Imanol Idiakez, entrenador del Deportivo, reconoció el pasado sábado, tras un accidentado y duro encuentro contra Unionistas de Salamanca (1-1), su preocupación por el “nivel de agresividad” que en este arranque de liga están mostrando los rivales hacia los jugadores blanquiazules y la disparidad de criterios a la hora de aplicar el reglamento entre un equipo y otro.
Lo que no sabe el preparador vasco es que la última vez que un rival del Deportivo fue expulsado por roja directa por una acción violenta o de dureza excesiva fue el 22 de noviembre de 2020 en una visita al campo del Guijuelo (0-0). Es decir, ya han pasado 108 partidos completos del conjunto coruñés sin que un adversario haya visto el camino de los vestuarios por una patada peligrosa, una agresión o una acción temeraria de algún tipo.
Desde su descenso de Segunda División en la temporada 2019-20, el Deportivo ha disputado un total de 113 partidos de carácter oficial (24 en Segunda División B, 80 en Primera Federación, 4 de playoff de ascenso a Segunda y 5 de Copa del Rey) y los rivales han recibido trece expulsiones, siete por doble tarjeta amarilla y seis por roja directa. Y solo una de estas últimas fue a consecuencia de una entrada dura.
Sucedió en la quinta jornada de la temporada 2020-21 en Segunda División B en el empate sin goles ante el Guijuelo. Era el tiempo añadido del partido y el local Kike Pina paró un contragolpe del Deportivo realizando una dura entrada sobre Keko Gontán, que lo dejó tendido unos minutos sobre el terreno de juego.
Las cinco rojas directas restantes que han visto los adversarios del Depor desde el inicio de la 2020-21 han llegado por otros motivos. Dos semanas después de la expulsión de Kike Pina, Charles, delantero del Pontevedra, se fue a los vestuarios antes de tiempo por protestar una acción de Lara, que también vio la roja directa por un empujón a Rufo.
El Guijuelo volvió a escena en esa misma campaña en el encuentro de la segunda vuelta en Riazor en el que Kamal fue expulsado por roja directa por protestar tras haber recibido previamente una amarilla que podía haber sido de otro color.
La última expulsión por roja directa de un rival deportivista en la 2020-21 fue para Borja López, del Numancia, por un agarrón a Keko al borde del área siendo el último hombre.
La siguiente roja en la lista la recibió Salva, portero de Unionistas, en la jornada 18 del curso pasado cuando tocó el balón con la mano fuera del área, mientras que Víctor Vázquez, jugador del Pontevedra, cerró por el momento el capítulo de rojas directas por hacer un paradón en el área a un disparo de Lucas Pérez que iba a portería durante el último encuentro de la liga regular de la 2023-24.
Sin el castigo de la expulsión se saldaron otras acciones violentas que se han quedado grabadas en la retina de los aficionados deportivistas como la reciente patada de Sabit (Lugo) a Lucas Pérez o la entrada temeraria de Jordi Tur con los tacos sobre el tobillo de Diego Villares, en el partido del pasado sábado, que se saldó con tarjeta amarilla. Por otro lado, Ekaitz Jiménez, compañero de Tur en Unionistas, fue el autor de la patada que le rompió el pómulo por dos zonas a Alberto Quiles hace cuatro meses y medio cuando era jugador del Córdoba.
En cambio, desde el descenso a la tercera categoría del fútbol español, el Deportivo ha recibido varias tarjetas rojas directas por acciones que el colegiado consideró violentas, demasiado duras o antideportivas. La lista la forman jugadas como la entrada de Mario Soriano en Badajoz, la falta por detrás de Víctor Narro en Ceuta, la colleja de Ian Mackay en Castellón, la reciente patada de Lucas Pérez a un jugador del Teruel o el leve empujón mencionado anteriormente de Lara sobre un futbolista del Pontevedra.