Estuvo seis años en Japón y su último club fue el Vissel Kobe, a donde llegó en abril de 2022 y del que fue destituido en junio, tras no poder sacar al equipo de los puestos de descenso. Miguel Ángel Lotina (Meñaka, 1957) sopló velas este martes, 67 para ser más exactos, y asegura que no piensa en jubilarse, pues vive el fútbol con pasión y sí la tienes apela a que siempre persigas tus sueños y no dejes de trabajar.
Mientras espera para ver dónde estará su próxima oportunidad, este trotamundos, que hizo carrera en Japón, atiende a dxt y habla sobre el país del Sol Naciente, el Depor, el papel de los técnicos y la reciente explosión de aficionados jóvenes que inunda los campos y que considera muy positiva.
Acaba de cumplir este martes los 67, ¿aún tiene cuerda para rato para seguir en los banquillos?
Cumples los 67 años y mis amigos te dicen “jubílate”. Cada uno se jubila cuando quiere, pero cuando tienes pasión por algo no te tienes que jubilar, en cualquier trabajo. Hay gente que con 65 está cansada, deseando jubilarse para cuidar a sus nietos, pasear, pero si la pasión de uno es seguir trabajando... Tanto vale para el comerciante que lleva una tienda de frutas o para el que tiene la pescadería o para el que va a pescar al mar, mientras tengas pasión... La mejor jubilación es hacer lo que a uno le gusta, aunque no trabaje no me sentiría jubilado nunca, la pasión es lo que te mueve y en el fútbol la pasión se nota más.
Salió del Vissel Kobe en verano de 2022, ¿sigue sin equipo? ¿Tiene opciones de volver a Japón o a España?
Estaba esperando para volver a Japón, mi representante en Japón pensaba que me podía salir algo, pero no ha salido. Me ha aparecido una oportunidad en Irán, el proyecto es un buen equipo, de los fuertes, está bien, pero por la situación (del país), o por lo que sea (no va a ir). La verdad es que estaba ilusionado con Japón.
Ha hecho carrera ahí...
Estuve seis años, el último año me dieron el (Vissel) Kobe, el equipo de Iniesta. Económicamente era el más fuerte, aunque había estado en el Osaka Cerezo, y me salió mal. El equipo tenía muchas lesiones cuando llegamos, pero los cincos años anteriores fueron buenos.
Cuando las cosas van mal, de toda la gente del autobús, sólo se queda el técnico
¿Fue complicado el adaptarse a un país y a una cultura tan distinta?
Hacerse a ello es difícil, es todo totalmente diferente. El carácter, la cultura, la comida, la vida la ven totalmente distinta a nosotros. Me gusta la cultura, la educación, el respeto, para todo, no sólo en la calle, para el trabajo, el respeto que se tienen entre ellos. Pero, después también les gusta como somos los españoles, de cariñosos, nuestra fiesta. Por ejemplo, el abrazo como tal no existe como aquí. En España si te encuentras a alguien que hace tiempo que no ves, le das un abrazo, pero allí no hay ese contacto, aunque les encanta como somos nosotros. Sin duda, Japón es un país excepcional.
¿Cómo está allí ahora el nivel del fútbol?
El fútbol ha crecido allí, el primer deporte es el béisbol pero, desde hace unos años, las fichas de críos (en el fútbol) superan al béisbol. Han sido campeones del mundo (en 2023), y ahora mismo el fútbol está creciendo. A ellos lo que les gusta es ver el fútbol en el estadio. El partido es una fiesta, van con la familia, todos con sus camisetas, a pasar el día. Por televisión no ven fútbol, no lo consumen. Los estadios en los partidos de Primera lo normal es que haya de 20.000 a 30.000 espectadores y en Segunda sobre 10.000 o 15.000.
¿Entonces hasta cuando jugaba como visitante sus aficionados viajaban en masa?
Sí, ellos viajan mucho. En Japón el tren está muy bien, se viaja en tren bala (Shinkansen), que es muy rápido. Es verdad que algunos equipos viajan más que otros. Date cuenta de que para ir a Sapporo, por ejemplo, hay que coger un avión. Las demás ciudades grandes, como Tokio, Osaka, Nagoya, están relativamente cerca, a hora y media.
Y con la gastronomía que hay en España y en el País Vasco, concretamente, ¿fue muy complicado el choque alimenticio?
Allí me di cuenta de por qué decimos que “las croquetas de mi madre son las mejores” y es así. Cuando llevaba año y medio había comida que no había probado nunca y que para ellos era exquisita y cuando la probaba se sorprendían de que no me gustase. Aleta de tiburón, por ejemplo, que era algo para privilegiados y a mí no me gustó. Hay cosas que te cuestan, pero lo bueno es que puedes entrar en cualquier restaurante, hay una total limpieza y todo lo que sobra lo echan, no te sacan el pincho de tortilla que sobró hoy al día siguiente. En todos los supermercados hay comida para llevar a casa. La gente va al supermercado y compra la cena preparada, es muy habitual. Ellos no cocinan demasiado en casa, más allá del arroz en blanco con la soja. Si vas al super a la mañana esa comida tiene un precio, pero según avanza la tarde el precio va bajando, para que se vaya comprando. Si vas a las ocho de la tarde puedes pagar el 50 o 60% menos, porque quieren darle salida. Ellos están acostumbrados a salir y comer en cualquier parte. La comida familiar tomando una paella allí no se hace.
