El Huesca no es el mejor rival que puede visitar Riazor, donde le espera un Deportivo que aspira a lamerse las heridas que dejaron la última derrota ante el Eldense, pero con la confianza como local recuperada tras el 3-1 sobre el Almería en el último duelo en su feudo.
Muchos son los motivos que convierten al cuadro oscense en un visitante incómodo. El primero de ellos es que ya hace más de tres meses que la escuadra que entrena Antonio Hidalgo no muerde el polvo a domicilio. Su última derrota se remonta al pasado 20 de noviembre, cuando hincaron la rodilla en el Nuevo Pepico Amat (2-1). Un duelo que conecta precisamente con la reciente derrota de los blanquiazules en Elda, pues desde su triunfo ante el Huesca el Eldense no había vuelto a ganar en casa. Hasta que se topó el fin de semana pasado con el bloque deportivista, al que tumbó (2-0) con un tanto de Masca de penalti en el minuto 58 y una diana de Llabrés en el 65.
El Huesca es el segundo mejor visitante de la categoría de plata con 21 puntos a domicilio en catorce desplazamientos. Es decir, que los pupilos de Antonio Hidalgo se han embolsado la mitad de los puntos que han disputado lejos del Alcoraz. Solo el Racing de Santander, con 26 puntos en trece salidas de El Sardinero, mejora las cifras del próximo adversario blanquiazul.
Los datos del equipo oscense chocan con los que muestran los blanquiazules en Riazor, en el pasado una plaza complicada de torear. El cuadro deportivista ha conseguido 16 de los 39 puntos que ha disputado en su feudo, es decir un exiguo 41%.
El Huesca, además, ha sido capaz de vencer en estadios teóricamente complicados. Se impuso en la primera jornada del campeonato al Elche (0-1). Los ilicitanos han hecho del Martínez Valero el segundo campo más blindado de la categoría. En él han sumado 32 de los 42 puntos que han disputado, un 76,2% de los mismos. Solo son superados por Anduva, donde el Mirandés contabiliza 33 puntos también en catorce enfrentamientos (78,6%) y donde solo han perdido un partido.
También sacó provecho el Huesca de su visita al Carlos Tartiere, hogar de un Oviedo que es el tercer mejor local a domicilio y que cayó goleado ante el Huesca (0-3).
Los oscenses también ganaron a Granada en el Nuevo Los Cármenes (1-3), al Racing de Santander en el Sardinero (0-1), al Castellón (0-1) en Castalia y más recientemente al Córdoba (1-2) en el Arcángel.
Seis partidos seguidos sin perder como visitante encadena la escuadra oscense que, además, se presenta en A Coruña con una racha de doce jornadas puntuando. Esta circunstancia convierte al bloque de Antonio Hidalgo en un equipo temible en estos momentos para cualquier rival que se le ponga enfrente.
En cuanto al aspecto ofensivo, los azulgranas han firmado 14 dianas lejos de El Alcoraz, que les han servido para certificar las seis victorias que acumulan como visitantes, además de los tres empates que han conseguido y las cinco derrotas que han sufrido a domicilio. Es decir, que salen a una media de un tanto por encuentro como visitantes.
A esto hay que añadir que en las últimas seis salidas solo ha encajado dos dianas. Una racha que contrasta con la que tuvo al inicio del campeonato. Después de sendas victorias en Elche y Granada, llegaron las derrotas en Málaga y Mirada de Ebro (1-0), unas tablas en A Malata, ante el Racing de Ferrol (0-0), y las tres derrotas consecutivas que sufrieron en Gijón contra el Sporting (2-1), en Cartagena (1-0) y en el campo del Eldense (2-1).
Desde ese 20 de noviembre, todo han sido buenas noticias para el Huesca, que ya se impuso en la primera vuelta en el Alcoraz al Deportivo (2-1), entonces con Imanol Idiakez en el banquillo.
Este es el panorama con el que se topará el cuadro coruñés, que ha disputado dos partidos en Riazor en este 2025. El primero lo perdió frente al Levante (1-2) y el segundo lo ganó ante el Almería (3-1).