Mejorar las prestaciones en Riazor es la única asignatura pendiente del Dépor de Óscar Gilsanz para subir un escalón y pasar de pelear por la permanencia en Segunda División a fijarse metas más ambiciosas. Desde que el betanceiro sucedió a Imanol Idiakez en el banquillo hace casi tres meses —primero, como técnico interior y posteriormente, ya como entrenador oficial de la primera plantilla—, la mejoría de la escuadra herculina ha sido evidente en todos los aspectos, incluido el rendimiento en casa. Aun así, es el apartado en el que el conjunto blanquiazul se sigue mostrando más vulnerable y donde más debe superarse, empezando desde el próximo sábado, cuando disputará su primera cita como local de 2025.
El Deportivo ha dejado escapar casi la mitad de los puntos que ha disputado en Riazor desde que Gilsanz está al frente de la plantilla. Bien es cierto que la mejoría respecto a Idiakez es notable, ya que con el vasco en el banquillo el equipo registró una victoria, dos empates y tres derrotas como local, sumó cinco puntos de dieciocho posibles (27,7%) y dejó escapar el 72,3%. Con el preparador betanceiro, los números son mucho más positivos, ya que los deportivistas han vencido en tierras herculinas al Eibar (1-0) y al Castellón (5-1), han empatado con el Sporting (1-1) y el Zaragoza (1-1) y han perdido frente al Mirandés (0-4). Ocho puntos de quince posibles (53,3%) y se han esfumado el 46,7%.
Los números de los coruñeses en su estadio no son malos, pero sí están lejos de los que exhiben los equipos que abren la clasificación. Salvo el Racing de Santander, que pese a ser el segundo clasificado, apenas ha sumado el 52,77% de los puntos que ha disputado en su campo (19 de 36), los otros equipos que ocupan las cuatro primeras plazas lucen números muy buenos en su campo. El Almería, líder, lleva el 66,6% al haber conseguido 22 puntos de 33. El Elche, tercer clasificado, lleva 26 de 36 unidades en el Martínez Valero (72,2%). El Levante, cuarto y próximo rival deportivista, ha conquistado el 69,7% de los puntos que ha jugado en el Ciutat de València, con 23 de 33 posibles.
El Dépor ha arrancado 2025 con dos viajes en los que ha obtenido un empate en Málaga (1-1) y una victoria en Burgos (0-1), pero aún escuece el 0-4 que encajó con el Mirandés en Riazor en el cierre de 2024 y el último duelo que ha disputado en su estadio.
Esa mejoría como local es el próximo reto del cuadro herculino para asomarse a los puestos de playoff, tras haber abierto un hueco de siete puntos sobre el descenso con el triunfo en El Plantío (0-1). Y es que, salvo esos registros correctos, pero no brillantes en Riazor, que siguen siendo un poco el talón de Aquiles del Dépor, en el resto de apartados, el paso adelante con Gilsanz queda muy claro.
El Dépor ya era mejor a domicilio con Idiakez y lo sigue siendo con el técnico actual. Eso sí, la diferencia es importante, ya que mientras que con el vasco obtuvieron el 41,6% de los puntos que jugaron fuera, al lograr cinco de doce (un triunfo, dos empates y tres derrotas), con Gilsanz llevan el 66,6%, dado que han logrado diez de quince (tres victorias, un empate y una sola derrota).
Otro de los aspectos en los que más se aprecia la mejoría con el nuevo técnico es en el aspecto goleador. La escasa pegada fue uno de los principales problemas en Segunda División con Imanol Idiakez.
Cuando el entrenador donostiarra estuvo al frente de la nave, el Dépor apenas materializó once dianas en doce jornadas (0,91 goles por encuentro). El acierto de los herculinos a portería desde la llegada de Gilsanz se ha multiplicado hasta el punto de que con el betanceiro han firmado veinte tantos en diez duelos de Liga. Es decir, a dos por partido.
Gran parte de culpa de esa mayor pegada se debe a la clara mejoría del Deportivo en las acciones a balón parado, que bajo la supervisión de Idiakez no supieron explotar.
Seis goles a través de esas acciones han materializado los herculinos desde que Gilsanz se sienta en el banquillo. Exceptuando el penalti que firmó Yeremay frente al Castellón y la falta directa que clavó Lucas en Cádiz para rubricar su hat-trick, el bloque herculino certificó cuatro tantos en acciones de estrategia en las que quedó claro el trabajo de pizarra.
En el debut del betanceiro con el primer equipo, en la goleada en Cartagena (1-5), el segundo gol blanquiazul llegó tras un córner que Lucas sacó al vértice contrario del área, desde donde Sergio Escudero devolvió el cuero a la zona del primer palo para que Ximo, libre de marca, conectara un cabezazo ante el que nada pudo hacer Pablo Cuñat. Era la primera diana que los coruñeses conseguían en un saque de esquina durante la temporada 2024-25.
Una semana después, durante la visita del Eibar a Riazor, los blanquiazules explotaron la pizarra de nuevo. Lucas sacó un córner en corto sobre Yeremay, el canario envió la pelota a Mario Soriano, que esperaba en la frontal del área, y desde allí el madrileño lanzó un misil para sellar el 0-1 en el tiempo de descuento.
El Dépor no había logrado marcar de saque de esquina en los doce encuentros con Idiakez, pese a ser el equipo de Segunda que más había lanzado, y lo consiguió durante las tres primeras citas con Gilsanz. En la visita a Almería (2-1), a los 35 minutos Hugo Rama lanzó la pelota, rozó Baptistao, llevando el esférico al segundo palo, y allí Pablo Vázquez remachó en plancha.
También de estrategia fue el primero de los cinco goles que le enchufó el cuadro blanquiazul al Castellón (5-1) en la vigésima jornada. En el minuto 36, Sergio Escudero sacó rápido una falta y cogió desprevenida a la defensa visitante. Sirvió un pase sobre Mella, que ganó por velocidad a los zagueros rivales, controló y superó a Gonzalo Crettaz con un disparo cruzado para firmar el 1-1 e iniciar la remontada deportivista.
La mayor resolución en ataque que ha experimentado el cuadro coruñés se ha producido sin necesidad de desguarnecer su defensa, ya que los datos, respecto a la ‘era Idiakez’ son similares. El Dépor ha recibido quince goles en doce duelos con el técnico vasco (1,25 por partido), mientras que con Gilsanz ha encajado trece en diez (1,3).
La evolución del equipo deportivista es constante y solo le falta ese paso adelante en casa para dar un salto de calidad.