en un brazo.
Rocío Parcero es deportivista de cuna. Desde que nació en septiembre de 1995 su familia siempre le ha inculcado el sentimiento por el Dépor y actualmente junto a Manuel, su marido, acuden a todos los partidos tanto del equipo masculino como femenino. A medida que ha pasado el tiempo recuerda con gran cariño a futbolistas como Quiles o Mackay, pero en su lista de favoritos hay dos nombres que destacan con notoriedad por encima del resto: Lucas Pérez y Pablo Martínez.
Cuando el de Monelos regresó a A Coruña, Rocío acudió a un entrenamiento en Abegondo y le comentó que se quería tatuar su firma. "Él me dijo que ni se me ocurriera, pero así lo hice. Lucas lo significa todo para mí. No tengo palabras hacia él, le admiro tanto como persona como futbolísticamente, le tengo mucho cariño y mucho aprecio", afirma la deportivista, que también tiene plasmado en su piel el escudo del Dépor. "Elegí hacérmela al lado del escudo porque para mi el Dépor es un sentimiento y para él también lo es", explica.
Además, por si fuera poco, también se tatuó un pequeño cangrejo con un cuatro en el medio por Pablo Martínez. Desde que el central llegó a Riazor a Rocío le impresionó cómo jugaba y poco a poco se fue ganando el aprecio tanto de ella como de su marido.
Una vez con ambos diseños sobre su piel, Rocío acudió a la Ciudad Deportiva a enseñárselos a los protagonistas, un momento que titula como "espectacular" ya que afirma que los dos reaccionaron de manera "impresionante".
"Martínez no tuvo palabras. Si ya me tenía un poquito de cariño, yo creo que ahora me tiene más. Lucas me dijo que estaba completamente loca. De hecho, ese mismo día por la tarde fui a su tienda de zapatillas y me dijo que esas cosas no se pueden hacer porque iba a llegar un día que le iba a odiar. Yo le dije que en todo caso me va a odiar él a mi, que soy la que va a Abegondo, a la tienda y la que le para en cualquier sitio cuando le ve. Pero me contestó que él no nos podía odiar, porque nos quería mucho", confiesa ilusionada.