El ‘efecto piña’, cuya mecha encendió Lucas Pérez en las redes sociales, ha empujado al Deportivo hacia su retorno al fútbol profesional. Durante ese camino hacia el éxito, la escuadra de Imanol Idiakez ha igualado las 18 jornadas sin perder que el cuadro coruñés encadenó en la temporada 1980-81, también para ascender a la Segunda División. La oportunidad de los herculinos de sumar la decimonovena este sábado, frente al Real Unión, supone una ocasión ideal para charlar con uno de los integrantes de aquel Depor. Y qué mejor que hacerlo con Ramón Piña, porque de Piña a piña...
¿Caerá el récord el sábado?
Creo que sí. Otra cosa es que con eso de que ya están relajados, se dejen ir. Realmente ahora es cuando se puede decir que el Depor está hecho un bloque y juega como equipo. Antiguamente andábamos con que si éste tiene que jugar de extremo, si el otro de lateral... unos líos, pero ya hace tiempo que la cosa se ha asentado y somos un equipo de fútbol como teníamos que haber sido a los dos o tres meses.
Vuestra racha también comenzó en la segunda vuelta. Perdisteis el primer partido, contra el Athletic en San Mamés (1-0), y a partir de ahí ya no mordisteis el polvo más.
Hicimos un año bueno. Tuvimos problemas porque en todas las categorías los tienes, pero el nuestro lo veo más complicado porque estaban el Celta y no sé si el Tenerife...
En nuestra época no hicimos ninguna fiesta, era casi como una obligación, que eso es peligroso
Sí. Empezasteis con cinco victorias seguidas, perdisteis tres partidos, os descolgasteis un poco de Celta y Tenerife, pero enseguida estuvisteis entre el segundo y el tercer puesto, hasta instalaros definitivamente en la segunda plaza en la jornada 26.
Los principios siempre son difíciles, pero quiero decir que en aquel momento, los dos grupos estaban integrados por equipos de toda España, no como ahora que es una división más concreta y en el otro grupo está más la zona del Castellón y en éste, la del Deportivo. No es que fueran equipos más o menos difíciles, pero tuvimos enemigos complicados. El Celta y nosotros éramos los favoritos, y al final se consiguió. No hicimos ninguna fiesta ni ninguna comida y eso de ir a Cuatro Caminos ni se llevaba. Era casi como una obligación, que eso es peligroso porque todas las fiestas hay que celebrarlas, sean pequeñas o grandes.
Me encanta que veo señoras, chicos, niños... esa gente que en mi época no iban mucho al fútbol y ahora van familias enteras a Riazor
Se hizo una fiesta el domingo 12 de mayo, cuando se certificó el ascenso. Se va a hacer otra este sábado, tras el partido con el Real Unión... Ante el Barça Atlètic hubo casi 32.000 personas en Riazor y unas 80.000 llenaron las calles. ¿Te sorprendió?
Me sorprende, pero creo que es un poco por lo mal que se ha pasado y porque hubo un cambio generacional. Tengo 70 años y no veo a mucha gente de mi edad en el fútbol. Son socios, pero no veo que vayan mucho y me encanta que veo señoras, chicos, niños... esa gente que en mi época no iban mucho al fútbol y ahora van familias enteras a Riazor... la madre, la abuela... yo voy al fútbol todos los domingos con la mujer, que me encanta, pero esa generación en nuestra época no estaba. En nuestra época era gente más preparada, todo el mundo entendía de fútbol, todo el mundo sabía... todo el mundo pensaba que era fácil todo, y fácil nunca es.
Es que después de vosotros llega el Superdepor, la Liga, los cinco años seguidos en la Champions, el Centenariazo… pero desde el ascenso a Primera de 2014, han transcurrido diez años sin celebrar nada. A lo mejor eso ha provocado que para esta generación nueva este ascenso haya sido un poco como el título de Liga del año 2000.
Pienso igual, me parece que sí. Es una manera de comenzar otra generación, porque no es fácil. En España cuántos equipos de fútbol hay y, sin embargo, al final siempre están arriba el Madrid, el Barcelona, el Valencia y el ‘Atleti’, pero todos los demás las pasan canutas. Todos pasan por Segunda y muchos también por Segunda B. Yo sigo mucho la Segunda, porque tengo a mi hijo en el Tenerife, y al Tenerife le puede pasar un poco como al Depor. Se han salvado y no están contentos. Nosotros estuvimos en Primera División y la gente no estaba contenta.
La última temporada en Segunda, en el único triunfo del Depor con Luis César gracias a un gol de Peru Nolaskoain en el minuto 95, no había ni 9.000 personas en Riazor. Y el día del Barça B, casi 32.000.
