El Deportivo está atravesando esa fase de la temporada que tienen todos los equipos antes o después, en la que parece que sus jugadores se lesionan solo con levantarse de la cama. El último en caer es Dani Barcia, que será baja esta noche ante el Cádiz después de sufrir un nuevo contratiempo físico cuando volvía a estar asentado en el once titular de Óscar Gilsanz.
Más allá del alcance de la lesión, en las próximas horas se someterá a pruebas médicas, este contratiempo es de los que duelen y preocupan a partes iguales. El canterano notó dolor en el recto anterior y se retiró del césped de Abegondo visiblemente contrariado. Probablemente por las molestias, pero seguro que también siendo plenamente consciente de que es la misma zona que ya le dio problemas durante la primera vuelta y que lo tuvo en el dique seco más de dos meses. Entonces los problemas llegaron tras un partido, el décimo consecutivo que el canterano había encadenado en el once gracias a su impecable irrupción en el fútbol profesional. Forzó para jugar ante el Almería en un partido al que el Dépor acudió mermado por las bajas y lució un aparatoso vendaje en la pierna derecha. No fue suficiente. Barcia jugó los 90 minutos en la derrota blanquiazul, pero acabó pagando una factura mucho más cara que los puntos. Ahora, después de volver en enero, se había consolidado y sumaba cinco jornadas consecutivas de inicio recuperando su mejor versión, pero de nuevo se ve obligado a frenar.
El tiempo que el futbolista de O Temple permanecerá ausente está todavía por ver y podría ser prolongado, por lo que llega un nuevo turno para Pablo Martínez.
La temporada del francés ha sido una montaña rusa hasta el momento y por delante se le presenta la oportunidad de terminarla en alto. No tuvo un buen inicio. Fue la apuesta de Idiakez para iniciar el curso junto a Pablo Vázquez en el eje de la zaga y a los cinco partidos perdió el puesto después de varios errores y un nivel general pobre que costaron puntos. Él mismo lo reconoció meses después, precisamente cuando le tocó regresar al once con la baja de Barcia.
Se recompuso y volvió a parecerse al que dominó en Primera RFEF, con partidos notables como el que completó ante el Almería en Riazor desquiciando a Luis Suárez. Pero Gilsanz ya había tomado la decisión y en el momento en el que el canterano estuvo a tope, el puesto fue para él.
Y es que la sensación mayoritaria es que al equipo blanquiazul le ha sentado mejor la presencia de Barcia. A nivel defensivo el joven no ha desentonado, mientras que con balón, su tranquilidad y saber estar han sido claves en la mejoría para iniciar el juego desde atrás que ha mostrado el equipo en los últimos meses. Esa distancia a nivel de impacto se reduce si vamos a los datos. Barcia ha sido titular en 16 ocasiones, mientras que el galo ha salido de inicio 17 veces. Equilibrados en apariciones desde el central zurdo, los números favorecen ligeramente al canterano, sobre todo en lo que respecta a goles encajados. El cuadro herculino tiene un balance de seis goles a favor cuando está en el campo, mientras que Martínez, por poco, sale a deber (-1). No hay gran diferencia en los resultados concretos, en todo caso, con una hoja de servicio de seis victorias, seis empates y cuatro derrotas con Barcia, por las cinco victorias, seis empates y seis derrotas cuando el que sale en el once es Martínez.
No está siendo buen negocio ser defensa este año en el Deportivo. Las posibilidades de tener que pasar por la enfermería son altas en una línea que está concentrando lesiones en prácticamente todas las demarcaciones. Incluso Jaime, que no alcanza los 100 minutos de juego esta temporada repartidos en 10 partidos, se ha perdido encuentros en varios momentos del curso debido a problemas físicos sufridos en el día a día. El andaluz regresa a una convocatoria y alivia ligeramente el parte de guerra en el que figuran ya Ximo Navarro, Sergio Escudero y Obrador, además del propio Barcia. Y lo peor es que no son lesiones menores. El lateral mallorquín es el que está más cerca de volver, aunque los servicios médicos van a cuidarse mucho de arriesgar con ese esguince de rodilla. No se espera por los otros dos carrileros. Escudero sigue ejercitándose sin contacto para no perder el ritmo y a Ximo todavía le queda más de un mes de reposo deportivo antes de poder comenzar la readaptación. Ahora mismo, Óscar Gilsanz tiene únicamente cinco defensas sanos del primer equipo.
Con este panorama, al técnico de Betanzos no le quedará otra que estrenar una nueva línea de cobertura. Será la undécima que el Deportivo presente esta temporada y la cuarta diferente en los últimos cuatro partidos, en la que las circunstancias siempre han obligado a ir haciendo retoques y tirando de recursos para tapar las vías de agua.
Más allá de ese núcleo central ya probado que forman los ‘Pablos’, el foco volverá a estar puesto en los laterales. Porque después de una primera toma de contacto en A Malata, Petxa y Tosic se enfrentan a su primer gran examen. Ontiveros, Ocampo, Melendo y compañía llegan en un Cádiz que exige mucho en la defensa de los costados, presentando un desafío para dos jugadores con ganas de reivindicarse. En el caso del vasco, espantando de una vez por todas los fantasmas que lo han perseguido, sobre todo en Riazor, en esta primera temporada como blanquiazul. Por parte del serbio, se trata más de una oportunidad de confirmación. En Ferrol mostró que, cuanto menos, puede ser una opción real para proteger el carril mientras Obrador se recupera. Hoy, en el que serán sus primeros minutos en Riazor desde que llegó a última hora en el mercado de invierno, intentará ir a más y demostrar que su irregular puesta en escena ante el Eldense fue simplemente un mal día en la oficina.
En todas estas idas y venidas, el que siempre ha estado de guardia es Pablo Vázquez. El central valenciano atraviesa el mejor momento de su carrera y está completando una gran campaña a nivel de rendimiento y de durabilidad. Ha sido titular en las 33 jornadas disputadas hasta el momento y puede presumir de ser el único jugador de campo de Segunda División que no ha sido sustituido en ningún encuentro.
Acumula pleno de minutos con el único asterisco de los instantes finales ante el Castellón en el pasado mes de noviembre, cuando tuvo que salir del terreno de juego por unos calambres. Porque ni un maratoniano como él ha podido esquivar del todo la maldición de las lesiones que este año persigue a la zaga blanquiazul ya desde la pretemporada.