Fallecido hace poco más de un mes, el coruñés José Antonio Naya es uno de los tres entrenadores que llevó a un equipo de Burgos a Primera División. El día de su muerte, el pasado 10 de diciembre, reaparecieron en redes sociales unas imágenes suyas en TVG visiblemente emocionado tras ser preguntado por el Dépor, al que había entrenado con anterioridad y al que acababa de derrotar en El Plantío. Ese partido corresponde a la exitosa campaña 1989-90, en la que condujo al equipo rojipardo a la división de honor.
El 18 de marzo de 1990, domingo a las cinco de la tarde, Real Burgos y Deportivo se ven las caras en El Plantío. Es la 28ª jornada de Segunda División. El conjunto burgalés lidera la tabla con firmeza, con 37 puntos y solo 16 goles encajados y únicamente tres derrotas en su casillero: 4-1 en Sarriá frente al Espanyol (5ª jornada), 1-0 en Figueres (23ª jornada) y 0-2 contra el Racing de Santander (26ª jornada). Los blanquiazules son séptimos con 29 puntos, los mismos que el quinto clasificado, el Espanyol, en puesto de promoción ya que la segunda plaza corresponde al Bilbao Athletic, que en su condición de filial no puede ascender.
Naya elige para su once titular a Bastón; Portela, Tocornal, Ribera; Karabeg, Barbaric, Villarroya, Txelis; Juric, Peña y Magdaleno. Llabrés suple al ‘Tronquito’ Magdaleno a la hora de juego, mientras que Mata –padre del campeón mundial en 2010 y europeo en 2012– sustituye a Villarroya –Josep, no el exblanquiazul Francisco Javier– en el último minuto.
Hay varios conocidos en las filas burgalesas. El portero es el progenitor del exdeportivista Borja Bastón. También exdeportivista es el central coruñés Portela. El otro central, Ribera, es el poco años después indiscutible en la zaga del SuperDépor.
La expedición deportivista se desplaza sin Fran y el brasileño Raudnei, ambos sancionados. Arsenio Iglesias, preparador blanquiazul, tampoco puede contar, pese a que viaja, con Gil, con una contractura. El Dépor salta al campo con Jorge; Gustavo, Martín Lasarte, Sredojevic, Molinos, Sabin Bilbao; Antonio, Aspiazu, José Ramón; Manuel y Hevia. Gonzalo Mella –el papá de David– suple, a la media hora, al lesionado Manuel. Cayetano entra por Antonio en el minuto 67.
El Dépor se lleva un severo correctivo en el terreno burgalés. El líder de la división de plata pasa por encima de los blanquiazules en el primer tiempo, con tres goles en el primer tercio de encuentro.
Villarroya abre el marcador en el minuto 19, al enganchar un balón suelto en el área tras un córner botado por Karabeg y despejado en corto por José Ramón. El 2-0 llega a la media jora. Jorge rechaza un cañonazo lejano de Txelis y el balón le cae a Manolo Peña que, totalmente solo, cede a Juric para que marque prácticamente a puerta vacía. El propio Peña, en posición protestada por los deportivistas, redondea el marcador en el minuto 36, superando a Jorge en su salida después de recoger un pelotazo de Portela.
El Burgos baja el ritmo en la segunda parte. Su propia afición se lo recrimina. Su fin no es otro que preservar su condición física de cara a futuras batallas, porque el Deportivo, noqueado, no ofrece la mínima señal de poder reducir distancias.
A la conclusión del encuentro, Benito Cores, micrófono de TVG en mano, pregunta a Naya si “sentiu algo especial en gañarlle ao seu equipo”. Naya, visiblemente emocionado, solo es capaz de responder “sí, sí”. Cores insiste: “Co Burgos marcha directo a Primeira” a lo que el entrenador apenas es capaz de repetir “sí, sí”. Ya en sala de prensa, el estratega coruñés es cuestionado por los medios locales sobre si está enfadado pese a la victoria, a lo que contesta casi con lágrimas en los ojos. “No, estoy muy contento. Lo único por lo que quizá esté enfadado es porque le gané a mi Deportivo, no le gané a otro equipo cualquiera, sino al de mi tierra, y eso me duele mucho”.
Jugador del Imperátor y del Club Deportivo Juvenil, con 18 años abandona la práctica del fútbol para ingresar en el Ejército del Aire. Destinado en León, en la ciudad del Bernesga y el Torío saca los títulos de preparador físico, entrenador regional y nacional e inicia, en las filas del Júpiter Leonés, una extensa trayectoria en los banquillos.
Uno de sus muchos equipos es su querido Deportivo, cuyas riendas agarra en la temporada 1975-76, la del regreso a Segunda tras el efímero primer paso por el tercer escalón del fútbol nacional. Curiosamente, es la campaña en la que otro partido entre burgaleses –en este caso el Burgos CF– y coruñeses pasa a la historia por el arbitraje de Pes Pérez que cercena las opciones deportivistas de subir a Primera. En esta ocasión, Naya defiende los intereses del equipo de su corazón.
Naya es uno de los tres técnicos que ha llevado a Primera División a un conjunto burgalés. Ignacio Eizaguirre asciende al desaparecido Burgos CF en 1971 y el francés Lucien Muller hace lo propio en 1976. El técnico herculino lleva al también desaparecido Real Burgos a la división de honor en 1990, no sin antes dejar constancia públicamente de su inmenso amor por el Deportivo.