Israel Zautua /Juan L. Cudeiro
A Coruña volverá, casi con total seguridad, a ser sede de un Mundial. Este viernes se hará oficial una designación para la que ha habido que recorrer un intrincado camino por el que todavía transitan ciudades como Vigo. Porque a última hora podría haber incluso dos sedes gallegas en 2030 y la ciudad olívica entraría en detrimento de San Sebastián o del segundo estadio de Barcelona, el ubicado en Cornellá-El Prat. Aun así, no lo tienen sencillo.
Ayer se celebró una reunión entre la comisión directiva de la organización del Mundial 2030, dependiente de la Federación Española de Fútbol, y el Gobierno para evaluar las candidaturas y confeccionar el acta final que entregarán a la FIFA. En este escalafón se tuvo en cuenta el trabajo desempeñado por las diferentes candidaturas durante los últimos meses, así como los proyectos presentados. A Coruña no sólo reúne los requisitos para convertirse en sede del Mundial 2030, sino que ha recibido una puntuación superior a Vigo. Si no se produce un giro final, volverá a haber fútbol mundialista en Riazor, que aumentará su aforo hasta los 48.015 asientos.
A Coruña ha cimentado sus opciones en la sostenibilidad de su proyecto, pero debe resolver el problema de la financiación. Desde el Concello se trabaja en una candidatura que está vinculada a que el estadio no sea sólo un ágora futbolístico, sino un recinto multiusos que se enfoque a albergar eventos de primer nivel más allá de los vinculados al balón. Sólo así se justifica el esfuerzo inversor y la posibilidad de obtener un retorno. A los federativos les sedujo el planteamiento de A Coruña y por eso ha adelantado a otras candidaturas, como la de Vigo en la puntuación final.
Con todo, no se descarta en este sprint final pleno de presiones y conversaciones que Galicia pueda albergar dos sedes mundialistas, tal y como ocurrió en 1982. Lo que en principio era una nueva rivalidad entre A Coruña y Vigo en la pugna por convertirse en una de las once sedes españolas del Mundial 2030, se ha matizado y ahora Vigo, que ha logrado una moratoria de 48 horas, enmienda y completa a la carrera su proyecto para subirse a última hora al tren mundialista.
Serán veinte las sedes que acogerán encuentros del Mundial 2030. A falta de la confirmación oficial de la FIFA, once estarán en España, seis en Marruecos y tres en Portugal.
El pasado 12 de octubre, la RFEF presentó a la FIFA quince estadios, de los que El Molinón (Gijón) fue el primero en caerse. La Nueva Condomina (Murcia) es otra de las candidaturas que dijeron adiós debido a los problemas entre el Ayuntamiento y el gobierno regional. Además, Mestalla (Valencia) trata de resolver problemas burocráticos que mantienen sus opciones en el aire. Balaídos (Vigo) sería en este escenario el cuarto estadio descartado, más cuando la valoración técnica de su proyecto ha sido inferior a la de la capital herculina.
Si A Coruña es elegida como sede para el Mundial 2030, Riazor precisará de una reforma cuyo coste estimado rondaría los 90 millones de euros.
El aforo pasaría de los 32.660 espectadores a 48.015, para lo que sería necesario la construcción de un tercer anillo en las gradas. Otra de las obras obligatorias sería la creación de un acceso directo desde el exterior a los bajos del estadio para contar con un aparcamiento subterráneo.
Las obras arrancarían en los próximos meses, una vez que la RFEF y la FIFA designen las 20 sedes, y se prolongarían durante unos tres años.
La Xunta, la Diputación de A Coruña, el Concello y entidades privadas asumirían la financiación de la reforma para que la capital herculina pueda convertirse en sede de la cita mundialista.
Los responsables de turismo, hostelería, comercio y transportes de la ciudad consideran que el evento sería beneficioso para la capital.
“Sería muy importante por la proyección de la imagen hacia el exterior y por el valor económico”, apuntaba hace unos días a este diario Agustín Collazos, presidente de la Asociación Empresarial de Hospedaxe de A Coruña (Hospeco).