La historia refuerza la tranquilidad
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17º-23º

La historia refuerza la tranquilidad

Ningún equipo perdió la categoría después de sumar 45 puntos tras la jornada 33 desde que la Segunda tiene 22 equipos
La historia refuerza la tranquilidad
Los jugadores del Deportivo celebran con los aficionados desplazados la victoria conseguida en el derbi ante el Racing de Ferrol el pasado sábado en A Malata| FERNANDO FERNÁNDEZ

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El Deportivo ha tenido esa tendencia a lo largo de las últimas décadas de ir siempre contra las modas. Siempre rompiendo las reglas. Su naturaleza lo llevó a adoptar la filosofía de que las estadísticas están para romperse. Sea para bien, con títulos de Liga y ascensos que lo corroboran, sea para mal, con bajadas a los diferentes escalones del infierno con una cantidad de puntos que solo se han traducido en desgracia para clubs como el blanquiazul, en los que siempre pasa algo.


Son muchos de estos precedentes los que hacen todavía mantener la cautela en lo que debería ser una situación que los libros de historia permiten calificar como tranquila incluso al más conservador. Porque el cuadro herculino salió de A Malata después de su victoria en el derbi, y el empate del Eldense unas horas antes contra el Burgos, con nueve puntos de colchón sobre los puestos de descenso. En las 27 temporadas completas que la Segunda División ha vivido con 22 participantes, solo un equipo ha perdido una ventaja igual o superior para terminar en la zona roja.


Estar a nueve puntos de distancia o más después de la jornada 33 ha dado derecho habitualmente a pensar ya en la planificación de la siguiente temporada en el fútbol profesional sin tener que echar la mirada hacia el retrovisor. El Sabadell es en esta trayectoria la excepción que confirma la regla después de que en la campaña 2011-12 perdiese los 11 puntos con los que navegaba tranquilamente por la zona media a estas alturas. El ascenso de aquel año, en el que el Deportivo consiguió volver a Primera con el récord de puntos de José Luis Oltra, se fue hasta los 46 puntos y los arlequinados habrían caído al pozo de no ser por el descenso del Villarreal, que arrastró a su filial y permitió al conjunto catalán evitar el descalabro.


Más allá de la pájara protagonizada por los de la Nova Creu Alta, las más significativas desde 1997 han sido las del Cádiz en la 2007-08, cuando una subida de la marea poco frecuente hasta los 50 puntos se llevó por delante a los amarillos a pesar de los siete puntos que tenían de margen en la jornada 33, y la del Rayo Majadahonda, que dilapidó esa misma distancia con un final desastroso sin necesidad de que los de abajo apretaran demasiado para irse a Segunda B con 45 puntos en la 2018-19. Hubo tres casos en los que seis puntos no fueron suficientes y dos de ellos tuvieron como desafortunado protagonista al Elche, que hoy marcha con paso firme en la cabeza de la clasificación. El cuadro ilicitano fue el primero en probar el sabor amargo tras la reordenación de la categoría de plata dejándose ir y repitió experiencia en la 2016-17 para caer a Segunda B cuando ya se daba por salvado.

 

Ritmo exigente

Debería ser un final de temporada todavía más tranquilo para el Deportivo si tenemos en cuenta los méritos acumulados hasta el momento y el nivel al que suele estar el abismo a falta de nueve fechas para el final. La reacción del Eldense en los últimos meses ha elevado un listón que amenazaba con ser históricamente bajo por el pobre desempeño del vagón de cola, para amenazar con una permanencia que puede dar más de un disgusto a alguno que hoy se cree fuera de peligro.


Solo hay cuatro temporadas en las que el descenso estuviera ahora mismo por encima de los 36 puntos. Todas, por cierto, pusieron en riesgo esa frontera no escrita de los 50 que significan la permanencia, incluida la 2019-20 que todavía hoy marca el descenso más caro con el actual formato: el Numancia acompañó a Segunda B al Deportivo, que terminó con 50, sumando 51 en el año de la pandemia cuyo desenlace se dio en diferido por el caso Fuenlabrada.


En otras cinco campañas la línea roja estaba a la misma altura que actualmente, aunque nunca llegó a pasar de 48 puntos a final de Liga. Lo que está sucediendo este año rompe la tendencia instalada después precisamente del campeonato que se completó en dos tiempos por el COVID. El puntaje del Eldense es el más alto de los últimos años, en los que nadie con más de 46 puntos al completarse la competición se fue a Primera RFEF, temporadas en las que además hubo pocos movimientos en la parte baja, sin apenas reacción por parte de los equipos que ya estaban en los puestos de descenso. En la 2021-22 y la 2022-23, los cuatro integrantes de la zona roja después de esta jornada fueron los mismos que acabaron bajando al barro en junio.

 

A salvo

Y es que solo la fatalidad que recientemente ha azotado al deportivismo hace pensar ahora mismo que el descenso es una posibilidad real. Las ventajas, así como las dinámicas de equipos que se han metido en líos junto a los del Pepico Amat, como es el caso del Zaragoza, apuntan a darle el merecido premio a Óscar Gilsanz y los suyos por el ritmo que ha llevado a un equipo que arrancó el curso con serios problemas para mantenerse fuera de la zona de peligro, a transitar actualmente por la zona media con 45 puntos. Una cantidad, por ejemplo, que le permitiría haberse salvado en dos de las últimas tres campañas sin necesidad de sumar ninguno más en el tramo final. 

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