La expectación para ver al Deportivo era máxima en O Couto, a pesar de que el equipo ya había visitado el campo ourensano en la pretemporada.

Ahora estaba en juego el pase de ronda en la Copa del Rey pero en el pitido inicial aún se veían partes de la grada del estadio vacías. No era que no tuviese tirón el cuadro blanquiazul, lo que pasó fue que se formaron grandes colas en los accesos al estadio.

La hora del inicio del partido, a las 20 horas, cogió a muchos aficionados justamente en la salida de sus respectivos trabajos. Eso, unido a la alta afluencia de la hinchada blanquiazul ralentizó la entrada en el campo.

Himno gallego

Por eso, cuando sonó el himno gallego al unísono gracias a una banda de gaitas, en O Couto no se vio el ambiente de gala que se presuponía. Pero a medida que pasaron los minutos los seguidores que se quedaron más rezagados fueron ocupando sus localidades.

Al cuarto de hora ya se confirmó una gran entrada. Como siempre la hinchada blanquiazul fue bulliciosa. Se hizo notar ya en la previa y posteriormente cuando ya hubo ocupado todos sus asientos. En una primera parte bastante soporífera, apenas hubo jugadas o acciones de peligro para que los seguidores entrasen en calor.
Tampoco era un partido bronco, que invitase a la polémica, aunque sí que hubo varias amarillas en la primera parte.  Pocos alicientes en los primeros cuarenta y cinco minutos para los aficionados que recorren kilómetros para estar al lado del equipo blanquiazul.

Ovacionados

El Dépor apenas inquietó el arco de Pato Guillén, pero lo que agitó al respetable fue el ver salir a calentar a Lucas Pérez y a David Mella.
Aplausos por parte de los aficionados coruñeses ante la entrada de dos de sus estrellas, que salieron al rescate de un partido que pintaba con irse a la prórroga.
El pase de Lucas a Patiño, que obligó a estirarse al arquero ourensano, levantó a la grada. Pero poco más, porque fue el preludio de lo que ocurrió después. Un gol, de nuevo tras saque de esquina, hizo enmuceder a la hinchada visitante. El Dépor no tuvo tiempo para reaccionar y cayó eliminado. Su afición esperó, paciente, a que la plantilla se acercarse para agradecerle su apoyo, una vez más sin premio. l