Cinco años menos seis días han transcurrido desde aquel 20 de diciembre de 2019 en el que el deportivismo experimentó una de sus mayores explosiones de júbilo. Una catarsis, mezcla de alegría, rabia y ansiedad contenida que originó un golazo épico de Peru Nolaskoain frente al Tenerife que se quedó grabado en la memoria de la afición blanquiazul para siempre.
El Dépor, que había arrancado el curso 2019-20 con Juan Antonio Anquela en el banquillo, pero al que en aquel momento dirigía el técnico Luis César —sería su último partido antes de que le sucediera Fernando Vázquez— afrontaba la vigesimoprimera jornada de Segunda División inmerso en una crisis sin precedentes que le llevaba a encadenar 19 partidos de Liga sin ganar y cerrar la clasificación con 12 puntos, a nueve de la salvación. El conjunto chicharrero, por su parte, ocupaba la primera de las cuatro plazas de descenso y tenía la permanencia a dos puntos.
Fue un partido dramático al que no le faltó de nada. A los 13 minutos, el exdeportivista Adrián Ortolá desvió un penalti lanzado por Ager Aketxe. En el 20’, el venezolano Christian Santos remató de cabeza un centro de Koné desde el extremo derecho para firmar el 1-0. Cuando los deportivistas ya paladeaban un triunfo cuatro meses después, el árbitro Vicandi Garrido, a instancias del VAR, señaló un penalti de Javi Montero, por mano, en el 90’. Suso Santana convirtió la pena máxima y el deportivismo se resignaba... Entonces, en el minuto 95 Ager Aketxe botó un córner al primer palo y Peru cabeceó picado con contundencia para sellar el 2-1 y desatar la locura en Riazor.
Un lustro después, este domingo 15 de diciembre de 2024, ambos conjuntos se miden de nuevo en Segunda División, pero es el Tenerife quien tiene la soga al cuello. Los insulares, afectados por una grave crisis deportiva e institucional, son colistas de la competición con 11 puntos en 17 partidos —tienen uno aplazado— y apenas han sumado dos victorias en toda la temporada. De hecho, su segundo técnico en lo que va de curso, Pepe Mel, se juega el puesto ante su exequipo. Los herculinos, que también están en manos de su segundo entrenador en la presente campaña, tampoco es que anden sobrados, pero las sensaciones son muy diferentes, se encuentran fuera de la zona de descenso y, desde la llegada de Óscar Gilsanz al banquillo el rendimiento ha mejorado.
Entre ese triunfo épico en diciembre de 2019 y el duelo de esta noche ambas escuadras han recorrido un largo camino, más farragoso para los coruñeses, pero también con sinsabores para los tinerfeños.
Aquella misma temporada, herculinos y chicharreros se enfrentaron en el Heliodoro Rodríguez López en la jornada 37, a cinco partidos del final del curso. Luis Milla adelantó a los locales, de penalti, en el minuto 82, mientras que Aketxe firmó el 1-1 en el 92’. Un resultado que dejó a los canarios en el noveno puesto, a dos puntos del playoff de ascenso, y al Dépor con cuatro puntos sobre el descenso. Finalmente, los chicharreros se quedaron en tierra de nadie, un curso más en Segunda, mientras que los herculinos, que ganaron en su siguiente cita, contra el Huesca (2-1), pero encadenaron tres derrotas consecutivas ante el Málaga (1-0), el Extremadura (2-3) y el Mirandés (1-0), terminaron bajando a Segunda B.
A partir de ese momento, se separaron los destinos del Deportivo y del Tenerife, que no volvieron a coincidir en un partido oficial hasta la pasada campaña, en la segunda ronda de la Copa del Rey.
El cuadro coruñés se presentó a aquel duelo copero como décimo clasificado del Grupo 1 de la Primera RFEF con 22 puntos tras quince jornadas. Los herculinos estaban a cuatro puntos del playoff y a ocho del ascenso directo, que ostentaba la Cultural Leonesa en aquel momento. Imanol Idiakez acababa de evitar su destitución, gracias al 1-2 en casa del Barça Atlètic, con un gol de Davo en el descuento. Esa victoria en el Estadio Johan Cruyff fue el 3 de diciembre de 2023. Tres días más tarde, tuvo lugar el enfrentamiento en el torneo del KO entre coruñeses y canarios en Riazor.
El cuadro blanquiazul venía de eliminar al Covadonga, de Segunda RFEF, en la primera ronda (1-3), mientras que el Tenerife, que competía en la categoría de plata, había derrotado al Compostela en la primera manga copera (0-1).
Pese a la diferencia de categoría y con un once en el que había mezcla de titulares, suplentes y canteranos, el Dépor dio la talla y cayó eliminado ante la escuadra tinerfeña en la prórroga (2-3).
Los herculinos aún tenían por delante otros cinco meses más en la tercera categoría. Serían los últimos de un periplo que se prolongó durante cuatro años, con repetidos fracasos. Primero, sin llegar ni a pelear por el playoff en el curso 2020-21. A la campaña siguiente, cayendo en la final de la promoción contra el Albacete. En la siguiente Liga, sucumbiendo en las semifinales. Y, por fin, en la 2023-24, logrando el ascenso directo en la jornada 36, gracias a ese golazo de falta de Lucas Pérez contra el Barça Atlètic (1-0).
El retorno a la Segunda División no está resultando sencillo. Los herculinos llevan desde el inicio moviéndose cerca de la zona de descenso, pero desde que Gilsanz tomó las riendas de la nave, los resultados han mejorado. De hecho, los deportivistas lucen un balance de tres victorias, dos empates y una sola derrota con el técnico betanceiro.
Los insulares lo han tenido un poco más sencillo desde aquella anterior temporada que compartieron con el Deportivo en la categoría de plata. Continúan en Segunda División, donde encadenan su duodécima campaña consecutiva y han alternado situaciones en las que eludieron el descenso al tercer escalón por poco, con otras en las que rozaron el ascenso a Primera División.
El bloque canario arrancó la Liga 2020-21 con Fran Fernández en el banquillo, pero protagonizó una primera vuelta irregular, en la que llegó a ocupar puestos de descenso, y terminó desembarcando Luis Miguel Ramis. Al final, acabó en el decimocuarto lugar, con un colchón de seis puntos.
A la campaña siguiente, con el exdeportivista como técnico, finalizaron quintos y disputaron el playoff de ascenso a Primera. Pero tras empatar en Girona en la ida de la final (0-0), cayeron en el Heliodoro Rodríguez en la vuelta (1-3).
Ramis siguió en el banquillo durante el curso 2022-23, más decepcionante para los chicharreros, ya que se movieron toda la temporada en la zona media-baja de la clasificación.
La pasada Liga, con Asier Garitano, arrancaron muy fuerte y aguantaron en zona de playoff de ascenso hasta la jornada 13, cuando cayeron a tierra de nadie hasta el final.
Esta temporada 2024-25 es mucho más dura. Ya han pasado dos técnicos —Óscar Cano y Pepe Mel— y la escuadra canaria, colista, transmite unas sensaciones preocupantes.