“Deportivistas, nesta noite meiga facede que o lume bote todo o mal fóra e que nos leve pronto de volta”, rugía, el 23 de junio de 2018, el anuncio de la presentación de la segunda equipación que portaría el Deportivo durante la temporada 2018-19. Un mes antes, el cuadro coruñés había caído a la Segunda División y el club aprovechó la vinculación de la noche de San Juan con la ciudad de A Coruña para presentar, en las playas de Riazor y Orzán, la camiseta ‘Noite Meiga’, de color rojo e inspirada en las hogueras de una cita tan mágica para los coruñeses.

La simbología de San Juan, el fuego y las meigas acompañaron al Depor durante aquella temporada que, curiosamente, desembocó en la noche de San Juan de 2019. Un año exacto para cerrar el círculo mágico con el ascenso a Primera División.

‘Lume’ fue el lema que exhibió el equipo herculino durante el playoff. El Depor —dirigido por José Luis Martí desde la jornada 34, tras la destitución de Natxo González— se deshizo del Málaga en la semifinal con un 4-2 en Riazor y un 0-1 en La Rosaleda.

Sólo el Mallorca separaba al cuadro blanquiazul de su retorno a la élite. 20 de junio, partido de ida en Riazor, 2-0, goles de Fede Cartabia y Quique González, y el precio de la cara partida de Álex Bergantiños.
Llegamos al 23 de junio de 2019, cuando los coruñeses, que rozaban la Primera División con la yema de los dedos, debían culminar el sueño en Son Moix. Pero aquella noche fue el Depor quien ardió, mientras A Coruña entera, preparada para celebrar un San Juan histórico, se congelaba.

Arrollado

Dani Giménez; Eneko Bóveda, Domingos Duarte, Pablo Marí, Saúl García; Edu Expósito, Vicente; Pedro Sánchez, Nahuel, Borja Valle; y Quique González formaron el once del cuadro coruñés, que se vio arrollado desde el inicio por un Mallorca entrenado por Vicente Moreno y en cuya alineación se encontraba Salva Sevilla, que ha defendido la elástica blanquiazul durante la temporada 2023-24.

20 minutos habían transcurrido cuando Ante Budimir tiró una pared con Dani Rodríguez, superó al central portugués Domingos Duarte con un caño y batió a Dani Giménez para firmar el 1-0.

El equipo balear mantenía su asedio sobre el área blanquiazul, mientras el Depor, que a la media hora de partido perdió a Nahuel por lesión, al que sustituía Carlos Fernández, no encontraba respuesta.

A los 62 minutos, un libre directo desde la frontal del área ejecutado de forma magistral por Salva Sevilla neutralizaba la ventaja herculina.

En el minuto 79, Martí sentó a un Borja Valle fundido y dio entrada a Fede Cartabia. Y apenas tres minutos después, Abdón Prats lanzaba un misil tierra-aire desde fuera del área para poner el 3-0 en el marcador que enviaba al Mallorca a Primera División.

A 30 centímetros

Pese a la superioridad exhibida por el cuadro balear que los herculinos fueron incapaces de anular, el Depor aún tuvo la oportunidad de cambiar la historia en los últimos segundos del partido, con un remate de cabeza de Pablo Marí que no encontró la portería por muy poco.

“Me quedé a 30 centímetros de subir a Primera División con el Depor”, relata el lateral derecho David Simón, quien, tras ser titular en la ida de la semifinal y participar en la ida de la final desde el minuto 45, vivió el duelo de vuelta desde el banquillo.

“Tuve muchos nervios durante todo el partido. Recuerdo que me sacaron tarjeta amarilla cuando estaba calentando en la banda de Son Moix porque entré a recoger el balón porque su portero estaba perdiendo tiempo”, rememora el futbolista canario, que actualmente juega en el PAS Lamia 1964 de Grecia.

Ojalá pudiera retroceder en el tiempo y el balón de Pablo Marí hubiera entrado 

“Ojalá pudiera retroceder en el tiempo y el balón de Pablo Marí hubiera entrado en la portería para haber jugado en Primera con el Depor”, lamenta David Simón, quien confiesa que “fue la noche más triste de mi carrera deportiva por el cariño que le tengo al equipo y a la ciudad”.

“Hicimos unos playoffs fenomenales, tuve la oportunidad de participar en dos encuentros y para todo el deportivismo y aquel proyecto, era una noche mágica, la noche de San Juan, así que fue muy triste. Creo que en ninguna apuesta estaba que el Mallorca nos iba a remontar”.

El lateral reconoce que en más de una ocasión le ha dado vueltas a ese remate de Marí que se escapó por muy poco: “Claro que vuelves a pensar. Pablo es un buen amigo y cuando nos hemos reencontrado después, siempre nos queda eso porque un ascenso con el Depor era muy importante para todos, el club, la afición, nosotros... pero son cosas del fútbol. Ahora, hay que estar felices porque el Depor está de regreso en segunda y seguro que pronto juega en Primera”.

“Destrozado”

“Me quedé destrozado porque lo vi muy de cerca, que salí al área”, dice el portero Dani Giménez sobre ese testarazo de Marí que pudo haberse convertido en el 3-1 que hubiera supuesto el ascenso.

“Es algo que me pilló siendo mayor y con mucha experiencia, pero por mucho que hayas vivido cosas en el fútbol, son situaciones muy difíciles de asimilar. Además, tal y como se vive todo en A Coruña y el cariño que me ha dado la gente, te fastidia aún más porque todo el mundo esperaba el ascenso”, apunta el guardameta, titular indiscutible durante las dos campañas que jugó de blanquiazul, 2018-19 y 2019-20.

“Si hubiéramos ascendido, habría sido una fiesta histórica. Pero fue un año raro y cuando parecía que lo estábamos tocando con las manos, se fue, entonces nos quedó un vacío enorme”, confiesa el arquero, quien admite que el planteamiento en Son Moix no fue el acertado.

Ese día salimos a especular, en lugar de jugar como lo estábamos haciendo

“Ese día salimos a especular, en lugar de jugar como lo estábamos haciendo, y más sabiendo lo que se jugaba el Mallorca, que iba a salir a presionarnos, a llevar la iniciativa del juego. Creo que fuimos poco valientes”, subraya Dani Giménez, que actualmente entrena al Juvenil B del Rayo Majadahonda.

“La alineación fue para tener el balón, pero sin mucha llegada. Nos faltó valentía o, quizá, lo contrario, estar más juntos, pero nos quedamos en tierra de nadie, que es lo peor que puedes hacer”, apunta.

“Algo se rompió”

“El mayor dolor que he sentido en toda mi carrera fue el día de Mallorca. Espero no volver a vivir nada parecido, por favor”, afirmó Borja Valle en una entrevista concedida a nuestro periódico el pasado 17 de enero, cuatro días antes de regresar a Riazor como jugador de la Ponferradina.

El mayor dolor que he sentido en toda mi carrera fue el día de Mallorca

“Ese día, algo se rompió dentro del Deportivo, de los aficionados, de los jugadores… Yo no he encontrado una respuesta para sanar ese dolor. Por lo tanto, imagino que permanece ahí”, apuntó.

Un dolor que este San Juan, cinco años después, cura el deportivismo con la vuelta al punto de partida.