El Estadio Municipal de Riazor cumple hoy 79 años desde que el 29 de octubre de 1944 acogió la disputa de su primer partido entre el Deportivo y el Valencia (2-3), aunque su inauguración oficial fue posterior, el 6 de mayo de 1945, en un España-Portugal.
El templo coruñés, denominado Abanca-Riazor desde 2017, está cerca de convertirse en octogenario pero lo hace en plena forma con la posibilidad en el horizonte de ser una de las sedes del Mundial 2030 que organizará España, Portugal y Marruecos.
El fin en 1944 de un largo periodo de construcción de Riazor, cuyo proyecto fue obra del arquitecto Santiago Rey Pedreira y cuyo terreno le costó al Ayuntamiento 300.000 pesetas, provocó que el nuevo estadio sustituyese al viejo campo conocido como Parque de Riazor, donde hoy se ubica el colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Con motivo del Mundial 1982, Riazor experimentó una gran remodelación dirigida por el arquitecto municipal Antonio Desmonts y unos años después, ya en la década de los 90, sufrió una nueva reforma drástica con la intención de cerrarlo con la construcción de la grada de Pabellón.
Ya en el siglo XXI, el recinto ha ido sufriendo distintas mejoras ajustándose a los nuevos tiempos y a las necesidades tanto del Deportivo como de la ciudad de A Coruña.
En la actualidad, Riazor todavía no ha acogido una victoria del Deportivo en la presente temporada 2023-24 después de cuatro partidos del conjunto blanquiazul como local en Primera Federación: tres empates frente al Rayo Majdahonda, Teruel y Cornellà y una derrota contra el Celta Fortuna.
Por ese motivo, Riazor espera hoy, el día de su 79 cumpleaños, el regalo de la victoria del Deportivo en el partido ante el Nàstic de Tarragona.
Respecto a su futuro, Riazor cuenta con opciones reales de ser una de las sedes del Mundial 2030. De confirmarse, el recinto deberá acometer una nueva remodelación con el fin de aumentar el aforo hasta al menos 40.000 espectadores, además de otras mejoras.