Por eso te digo. ¿Tú cómo explicas eso? No hay manera de explicarlo. Siempre recuerdo un partido que jugamos contra el Rayo Vallecano, que era para ascender a Primera División, si hubiésemos empatado. Y perdimos. La gente nos quería matar. Después, el gol aquel famoso de Vicente era para no bajar a Segunda B, y la gente lo celebró como si hubiesen llegado a la luna. Entonces, el fútbol son sentimientos que no puedes comprender ni prever, pero ya llevamos varios años en los que vamos 20.000 personas al campo. El día del Barça Atlètic escuchaba, ‘esto es rarísimo’, pero para nosotros no lo es, porque todos los domingos, aunque juguemos contra el último, van 20.000 personas. Lo que sí te sorprende, y más al que viene de fuera, es el boom, porque parece la final de la Champions. Choca un poco, aunque lo ves venir, porque para este sábado ya hace un mes que no hay entradas, entonces ya ves venir que va a haber otra fiesta, se va a quemar Cuatro Caminos... pero ya hace cuatro años que empezó a empujar todo el mundo, aunque en la época nuestra iban 10.000 o 12.000 personas.
La de esta temporada es una de las mayores medias de afluencia de público a Riazor.
Cierto. En el campo estamos todos esperando a los minutos finales del partido, cuando en el videomarcador ponen la cifra de público, para ver cuántos somos ese día. Hay una corriente que nos empuja a querer ser cada día más.
Fui a Cuatro Caminos, estuvimos esperando, empezaron a decir que no venían los jugadores y no nos gustó
Hablabas de Cuatro Caminos. ¿No cortó un poco el rollo que el equipo no acudiera allí el 12 de mayo, tras sellar el ascenso, ni que al día siguiente se celebrara el acto en la Plaza de María Pita por esas diferencias con el Concello?
A mí no me gustó, porque si no vas a Cuatro Caminos, parece que no hay fiesta. De hecho, yo fui a Cuatro Caminos, había gente y estuvimos esperando, pero al final empezaron a decir que no venían los jugadores y no nos gustó. Igual que no me ha gustado el tema del Ayuntamiento. Son cosas que no deberían ocurrir, pero por desgracia ocurren. Ojalá se solucione, porque hay que celebrar las fiestas... ya que celebramos pocas. Me gustaría que la afición del Deportivo no estuviera amargada. Es decir, que disfrutemos de los triunfos, como decía Richi, ‘en Primera, en Segunda o en Tercera’. Qué más da. Hay que celebrar los éxitos del equipo, independientemente de la competición en la que esté. No te amargues porque estemos en Primera y no ganes, porque eso ha sucedido.
La mayoría de los aficionados han celebrado el ascenso, pero es cierto que he escuchado a alguno decir que no iban a celebrarlo porque se trata de un ascenso de Primera RFEF a Segunda División.
Es obligatorio celebrarlo. Yo estuve de Consejero del club cuando estuvimos en Primera, y nos salvábamos y hubo muchos problemas... no querían quemar el estadio de casualidad. Eso tiene que acabarse. El pasado fin de semana, el Celta celebró la permanencia como si fuera la Champions. Imagínate que el próximo año estamos entre los cuatro primeros, peleando por ascender, pero al final no se consigue. Pues habrá que celebrarlo. Es que para mí somos un equipo humilde... no soy de esos que piensan que somos el Madrid o el Barcelona.
Disfrutamos de los buenos tiempos y hay que dar las gracias, pero ésa no es la realidad y la gente tiene que saberlo
Esa época dorada en la que se ganó la Liga, las Copas y se jugó la Champions llevó a mucha gente a pensar que ésa era la realidad, cuando el Depor venía de años en Segunda, del equipo ascensor y de bajar a la tercera categoría.
Disfrutamos de los buenos tiempos y hay que dar las gracias, pero ésa no es la realidad y la gente tiene que saberlo.
¿Esperabas una segunda vuelta como la que hemos vivido?
Ni de coña, eso no se lo cree nadie. De los cuatro años que hemos competido en la tercera categoría, ha sido en el que peor empezamos. Sabíamos que había buenos jugadores, pero es que llevamos 18 partidos sin perder. ¿Quién pensaba eso en Navidad? Nadie. Todos estábamos esperando a ver si arrancaban y al final, se arrancó.
En la 1980-81, mantuvisteis un pulso con el Celta, pero anduvo muy fuerte y finalizó campeón. Ganó en Vigo (1-0), empató en Riazor (1-1) y, además, os eliminó en la Copa.
