"Analizaremos con calma estos partidos (antes de tomar decisiones), dejaremos pasar estos días de vacaciones; para algunos toca trabajar, hablar y ver las posibilidades, siempre pasando en mejorar lo que creemos que podemos mejorar y pensando en el futuro y que nos aporten lo que a veces nos falta en los partidos".
Así de claro y de rotuno se manifestaba el entrenador deportivista Óscar Gilsanz después de la hiriente derrota padecida el pasado domingo contra el Mirandés en Liga, en un 0-4 que dejó al desnudo las carencias de un plantel corto y que apenas dispone de alternativas reales en el banquillo.
Y es que la primera parte de la campaña 2024-25 ha evidenciado que la amplitud de vestuario deportivista no es ni mucho menos la óptima para encarar con garantías una competición de la exigencia de la Segunda División (con 42 jornadas).
Hombres como Hugo Rama, Charlie Patiño, Cristian Herrera, Mohamed Bouldini, Gauto, Davo o Álex Petxarroman han sembrado numerosas dudas respecto a su rendimiento y capacidad para estar a la altura de una institución que desea asentarse en el fútbol profesional después de una dura travesía de cuatro años en el tercer escalón del fútbol estatal.
El Deportivo ha cerrado la primera mitad del torneo de la regularidad con apenas 24 puntos (con un partido menos), solo tres por encima de la línea de la permanencia en Segunda.
Un balance de seis victorias, otras tantas igualadas y ocho derrotas han dejado a las claras que el equipo coruñés no está gozando de la regularidad necesaria para no pasar apuros para continuar un curso más en la categoría de plata.
El director deportivo Fernando Soriano tendrá que mover ficha en el mercado que da inicio el próximo 1 de enero, con varias necesidades primordiales para equilibrar el grupo humano que en estos momentos dirige Óscar Gilsanz.
Sin duda, la falta de pegada de los delanteros en nómina está siendo un lastre importante para el Deportivo; a pesar de su enorme sacrificio en el día a día Iván Barbero apenas ha logrado sumar tres dianas, una más que el punta canario Cristian Herrera, mientras que la nueva incorporación de este ejercicio, Mohamed Bouldini, tan solo ha sumado una.
El Dépor peina el mercado para encontrar soluciones a la falta de gol, sondeando la mejor opción para actuar por delante de futbolistas de gran visión y calidad como Mella, Yeremay, Lucas Pérez o Mario Soriano, capacitados para suministrar al '9' de buenos balones para engordar los registros finalizadores del club.
En la sala de máquinas del bloque coruñés también se ha detectado un déficit notable en la construcción de juego; con tres mediocentros de un perfil relativamente similar, con más músculo que buen pie en la elaboración, como Villares, Mfulu y José Ángel, la dirección deportiva pretende dotar al vestuario de un organizador polivalente, con capacidad para mantener más la posesión de balón y canalizar el despliegue ofensivo hacia los atacantes.
Con dinero en caja de sobra para efectuar varios movimientos (siempre ateniéndose al tope salarial asignado por LaLiga), el éxito depende de la visión a la hora de incorporar futbolistas. La pelota se encuentra en el tejado de Fernando Soriano.
El último encuentro del pasado domingo, con una goleada en contra frente al Mirandés, revivió los fantasmas de la solvencia en el eje de la retaguardia, en donde el Deportivo dispone de Pablo Vázquez, Martínez, Dani Barcia (que acabó 2024 lesionado) y Jaime Sánchez.
En caso de que un central solvente y con calidad para Segunda se pusiese a tiro, la defensa del Dépor también sufrirá modificaciones en el capítulo de altas.
En cuanto a las posibles salidas, los que parecen tener la puerta del club más abierta en invierno son Hugo Rama y Charlie Patiño.
"Los futbolistas que no salen a calentar cambian de unos partidos a otros, algunos se repiten más. No es la mismo la situación de Charlie Patiño que la de Hugo Rama", destacaba Óscar Gilsanz el domingo en su alocución ante los medios de comunicación post-partido.
Según ha trascendido, el centrocampista de Oroso podría ser uno de los primeros en cambiar de aires en el próximo mes de enero e incluso se especula con su rescición unilateral de un contrato que expira el próximo 30 de junio de 2025.
En el caso del centrocampista internacional Sub-21 inglés, con vinculación contractual en A Coruña hasta 2028, el Deportivo estaría buscándole ya un club de acomodo para una cesión con la que pudiese ganar experiencia y galones en el fútbol español.
Con el conjunto herculino de vacaciones hasta el próximo jueves 2 de enero de 2025, la dirección deportiva del RC Deportivo debe moverse con celeridad para encontrar futbolistas de calidad que se puedan acoplar lo antes posible para comenzar a rendir a las primeras de cambio.
Aunque los objetivos marcados por el consejo de administración deportivista no pasan esta temporada por el regreso a Primera sino por un crecimiento progresivo, el club de la Plaza de Pontevedra dispone de uno de los presupuestos más elevados de la categoría, así como de una masa social envidiable, con más de 30.000 abonados.
Debido a ello uno de los retos fundamentales de la propiedad deportivista es no pasar apuros para mantenerse en Segunda; en pocos días podrían consumarse las primeras maniobras para mejorar las prestaciones de un recién ascendido que debe ir a más.