Ramón Calvo: "Arsenio fue determinante para mí porque me dio toda la confianza del mundo”
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Ramón Calvo: "Arsenio fue determinante para mí porque me dio toda la confianza del mundo”

Ramón Calvo: "Arsenio fue determinante para mí porque me dio toda la confianza del mundo”
Ramón Calvo, durante su etapa en el Dépor y junto al busto de Arsenio, donde posa con el también ex del Dépor Agustín Peralta (d) Imágenes cedidas

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Vistió la camiseta blanquiazul en 77 ocasiones en Segunda División, durante las tres temporadas en las que militó en el Dépor, entre 1986 y 1989, procedente de la SD Huesca. Es el padre de Dani Calvo, central del Real Oviedo que el pasado sábado brilló en Riazor en el estreno de la Liga 2024-25. Y formó parte de la dirección deportiva del club oscense, al que el conjunto coruñés visitará el viernes en El Alcoraz. Ramón Calvo (Huesca, 1962), quien recientemente regresó a A Coruña con motivo del Trofeo Teresa Herrera, recuerda su época en el Deportivo, valora el choque con el Oviedo y analiza el siguiente test del bloque herculino.

 

¿Cómo recuerda su etapa?

Tengo un gran recuerdo porque me fichó el Deportivo cuando yo jugaba en la SD Huesca, en Tercera División, que jugamos el playoff de ascenso a Segunda B. Se interesaron por mí y llegamos a un acuerdo a través de Agustín Peralta, que jugó en el Dépor en la primera mitad de la década de los 80 y también es de Huesca. Yo tenía mucha ilusión y para mí fue un hito llegar a A Coruña para jugar en el fútbol profesional durante esas tres temporadas.

 

Tuvo bastante presencia en el equipo coruñés.

Sí, la verdad es que fui de menos a más porque en mi primera temporada había un equipazo. Acabamos segundos, por detrás del Valencia, que en la época actual habríamos ascendido directos a Primera, y jugamos el playoff de ascenso. Recuerdo que me lesioné al principio de la Liga, durante un partido amistoso en Ourense, y estuve dos meses y medio o tres sin jugar. Luego el equipo iba muy bien, costó entrar, pero acabé jugando casi 20 partidos. Después, en mi segunda y tercera temporada, jugué mucho más, sobre todo con la llegada de Arsenio Iglesias.

 

Sí, tuvo tres entrenadores aquí. Eusebio Ríos, Luis Rodríguez Vaz y Arsenio.
Eusebio Ríos estaba cuando llegué y completó mi primera temporada. En la segunda, lo cesaron y entró Rodríguez Vaz. Después ya entró Arsenio, que para mí fue determinante porque me dio toda la confianza del mundo y rendí a plena satisfacción desde su llegada.

 

Era muy cercano.
Sí. Tengo un gran recuerdo de él porque vivía momentos un poco complicados, tras el cese de Eusebio Ríos y la llegada de Rodríguez Vaz, porque conmigo contó muy poco, y a raíz de la llegada de Arsenio, se me abrieron las posibilidades de entrar en el equipo desde el primer momento. Entonces, le estoy eternamente agradecido a Arsenio y a Eusebio Ríos porque me dieron plena confianza. Cuando después fiché por el Valladolid, en la temporada 89-90, me despedí de Arsenio, que no estaba muy satisfecho porque quería seguir contando conmigo, pero yo tenía 27 años y quería llegar a Primera y veía que en el Dépor estábamos en Segunda y nos costaba, entonces, se me brindó la oportunidad de irme a Valladolid. Y fíjate después lo que me perdí.

 

¿Quién iba a saber lo que vendría después en el Dépor?
Ya. Además, esto fue en el verano de 1989, que el Deportivo no ascendió hasta 1991, cuando yo ya estaba retirado porque en mi segunda temporada en el Real Valladolid, el 1 de agosto de 1990, me lesioné de gravedad y ya no me recuperé. Pero el sentimiento que yo tengo por el Deportivo es muy grande y le agradezco mucho al deportivismo, al Dépor y a toda la familia de allí. Tengo contacto con Chuchi Hidalgo.

