Otra temporada más, y ya serán nueve en la categoría de bronce del fútbol español —llegó incluso a militar una campaña en Segunda División—, el Rayo Majadahonda se dispone a arrancar la temporada con el único objetivo de lograr la permanencia.
Con una masa social ínfima y un presupuesto más que ajustado, el conjunto madrileño tendrá que afrontar otro curso de economía de trincheras, obligado a efectuar una profunda reestructuración en cuanto a su plantel profesional.
Hasta la fecha ha contratado a catorce nuevas incorporaciones para su aventura deportiva 23-24; un colectivo como el de El Cerro del Espino que ya no estará dirigido por el exdeportivista Alfredo Santaelena, que fue capaz de amarrar la salvación desde su incorporación en la séptima jornada del pasado ejercicio 22-23.
Otro de los nombres importantes del pasado curso como el portero colombiano Lucho García —otro ex del RC Deportivo— tampoco tendrá continuidad en la entidad rayista, que tendrá que multiplicar su rendimiento para consumar su objetivo de la campaña que está próxima a iniciarse.
El nuevo entrenador para la próxima campaña será Carlos Cura, un joven técnico de nuevo cuño que se ha forjado en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, club que mantiene un convenio de colaboración con el Rayo Majadahonda.
Cura dirigió el pasado curso 22-23 a un filial humilde como el Club Deportivo Básico Paracuellos, en la categoría de Tercera RFEF.
Después de su buen hacer en este equipo, al técnico de solo 36 años se le presenta la mejor oportunidad de su carrera deportiva, a solo un paso de distancia del fútbol profesional.
Una gran responsabilidad la de suplir a un estratega como Alfredo Santaelena, que el año pasado fue capaz de reconducir la situación de una escuadra que coqueteó gran parte de la temporada con la pérdida de categoría y que finalmente pudo salvarse.
Curiosamente, el sorteo del calendario ha querido deparar un estreno de máxima exigencia para el Majadahonda, toda vez que debutará el próximo sábado 26 de agosto en el estadio de Riazor —partido que comenzará finalmente a las 20.30 horas— frente a uno de los más firmes candidatos al ascenso directo como el RC Deportivo.
Cualquier resultado que no sea una derrota insuflaría una gran moral a los majariegos, que tendrán que mostrarse fuertes en su estadio de El Cerro del Espino para aspirar a continuar un curso más en la tercera categoría del fútbol español.
La pérdida de jugadores determinantes como Mario García, Iñigo Alayeto, Sergio Llamas, Nando García o Néstor Albiach no será un hándicap menor para un bloque con limitaciones económicas y deportivas que tendrá que recurrir también a su cantera para configurar una plantilla de garantías con la que poder competir contra equipos a priori netamente superiores en potencial.
La pasada campaña el Rayo Majadahonda finalizó la temporada en decimocuarta posición, con 45 puntos, con dos de renta sobre la franja del descenso que marcó el Badajoz —con 43 unidades—.
Sus números refrendaron la dificultad del logro de la permanencia, con un total de 12 victorias, 9 empates y 17 derrotas, con un balance global de 42 tantos a favor y 51 en contra.
Para el RC Deportivo, su primer rival de la liga 23-24 será un serio test de calidad, habida cuenta de las dudas que puede haber generado la pretemporada en una nave blanquiazul que también ha experimentado una reconversión.