Ni siquiera un rival diseñado, inicialmente, para Segunda Federación, abierto al intercambio, en un escenario como el de Riazor, con más de 12.000 personas en la grada a pesar de ser miércoles... El Deportivo rozó un nuevo tropiezo.
El choque lo comenzó con fuerza, llegó a tener dos goles de ventaja e, inmediatamente, cambió el guion, dio opciones a su rival, que se metió en el partido antes del descanso, volvió a poner tierra por medio en el inicio del segundo acto, y, nuevamente, se dejó llevar por las dudas y los miedos, arrastrando con él a Riazor, que combinó su petición de testiculina, algo que se ha vuelto habitual, con silbidos, aunque no acaba de surtir efecto.
Lo mejor fue el resultado, la tercera victoria del curso para recuperar el partido aplazado de la primera jornada del campeonato.
Once puntos que permiten a los deportivistas situarse en posiciones de playoff de ascenso y mantenerse invictos, aunque no les da para estar a la altura de los mejores en este primer tramo del curso. Por experiencia del propio Deportivo, las cosas no son como empiezan, sino como acaban.
Están a cuatro puntos del Córdoba, que ha firmado el pleno en las cinco primeras jornadas del campeonato y marchan a dos del Linares (al que eliminó el curso pasado en el playoff de ascenso) y el Racing de Ferrol. Por detrás, a un punto, el Real Madrid Castilla y el Fuenlabrada, el primero de los equipos que no estarían en las posiciones que permiten luchar por el ascenso. El campeonato sigue y a la vuelta de la esquina ya está la sexta parada, una jornada en la que el Córdoba recibirá al Sanse y el Racing de Ferrol visitará al Badajoz. l