El Deportivo toca fondo con su derrota ante el Celta Fortuna, la segunda consecutiva tras el varapalo de la pasada jornada en Fuenlabrada, un resultado que aleja a los coruñeses a diez puntos del líder, el Nàstic, a cinco del playoff y le deja empatado con los puestos de descenso.

Hasta ahora, los blanquiazules se acogían a las sensaciones, pese a los malos resultados. Pero ante el filial celeste ya no quedó ni eso, ya que el juego fue nefasto; los desajustes defensivos, preocupantes; y el equipo de Claudio Giráldez, muy superior.

La derrota deja muy tocado al cuadro coruñés y hace perder crédito al entrenador donostiarra, no sólo por el resultado, sino, sobre todo, por el juego ofrecido en una tarde en la que ni la presencia de Djalminha en Riazor, quien fue homenajeado antes del encuentro, consiguió contagiar algo de su magia a un Depor muy preocupante.

Idiakez sorprendió con la revolución en la portería, donde Ian Mackay arrebató la titularidad a Germán Parreño, el elegido en las seis primeras jornadas de liga.

También hubo cambios en el resto de las líneas. En el lateral derecho, Ximo envió a Paris Adot al banquillo, mientras que Dani Barcia cubrió la baja de Balenziaga en la izquierda. Y en la zona de tres cuartos, Cayarga suplió a Hugo Rama, mientras que David Mella arrebató el puesto a Davo.

El Depor se había acostumbrado a mandar en los primeros partidos del campeonato, ante rivales preocupados por hacerse fuertes atrás y no dejar jugar. Sin embargo, ante el filial celeste se topó con un adversario que le arrebató la pelota desde el inicio del encuentro y que, con una presión alta, incomodaba la salida de los blanquiazules y provocó muchas pérdidas de los locales.

El conjunto coruñés se acercó al arco contrario con una llegada de Cayarga por la banda derecha que finalizó con un centro-chut de Ximo que atajó Coke con facilidad y un remate de Valcarce desde dentro del área que se marchó alto.

Un fallo de Dani Barcia permitió el primer acercamiento del Celta Fortuna al cuarto de hora del duelo. Javi Rueda ganó la espalda al canterano blanquiazul, se incrustó como un cuchillo por el costado derecho y sirvió un centro al punto de penalti ante el que estuvo providencial Pablo Martínez, cortando la acción y evitando que Pablo Durán rematara a placer ante Mackay.

No se sentía cómodo el cuadro herculino ante un rival mejor colocado y que triangulaba cada vez con mayor facilidad. Un nuevo fallo defensivo, en esta ocasión de Pablo Martínez en el 18’, originó otra ocasión para los visitantes, pero Ximo despejó a córner.

La agresiva presión del bloque dirigido por Claudio Giráldez ahogaba a un Depor incapaz de superar las líneas defensivas del filial vigués.

Las dudas del cuadro coruñés facilitaron las cualidades técnicas de un Celta Fortuna cada vez más dominador e incisivo. Así, en el minuto 32 el conjunto olívico marcó el 0-1. Pablo Durán rompió a Barcia, que sufrió muchísimo como lateral izquierdo, centró ante la pasividad del canterano y de Pablo Martínez, el balón le llegó a un compañero y, tras un rechazo, el esférico le volvió a Durán, que, desde el segundo palo, batió al arquero con una volea ajustada al palo largo.

El gol dejó noqueado al conjunto blanquiazul, que pudo encajar dos minutos después por medio de Alfon y en el 36’ con un chut de Pablo Durán que obligó a Mackay a lucirse para despejar a córner.

El Depor pedía que llegara el descanso cuanto antes y en los instantes finales del primer tiempo únicamente fue capaz de responder a balón parado con sendos córners botados por Lucas que cabeceó Pablo Vázquez. El primer testarazo fue despejado por la zaga celeste a saque de esquina de nuevo y el segundo se marchó rozando el larguero.

Triple cambio

Tras la desastrosa primera mitad, Imanol Idiakez intentó variar el rumbo con un triple cambio, aunque uno de ellos, el de Ximo, fue por lesión. También se quedaron en la ducha Barcia, muy desafortunado, y Cayarga, y entraron Paris Adot, Jaime y Hugo Rama.

Mejoró algo el Depor en el segundo acto, que poco a poco asumió el control, aunque seguía siendo capaz de generar peligro únicamente a balón parado. Así llegó una nueva ocasión blanquiazul por medio de una falta colgada por Lucas que José Ángel remató de cabeza a las manos de Coke.

Los locales tenían la pelota y tocaban, pero su dominio era improductivo y previsible, con lo que se seguía jugando a lo que deseaba el Celta B, que se sentía muy cómodo mientras el cronómetro avanzaba. 

En el 63’, el árbitro anuló un gol de Lucas Pérez, tras un saque de banda rápido de Paris Adot, que sorprendió a la zaga viguesa. Pero el colegiado había corregido la posición del lateral deportivista.

Un disparo flojo de Hugo Rama, que si un centro de Paris a las manos de Coke, otro de Hugo Rama al área pequeña que no encontró rematador... chispazos aislados que no variaban las malas sensaciones dejadas en el césped.

El Depor, impotente, rendido, muerto, naufragó de nuevo en Riazor, donde el público despidió a su equipo con una pitada monumental.

Ficha Técnica