El RC Deportivo encajó el pasado domingo dos dianas, un hecho muy poco común esta presente temporada 23-24, habida cuenta de que desde la jornada undécima no recibía más de una diana por partido.

El club coruñés debe remontarse al 5 de noviembre de 2023 —hace casi seis meses— para atestiguar una tarde tan aciaga desde el punto de vista defensivo; concretamente fue en la visita al Real Unión de Irún en el Stadium Gal, en un partido en el que los de Imanol Idiakez cayeron con estrépito por 3-0.
 

Quizá el peor encuentro de la actual campaña marcó un punto de inflexión a nivel de confianza y concentración en tareas de destrucción para un equipo que en la 23-24 solo ha sufrido más de un gol por contienda en tres ocasiones, la citada de Irún, así como el 2-1 en contra liguero en Fuenlabrada y el 2-3 en casa ante el Tenerife en la Copa del Rey. 
 

Frente al Arenteiro el pasado fin de semana, el conjunto coruñés no estuvo especialmente inspirado a la hora de abortar las jugadas a balón parado rivales.
 

En efecto, la formación dirigida por Javi Rey sacó petróleo a dos saques de esquina; el primero de ellos no llegó a ser despejado por Alcaina de cabeza, quien involuntariamente punteó para dejar el balón a merced a Luis Chacón para que este anotase el 2-1.
 

Para desgracia del deportivismo, en el minuto 95 y en una de las últimas acciones del envite contra los de O Carballiño, otro córner en el que incluso toca el balón el meta visitante Diego Rivas —apelando a la épica— desencadenó un barullo en el área que Romay no desperdició para el 2-2 final.
 

Los blanquiazules, de esta forma, dejaban volar dos puntos valiosos en la clasificación general, viendo ahora mismo a cuatro por el retrovisor al Barcelona Atlètic, máximo competidor por la consecución del ascenso directo.
 

El RC Deportivo, tanto con Ian Mackay como con Germán Parreño bajo palos, se ha caracterizado por su solvencia en la retaguardia.
 

Los 25 tantos en contra recibidos esta temporada no hacen sino evidenciar el buen trabajo en labores de contención del que es el cuarto club menos batido del grupo I de Primera Federación.
 

El máximo honor en esta faceta le corresponde al Nàstic de Tarragona, que en 34 apariciones solo ha sido castigado con 22 goles.
 

La Ponferradina sufrió solo uno más, 23, mientras que la Cultural Leonesa, 24.
 

Como curiosidad cabe reseñar que el Barça B ha recogido el balón del fondo de las mallas en 37 ocasiones, doce más que el propio Depor.