El 31 de diciembre de 2022 se hacía oficial el retorno de Lucas Pérez al RC Deportivo, con el que el hasta entonces futbolista del Cádiz se comprometía para liderar un proyecto de ascenso con el club de su ciudad natal.
Después del fiasco en el playoff de ascenso ante el Castellón del ejercicio 22-23, el delantero coruñés se mentalizó para empezar de cero, un curso completo en la división de bronce.
Pese a que la aclimatación a la nueva división no fue sencilla —no marcó hasta la jornada 18ª—, el jugador se convirtió a base de tantos, asistencias y talento en el mayor ídolo de la parroquia herculina.
Ayer, en el duelo clave de la temporada, Lucas Pérez volvió a destapar el tarro de las esencias contra el Barcelona Atlètic.
En el minuto 9 de encuentro sacó a relucir su inmensa calidad en el balón parado, con un disparo desde unos 25 metros que obligó a una excepcional estirada de Astralaga.
Mientras el Barcelona Atlètic amasaba la posesión de balón, las contras de Lucas eran una de las mejores armas de los locales.
Fruto de una de esos avances, al filo de la media hora, el ‘7’ le ganó la partida a los zagueros azulgrana para apoderarse de un cuero en línea de fondo pero su pase de la muerte no encontró rematador.
Muy ‘enchufado’ en el encuentro, incluso cortó un balón providencial en defensa para anular una colada azulgrana; después de este acierto, festejado por la grada, arengó al público de Riazor a seguir empujando.
En el segundo acto, nada más regresar del intervalo, Lucas desaprovechó un enorme servicio de Yeremay al cruzar en demasiado ante el cancerbero azulgrana.
Sin embargo, en el minuto 57 el ‘7’ se consagró con un auténtico golazo que valió un ascenso; Pablo Martínez forzó una falta al borde del área que envió a besar la red con su pierna izquierda y al poste del arquero Astralaga.
Con una gran dosis de sangre fría y precisión, Pérez elevaba al marcador el 1-0 final, para delirio de los 31.833 espectadores que llenaron hasta la bandera Riazor.
Con el resultado a favor quedaba por delante más de media hora de partido, en la que el Deportivo resistió de manera heroica y en la que también dispuso de opciones para aumentar la renta local.
La más clara corrió a cargo de Davo tras un gran pase en profundidad de Lucas Pérez, pero el asturiano no atinó a batir por bajo a Astralaga.
Como nota anecdótica, el punta de Monelos vio la amarilla en el minuto 95 en una acción en la que realizó una falta y posteriormente desplazó el balón. Deberá cumplir sanción en el siguiente partido por acumulación de amarillas pero poco o nada importaba, puesto que el Deportivo de Lucas ya había sellado su retorno al fútbol profesional.
Al término de la contienda y todavía con el ‘subidón’ propio de la hazaña firmada por el club, en su retorno al fútbol profesional, Lucas Pérez reflexionó acerca de la tarde mágica blanquiazul.
“Ay, si me viera mi abuela —expresó conteniendo sus lágrimas—, lo que hemos logrado hoy; me llamaban loco cuando bajé a Primera RFEF pero bendita locura”, expresó.
El goleador no pudo evitar ser manteado por el resto de sus compañeros, que lo han visto ejercer de líder de un proyecto ambicioso como el herculino, sumando tanto dianas como asistencias en la carrera por el ascenso.
El máximo anotador deportivista tuvo un gesto más que noble con varios hombres que formaron parte del equipo coruñés en el pasado reciente y que ya no militan en la entidad blanquiazul.
“Me gustaría darle las gracias a todos pero quiero también acordarme de Álex Bergantiños, Ian Mackay y el doctor Lariño. Esto lo hemos sacado todos los que estamos aquí”, finalizó.