Lucas Pérez ha subrayado esta mañana en Abegondo el valor de la afición deportivista, que para el delantero de Monelos es el principal pilar del club blanquiazul.

"La deuda es tan grande con la afición del Deportivo que no sé si me llegarán los años de vida que me quedan a mí y a mis compañeros para devolverles esa deuda tan grande contraída. Tenemos que dar una buena imagen y brindarles todas las victorias que se puedan dar. Trabajamos para conseguir las victorias y lograr el objetivo que tenemos en mente, que es el ascenso, que es lo que todos queremos", ha señalado el artillero herculino en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva instantes antes del comienzo del entrenamiento matinal.

"Sólo puedo decirles que gracias por todo, que sigan así, no vamos a bajar los brazos, vamos a luchar y lo único que queremos es darles las mayores alegrías posibles. La plantilla les estamos muy agradecidos. No te puedo decir más porque faltan calificativos para decir lo que es la afición del Deportivo y ojalá este sábado les podamos regalar una alegría en Salamanca y volver más felices", ha señalado sobre el duelo con Unionistas, que vivirán entre 1.500 y 2.000 aficionados blanquiazules en las gradas del estadio Reina Sofía.

Sobre los cánticos que se escucharon contra el técnico Óscar Cano tanto después de la derrota contra la Cultural en León como en el arranque del partido del pasado domingo en Riazor frente al Celta B, dijo: "Llevo muchos años en esto del fútbol, a mí también me han pitado y me han pasado cosas. Hay que llevarlo lo más normal posible porque sabemos cómo es el fútbol. El vestuario y el míster estamos tranquilos. La afición es normal porque tienen mucha ilusión puesta, lo demuestran cada día agotando las entradas, tanto en Riazor como fuera, y es normal que esa ilusión, alegría y enfado lo manifiesten y en este caso lo han demostrado contra el entrenador. Nosotros tenemos que pedirles perdón porque no hemos estado a la altura, pero estamos todos en el mismo barco y en  el mismo camino. Pienso que el míster está tranquilo, pero no es plato de buen gusto que piten contra el entrenador, pero la solución es conseguir la victoria en el próximo partido, dar buena imagen y sumar los tres puntos.