Para mí los ceses de los entrenadores nunca tendrían que ser por los resultados
Este año el Depor volvió a Segunda, ¿siguió algo la temporada?
Sí, al Depor le he seguido y curiosamente este año que inició mal, un amigo de Logroño, que es el Depor, me decía, “este año que empezó mal es el que va a ascender” y así fue. La segunda vuelta ha sido espectacular. Es muy bueno que ascienda para una ciudad que tiene una capacidad en su estadio para meter a tantos espectadores. Es bueno el ver el estadio lleno y muy bueno para el fútbol. El Depor está donde tiene que estar, como mínimo. De ahí, para arriba, a Primera, pero ahora ya está en la liga profesional.
Usted que conoce las tres categorías, ¿cree que notará el salto de Segunda?
La Segunda es muy difícil, hay mucha igualdad, en los equipos se trabaja muy bien, el salto es muy importante y el Depor ya lo sabe. El Depor puede estar, como cualquier equipo, peleando por el ascenso o por estar mirando para el descenso, por esa igualdad. Ya ves como está el playoff de ascenso. El Oviedo hace cinco meses lo veías, jugaba bien, pero parecía que no tenía nivel para subir y mirá donde está.
Ya conoce a la afición de Coruña, pero este año aún fue a más, ¿no es algo singular que se genere algo así en circunstancias tan complicadas, tras cuatro años en Segunda B?
Eso dice mucho. Un amigo de Coruña me decía que son los hijos de los que iban al Superdepor, pasa algo similar en Zaragoza. Gente que no vivió el Supedepor, pero que sabe la historia y es muy bonito ver a la gente joven ir a Riazor. El fútbol ha pegado un cambio, las aficiones lo celebran todo mucho más. Se vio como el Athletic celebró la Copa... Eso es bonito, hay mucha gente joven, todo el mundo va con su camiseta, los padres van con los hijos al fútbol... Está mejorando el nivel de la afición en España.
Y eso que el fútbol no es barato...
El fútbol en España no es barato, pero la gente ve que le merece la pena. Quieren ir, estar con los amigos, van a tomar unas cervezas, a comer. Al fútbol van cuadrillas de gente joven, trabajan, se ven el fin de semana y cuando tienen hijos los llevan al fútbol. Se ve en ciudades a lo mejor pequeñas, no hablo en Primera, hablo de categorías más bajas. El otro día viendo a Melendi en el Tartiere (cantó el himno antes del partido de ida de la final de playoff) se me pusieron los pelos de punta. No soy del Oviedo, joder, pero qué bonito. Merece la pena ver el fútbol.
Y en su etapa en Coruña, cuando quería salir de la vorágine del fútbol, ¿a dónde iba?
Era difícil, pero me gustaba mucho ir a Caión, entre semana, porque el fin de semana no podía. Paseaba por el pueblo, comía allí, había poca gente y me gustaba. En Coruña, evidentemente, salía, pero poco.
¿En los descensos el entrenador está solo, y en el ascenso todo el mundo se sube en el autobús, ¿no?
Es que es así. Cuando he ascendido con los equipos o he conseguido un título, con el Espanyol, la Copa, con el Celta meterme en Champions, sale el autobús a celebrarlo, y estás allí y miras y te preguntas “¿y este o está quienes son?” Y luego cuando las cosas van mal, de toda le gente del autobús, sólo se queda el entrenador, algunos jugadores, el presidente apechuga, pero los directivos... Pasa en todas las ciudades, hay poca gente que asuma la responsabilidad, que diga “nos hemos equivocado”. Es humano, somos humanos, somos así.
Porque Idiakez tuvo momentos en el Deportivo en los que su puesto estuvo en entredicho, pero se tuvo paciencia con él, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones...
Seguramente el presidente o el director técnico escucharon el “estáis tardando”, pero aguantaron y afortunadamente, pero lo lógico… El problema de los directivos es siempre el mismo. Se meten con el entrenador cuando la cosa va mal, si se meten con él y no funciona, con el presidente y si él se pone nervioso... Para mí los ceses de entrenador nunca tendrían que ser por los resultados. Sí son por cosas como que el ambiente del entrenador con los jugadores o los aficionados no es el idóneo vale, pero si los resultados no son los que se espera, pero se trabaja bien y la relación es buena, es bueno mantenerlo.
Eurocopa“Hay un grupo de favoritas donde metería a España” |
Lotina aprovecha su período de inactividad en los banquillos para visionar mucho fútbol y estos días, por supuesto, la Eurocopa es la que manda.
Mientras espera por la siguiente llamada, ¿está viendo mucha Eurocopa o fútbol en general?
¿Cómo ve a España?
¿Cree qué es una de las favoritas al título? |