Los más de 16.000 seguidores que poblaron las gradas del Abanca Riazor no pudieron disfrutar de una nueva victoria y fueron testigos de como el equipo se dejaba sus primeros tres puntos en casa a manos de un San Fernando que fue estandarte, sobre todo con un jugador menos, del ‘otró fútbol’. Una triquiñuela que no puso de excusa Borja Jiménez de la derrota. Un golpe que hace daño a un equipo que ha perdido su confianza, al que con poco le hacen daño y que necesita de nuevo volver a creer en sí mismo. De momento, su hinchada le sigue apoyando y animando y Riazor volvió a presentar una gran entrada.