“Es muy ilusionante que Óscar Gilsanz vaya a venir de debutar con el Deportivo a la región en la que fue jugador”. El que habla es Manuel Barreiro, alias ‘Rabizas’, un betanceiro, que lleva 20 años viviendo en Murcia, paisano y amigo del técnico, que se sienta por primera vez esta tarde en el banquillo herculino del primer equipo.

La historia de Gilsanz con Murcia conecta a dos municipios: el suyo, Betanzos y Bullas ¿Qué une a ambos pueblos, separados por casi 1.000 kilómetros y por qué uno de sus nexos de unión es precisamente el míster del Dépor? 

“Él jugó en el equipo del Bullas en los años 90. Tenía alrededor de 20 años y aprovechando las buenas relaciones de ambas localidades, que actualmente están hermanadas (desde octubre de 2010), se fue allí a competir muy joven”, rememora Manuel, amigo personal de Óscar.

En el municipio de Betanzos hay un espacio entre la plaza Enrique IV y el parque de O Xuncaliño conocido como Paseo de Bullas, mientras que en el pueblo murciano, desde abril de 2017, el jardín que se encuentra junto a la calle Tirso de Molina lleva el nombre de Betanzos.

Camaradería

“Esas buenas conexiones entre ambos pueblos ya vienen de atrás. Tienen que ver con una maestra, que impartía docencia en los años 50, y de ahí nacieron esos lazos entre los dos municipios. Había intercambios culturales, de bandas, folclore, sociales y deportivos. Se organizaban convivencias y torneos de fútbol base”, recuerda Barreiro.

Este, además, puntualiza que “en uno de esos intercambios participó el betanceiro Dani Rodríguez, que juega en el Mallorca, y que en esa época compitió en Bullas”. El anuncio de que el Gilsanz asumía, de forma interina, las riendas del Dépor supuso una alegría para Manuel.

“Le mandé un mensaje para felicitarle, pero entiendo que está muy liado. Lo último que le dije fue que si quiere desconectar un rato este sábado antes del partido podemos vernos y le saludo. Todos estamos a tope con él, Óscar es una persona muy querida en Betanzos y aquí también lo conocen. Hay mucho apoyo de los medios de comunicación, en redes sociales... Parece que la gente está con él. Óscar es una persona muy querida y nos alegramos por él. Es muy humilde, trabajador, sabe mucho de fútbol y no es alguien que se ponga medallas”, indica Barreirro.

Seguimiento al equipo

Gracias al míster ya había acudido a otros partidos cercanos, ante Albacete y Elche y esta tarde no estará solo en el Cartagonova. “Fui a Albacete y a Elche gracias a Óscar, que me pasó invitaciones. Este sábado voy a ir con Antonio Lagares, un piragüista de Betanzos que está en el centro de Alto Rendimiento de los Alcázares y un chico de Padrón, que vive en Alicante. Fuimos a Elche con miembros de la que había sido la Peña Deportivista Saco”, admite. Una agrupación de la que fue socio Gilsanz.

Entre las innumerables anécdotas que recuerda Barreiro que vivieron juntos destaca que, el año de la liga, se pasaron “un mes celebrándolo”.

Gilsanz asumió las riendas del Dépor este miércoles, solo ha podido entrenar tres días pero Barreiro considera que está plenamente capacitado para la tarea y recuerda que ya de jugador se le veían hechuras de entrenador. “Hablé con un antiguo técnico suyo, Antonio Barallobre, que lo tuvo en el Betanzos en Tercera y decía que cuando lo dirigía ya se notaba que tenía madera de entrenador. No había la tecnología que hay ahora, estábamos en Tercera, pero él sabía cómo jugaba cada rival casi mejor que el técnico. Es un loco del fútbol”, matiza Barreiro. Por eso, por el aprecio y la amistad de años que les une, espera que su recorrido en el Dépor sea largo y provechoso: “Ojalá le vaya muy bien, pueda estar mucho tiempo y le dejen trabajar.

La valía del técnico es algo que también pusieron en valor excompañeros de Gilsanz en declaraciones recientes a este periódico. 

“Es un enfermo del fútbol. No he visto a un entrenador que lea tan bien el fútbol como él”, indicó Ángel Fernández Lendoiro ‘Garrido’, presidente del Betanzos, con el que coincidió. El centrocampista Álex Barba, que fue su jugador en el Fabril, apela a su meticulosidad: “Cuida mucho esos pequeños detalles que pueden marcar un partido. Las acciones de estrategia, los saques de banda... y se sabe adaptar a los jugadores que tiene”.

Su ayudante en el filial hasta la semana pasada y ahora primero, David Lagar, reconoció la valía del técnico, poniendo de ejemplo y aval el trabajo desarrollado con la base.
“No hay dudas. Por un lado están ahí los resultados y por otro, el trabajo de cantera que ha hecho. Quién mejor que él para afrontar un partido de esta manera. Desde mi punto de vista, total confianza hacia él”, aclaró. 

Buenas palabras y deseos de cara al debut de un entrenador de la casa que, en medio del terremoto que supuso la destitución de Idiakez y la aliteración de nombres de sustitutos, asume el puesto en calidad de interino. Un estreno que enorgullece a sus paisanos de Betanzos y a Bullas, donde Gilsanz defendió como jugador sus colores. Ahora Murcia asiste a su debut al frente del Dépor.