 

El sentimiento que tengo por el Deportivo es muy grande

 

Cuando llegó al equipo coruñés, jugaba de interior izquierdo, pero en el último curso coincidió con la eclosión de Fran, y Arsenio le reconvirtió en lateral.
Efectivamente. Cuando llegué aquí jugaba en el mediocampo por la izquierda, pero cuando Arsenio se hizo cargo del equipo, explotaron Fran y José Ramón, que en aquel momento tenían 19 y 20 años, y recuerdo, como si fuera hoy, que vino Arsenio y me dijo, refiriéndose a Fran, “como ha salido este chico, que tiene muy buenas condiciones, y usted juega en la misma demarcación, yo quiero jugar con los dos. Entonces, vamos a jugar con una línea defensiva de tres centrales y a usted lo vamos a colocar de carrilero”. Y desde ese momento, empecé a jugar, no como lateral izquierdo, porque tenía mucha más profundidad, sino como carrilero, porque Arsenio jugaba mucho con tres centrales, y Fran jugaba delante de mí. Y acertó, porque mira la carrera que hizo luego Fran y lo que consiguió con el Dépor.

 

¿Ya apuntaba el nivel que terminó dando?
Sí. Cuando cesaron a Eusebio Ríos, se hizo cargo del primer equipo el entrenador del Fabril, Rodríguez Vaz, que subió directamente a Fran y a José Ramón, y prescindió de mí. Yo los conocía personalmente, pero no los había visto jugar y cuando los vi, sobre todo a Fran, ya les vi unas condiciones sobrenaturales y José Ramón, sobre todo, una capacidad de organización impresionante. Entonces, ya vi que estos estaban varios peldaños por encima de mí y del resto de los compañeros, y así fue. Luis Rodríguez Vaz fue el protagonista de darles la oportunidad, pero luego Arsenio continuó con la misma situación, aunque también quería contar conmigo, por eso me reconvirtió en carrilero. Fran y José Ramón fueron dos futbolistas excepcionales.

 

Fran y José Ramón tenían unas condiciones sobrenaturales; estaban varios peldaños por encima 

 

También coincidió con Gonzalo, padre de David Mella. ¿Conoce al hijo?
Personalmente no, pero como en su día jugué el Teresa Herrera y aprovechando que en esta última edición jugaba mi hijo con el Oviedo, me acerqué a A Coruña y vi el torneo. Y ya vi a David circular por ahí, que con su padre coincidí. He visto que su hijo tiene unas condiciones muy buenas, con una verticalidad, una profundidad, hábil, rápido... También vi el partido del pasado sábado entre el Oviedo y el Deportivo y vi muchas cosas muy buenas en ese jugador y le auguro un futuro y una proyección muy importante. Había oído hablar de él y sabía que el año pasado había jugado muchos partidos en Primera RFEF, sabía que era hijo del que jugó conmigo, pero no lo conocía futbolísticamente, pero en el primer partido de Liga me sorprendió muy positivamente, porque tiene unas condiciones muy buenas para llegar al máximo nivel.

 

¿Qué le pareció el Dépor?
Un equipo serio, disciplinado, que tras las cuatro temporadas que ha estado en Primera RFEF, ahora regresa al fútbol profesional, donde se va a encontrar con una Liga que prácticamente es de Primera División. Lo vi como un equipo parecido al Real Oviedo, que lo mejor que tiene es de la mitad del campo hacia delante, porque tiene jugadores con mucho desborde, mucha peligrosidad por las bandas y mucho peligro en ataque. Y de la mitad hacia trás, lo vi más normal, serio. Pero en ataque tiene jugadores muy verticales.

 

Como Mella y Yeremay.
Y luego imagínate la peligrosidad que tiene Lucas Pérez, que tiene una velocidad aún muy importante y golpeando la pelota en los córners y en las faltas. Para mí es un equipo que, sobre todo, arriba tiene jugadores que pueden decidir muchos partidos, muchos.

