Diego Villares, natural de Samarugo (Vilalba), alcanzó el pasado fin de semana un hito significativo al disputar su partido oficial número 150 con el Deportivo. Después de la reciente salida de Lucas Pérez, Villares asumió el rol de primer capitán y se ha convertido en el jugador con más encuentros oficiales en la actual plantilla. Es, además, el único integrante del equipo que participó en las cuatro temporadas en la tercera división del fútbol español. Un ejemplo de profesionalidad que se ha ganado a pulso su estatus en el club herculino.
Su debut con el primer equipo se produjo el 7 de febrero de 2021, en una derrota ante el Coruxo (2-0) en el campo de O Vao. En aquel entonces, Villares dio el salto desde el Fabril al primer equipo durante el mercado de invierno, en la primera temporada del Deportivo en Segunda B. Heredó el dorsal 22 de Diego Rolan y recibió desde el primer momento la confianza del técnico Rubén de la Barrera, quien había asumido el banquillo tras la salida de Fernando Vázquez. Antes de ese debut, su continuidad en el club era incierta, pero logró consolidarse y convertirse en una pieza clave en el primer equipo blanquiazul gracias a su esfuerzo y dedicación.
Villares cumplirá cuatro años desde su debut el próximo viernes y en este periodo de tiempo ha sido indispensable para todos los entrenadores que han pasado por el club: Borja Jiménez, Óscar Cano, Imanol Idiakez y Óscar Gilsanz. Aunque con este último ha tenido que comenzar algunos partidos desde el banquillo.
Su versatilidad y crecimiento constante le han permitido adaptarse a diversas posiciones en el campo, demostrando siempre un alto nivel de compromiso y rendimiento. Mediocentro, interior, extremo, mediapunta, lateral derecho y hasta delantero. A pesar de que en el Fabril actuaba como extremo, Villares se reconvirtió en un centrocampista total. Aunque rinde en cualquier demarcación, sus mejores partidos están asociados a un rol en la medular.
El ‘Pulpo’, como es apodado debido a su extraordinaria capacidad para recuperar balones, se ha ganado el respeto y la admiración de la afición deportivista. Su profesionalismo, resistencia física e inteligencia táctica lo han convertido en un referente tanto dentro como fuera del campo.
En la temporada pasada, la del ansiado ascenso a Segunda División, el ‘8’ fue decisivo, incluso cuando actuó en posiciones alejadas de su zona habitual en el doble pivote. Participó en 36 de los 38 encuentros de Liga, aportando estabilidad a la medular y formando una dupla efectiva con José Ángel, combinando labores defensivas y ofensivas. Recientemente, ambos volvieron a compartir el centro del campo en la victoria ante el Eibar (0-1), que supuso el partido 150 de Villares como jugador del primer equipo blanquiazul.
‘Villi’, como lo llaman sus compañeros cuando le piden el balón, sigue el modelo de Álex Bergantiños: trabajo constante, perfil discreto y liderazgo a través del ejemplo. En años de numerosos cambios en la plantilla, siempre ha sido un pilar fundamental al que poder aferrarse, ofreciendo consistencia y compromiso.
Aunque esta temporada ha tenido que aceptar el banquillo en algunas ocasiones por decisiones técnicas, Villares continúa siendo un activo incalculable para el equipo. Rara vez se lesiona, es un trabajador incansable, un profesional intachable y un futbolista en continua búsqueda de aprendizaje.
De una forma similar lo definió el técnico Imanol Idiakez, en enero de 2024, después de la renovación de Villares hasta 2027: “Es una grandísima noticia. Diego simboliza los valores que deberíamos buscar en los jugadores del Deportivo. Es un ejemplo a seguir, que además va a ser mejor futbolista cada semana, porque esa es su manera de entender la profesión. Me alegro muchísimo por él y ojalá pueda vivir el regreso del club al lugar que le corresponde. Y que sea con él dentro”, declaró el entrenador vasco, que además fue clave en el cumplimiento de su deseo sobre el jugador de Vilalba.
Diego Villares ya se encuentra en el puesto 88 de los más de mil futbolistas que han disputado partidos oficiales con el Deportivo. Con 150 encuentros a sus espaldas, en Ipurua superó el registro del mexicano Andrés Guardado (149). Salvo sorpresa mayúscula, el próximo domingo (18.30 horas) ante el Almería en Riazor alcanzará con 151 compromisos a Luisinho, Martín Lasarte y Esparza.
En el horizonte tiene a otros futbolistas fundamentales en la historia del club coruñés como Bebeto (154), José Luis Ribera (155), Jon Aspiazu (160) o Daboberto Moll (164), a los que probablemente superará en la presente campaña.
Si es capaz de participar en todas las jornadas que quedan hasta el final de la liga regular en Segunda División —sin contar un posible playoff—, sumará 167 partidos, extremadamente cerca de los 172 de Lucas Pérez, su antecesor como primer capitán. De hecho, cuando cumpla 161 entrará a formar parte de los 75 futbolistas con más compromisos en el Deportivo. Y, a sus 28 años, tiene cuerda como para poner el ojo en los 200 encuentros, algo que solo han conseguido 46 jugadores. Un hito factible para el incombustible Villares, el ejemplo a seguir del Deportivo.