Yo jugué contra el Celta desde los 16 años y siempre nos pasó lo mismo. Creo que jugamos contra el Celta con la obligación de que tenemos que ganar siempre, como si fuéramos los reyes del mambo y ellos fueran unos paquetes. Creo que ellos no tienen la misma presión que tenemos nosotros. En juveniles no pasa lo mismo, porque los chavales saben que son iguales y no se genera esa obligación de ganar.
¿Cuál ha sido la clave para la espectacular segunda vuelta del Depor de Idiakez?
No quiero meter esa responsabilidad de que gracias a que saltó Mella, gracias a que Lucas... porque van a pensar que para el año que viene, Mella te va a hacer ganar todos los partidos y no es así. El entrenador, por un motivo u otro, en un momento determinado ha sabido acoplar a once jugadores para formar un buen equipo, que es lo más difícil que hay en el fútbol. Los demás chavales pueden entrar y salir en un momento determinado, pero por lo menos saben que hay un once. El Deportivo ha sabido jugar fuera de casa y ha sido un bloque, pasándolas canutas, pero ha ganado gracias a tener ese equipo, no gracias a tener a Mella o a un gol determinado, aunque sea muy importante.
El Deportivo ha sabido jugar fuera de casa y ha sido un bloque, pasándolas canutas, pero ha ganado gracias a tener un equipo
Vosotros también teníais un once definido.
Por supuesto. Había un equipo titular claro.
Marcasteis 70 goles. Traba firmó 17; Muñoz, 13; Pancho García, 10; Castro, 9; y José Luis, 8. Casi nada.
Lo que pasa es que Vicente en esa época empezaba a jugar, era un chaval, igual que Pardito. Se hizo una campaña muy buena.
Encadenasteis doce triunfos —seis por la mínima— y seis empates.
También había cada campo... nos tocó jugar en casa de la Arandina. Ahora no existe eso. Un equipo que quiere subir, necesita un campo bueno. Imagínate ahora que todos los campos fueran como el del Arenteiro.
Arenteiro, Tarazona...
Son campos complicados, pero es que antes eran todos así. ¿Quién tenía un campo bueno antes? Nadie. Ni nosotros casi lo teníamos.
Cuando marcó Lucas, sentí una liberación porque el Depor no puede estar en Segunda B
¿Qué sentiste con el gol de Lucas ante el Barça Atlètic?
Una liberación, digamos, porque el Depor no puede estar en Segunda B. ¿Puede bajar? Sí, como bajan muchos equipos, pero es que hemos estado cuatro años y el Deportivo mínimo tiene que estar en Segunda, como estuvimos siempre, entre Segunda y Primera.
¿Qué te pareció que fuera él quien selló el ascenso?
Me gustó que lo marcara Lucas, aunque también me hubiese gustado Mella, porque conozco al padre, que estuvo conmigo. Pero Lucas es el capitán, nuestro alma mater, el símbolo, entonces también me llevé una alegría por él.
¿Eres de los que ya ven al equipo en Primera División?
No. Veo que estamos en el camino de jugar al fútbol. La Segunda División no tiene nada que ver con esta categoría. Es muy difícil. Quedan dos jornadas y no se sabe ni quién asciende ni quiénes bajan. Hay mucha igualdad.
¿Te sirve esta plantilla para Segunda?
La Segunda es otra historia. Hay muchos jugadores que valen, pero otros no.
Aunque a la gente le parezca un chiste, la unión que quiso demostrar Lucas con lo de la piña hacía mucha falta porque estábamos muy dispersos
¿Cómo ves a los jóvenes para la categoría de plata?
La gente de arriba puede jugar tranquilamente. Estos van a ser profesionales y van a vivir del fútbol. Otra cosa es que seas un defensa, un centrocampista o un lateral, porque ahí tienes más competencia. Pero si tienes calidad y velocidad, vas a jugar. No sé si vas a jugar en Primera o en Segunda, pero vas a ser profesional, seguro. Y creo que Mella, Yeremay y, por supuesto, Lucas, tiene calidad de sobra para jugar en Segunda.
Al final, el ‘efecto piña’ ha tenido un final feliz.
Yo no sabía bien de qué iba la historia, todo el mundo me hablaba de él, pero todas estas cosas están bien porque ayudan. Aunque a la gente le parezca un chiste, la unión que quiso demostrar Lucas con lo de la piña hacía mucha falta porque estábamos muy dispersos. Si miras hace dos o tres años, unos estaban por un lado, otros criticando por el otro... no estábamos todos juntos en el mismo camino. Seríamos todos lo mismo, pero andábamos un poco dispersos y la idea que tuvo él sirvió para unirnos a todos.