Jordi Sánchez, delantero del Albacete, celebró su gol al Deportivo que dio el ascenso a laLiga SmartBank al conjunto manchego con un cabezazo y una celebración de la que no recuerda demasiado, pero que no se le “va a olvidar”.
“Es una locura, en mi tercera final. A la tercera ha sido la vencida. Un momento que ahora mismo no recuerdo pero que no se me va a olvidar en la vida”, comentó sobre el gol del triunfo ante el Deportivo (1-2).
“Después de marcar he visto la zona donde está mi familia, he ido allí. Ha sido un momento de tanta tensión y éxtasis que no recuerdo absolutamente nada”, afirmó.
Sánchez lo celebrócon la afición que se desplazó a Riazor, donde tuvo “un entrante, un aperitivo” de lo que le “viene ahora” en Albacete.
Amargura local
Después de un trayecto de una temporada por el fútbol de bronce, el Albacete consiguió el ascenso que soñaba el Deportivo, incapaz de encontrar la ruta de la plata, el camino de vuelta al fútbol profesional.
Los manchegos ganaron en el Estadio Abanca-Riazor, con mayoría de aficionados coruñeses en la grada, y se llevaron el premio de regresar a LaLiga SmartBank.
Lo hizo con un coruñés en el banquillo, Rubén de la Barrera, que frustró la fiesta del equipo al que lleva en su corazón pero pudo festejar la del club al que entrena.
Deportivo y Albacete se vieron abocados al playoff y a la final que no querían.
Con el ambiente en contra, el conjunto manchego hizo el ‘riazorazo’ en el Estadio Abanca-Riazor.
La alineación que presentó fue toda una declaración de intenciones, pero el Deportivo, arropado por más seguidores, no se amilanó en el primer tiempo.
De la Barrera, silbado en su regreso a Riazor cuando por megafonía sonó su nombre, se encontró con muchos problemas en esa filosofía que propone para elaborar desde atrás. El Deportivo atacó la posesión rival, a los 26 minutos Álex Bergantiños robó en la medular, el venezolano Miku tocó hacia el colombiano Juergen, este filtró entre líneas y en el área apareció la única novedad en el once blanquiazul respecto al primer partido del playoff, Mario Soriano, que superó a Bernabé en el mano a mano para que Riazor festejara.
Los albaceteños trataron de levantarse, pero el Deportivo no se lo permitió. Riki, con un disparo lejano, fue el único que amenazó a Ian Mackay, seguro en el blocaje.
El Albacete salió a morder en el segundo tiempo, pero se encontró con Mackay a los tres minutos de la reanudación cuando Rubén Martínez se anticipó a Héctor en el salto por un balón aéreo.
El Deportivo resistió el empuje del Albacete de la mejor manera que pudo. De la Barrera refrescó a su equipo, también Borja Jiménez, y uno de los que entraron, Alberto Jiménez, cabeceó al fondo de la red una falta lateral a ocho minutos del final para empatar el partido.