 

Mella tiene unas condiciones muy buenas para llegar al máximo nivel

 

Se encontró un Oviedo muy serio atrás, porque su hijo, Dani Calvo, y su compañero en el eje de la zaga, David Costas, cuajaron un partidazo.
Estuvieron muy serios, atentos a todas las situaciones y la defensa del Oviedo estuvo realmente sobresaliente. Del Oviedo qué te puedo decir, le tengo un cariño tremendo, mi hijo ya es su cuarta temporada allí y el comportamiento y el trato de todos ha sido excelente. Hace poco mi hijo hizo unas declaraciones en las que dijo que el equipo esta temporada como poco es como el año pasado. Creo que incluso hasta han podido mejorar en alguna demarcación. El año pasado se clasificaron sextos y estuvieron a punto de ascender. Tienen un equipo muy competente, firme y creo que por lo menos lucharán por el playoff. Aunque ya sabemos cómo son estas ligas, que hay mucha igualdad y cualquiera te puede hacer un roto.

 

El Dépor visita ahora al Huesca, club que conoce bien.
Cuando dejé el fútbol, vine a Huesca y entré en el club sobre el año 93 hasta el 2000, que hice funciones de delegado, de dirección deportiva, pero el equipo estaba en Tercera y en Segunda B. Después, entrené al fútbol base, en categorías inferiores de otro equipo que hay en Huesca que se llama Peñas Oscenses y ahí estuve hasta el 2014, cuando ya lo dejé de forma definitiva, pero he sido entrenador durante 20 años de fútbol base y de equipos de Tercera y Regional Preferente.

 

El Dépor arriba tiene jugadores que pueden decidir muchos partidos

 

¿Qué tipo de rival es?
Duro y muy rocoso. Es un equipo que cogió Antonio Hidalgo y es muy serio, disciplinado en labores defensivas. Como marquen primero, es un equipo muy difícil de contrarrestar y de darle la vuelta al marcador. De hecho, contra el Elche marcaron en el último momento y fueron capaces de aguantar el resultado hasta las últimas consecuencias. Es muy difícil hacerle ocasiones, al menos es lo que ha ocurrido la temporada pasada y el pasado domingo en Elche. Y tiene jugadores muy verticales por las bandas, las cuales le pueden inquietar al Deportivo. Pero qué más te voy a decir, si hay varios integrantes del cuerpo técnico del Dépor que son de Huesca.

 

Cierto, hasta cinco aragoneses y tres de Huesca.
Cuando el 8 de agosto fui a A Coruña, fui con mi amigo Agustín Peralta, exjugador del Dépor como yo, y lo primero que hicimos fue entrar en Abegondo, porque no lo conocíamos, ya que no volvía a A Coruña desde 2006, cuando se celebró el centenario del club y el Deportivo nos invitó a jugadores de todas las épocas. Esta vez, a través del Teresa Herrera, recorrimos los más de 900 kilómetros que hay y lo primero que hicimos fue ir a Abegondo a ver el entrenamiento del Dépor. Ya habíamos hablado con el único que nos queda de nuestra época, que es el utillero, Suso, y sabía que allí están Mario Gibanel, el segundo entrenador, que es de Huesca; el preparador físico, Roberto Cabellud, que es de Huesca; y el psicólogo, Joaquín Sorribas, que es de Huesca. Madre de Dios... Cuando llegué y nos vieron, no se lo podían imaginar porque, además, tengo mucha relación con los tres. También con el responsable del fútbol base, Ismael Arilla, pero no lo vi. Los cuatro han trabajado en el Huesca. Además, entrené a Joaquín allí. Y a Mario lo entrené y lo fiché para el Huesca.

 

Entrené a Joaquín Soarribas en el Huesca y a Mario Gibanel lo entrené y lo fiché

 

¿Qué va a suceder el viernes?
Lo que pueda pasar, no lo sé (risas), pero va a ser un partido muy igualado y como se adelante el Huesca, al Dépor le va a costar mucho sacar algo de allí. Luego ya sabes... Basta que te diga esto para que se adelante el Huesca y termine remontando el Deportivo (risas). Pero creo que va a ser un partido muy duro.

Ramón Calvo: "Arsenio fue determinante para mí porque me dio toda la confianza del mundo”

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